Opinión en video
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25-04-2024 - 12:04 am
"Xóchitl es culpable de muchas cosas, pero no es la principal responsable de la derrota electoral del frente opositor".
Tras el primer debate presidencial y el goteo irreductible de las encuestas que confirman el naufragio del barco opositor, han comenzado a pulular las columnas que ven en Xóchitl Gálvez la principal responsable de la más que probable derrota del 2 de junio.
Las imputaciones a Xóchitl me remiten a la gran novela Ensayo sobre la Ceguera del portugués José Saramago. Ésta comienza con un hecho fantástico: los habitantes de una pequeña ciudad comienzan a quedarse progresivamente ciegos. Es una ceguera blanca que, como epidemia, va extendiéndose por cada rincón de la ciudad. No hay explicación aparente. Todo sucede de un momento a otro. Como es natural, pronto comienzan a buscarse culpables, chivos expiatorios que son señalados como responsables del inexplicable hecho. Así comienzan las peleas de los unos contra los otros.
La epidemia de ceguera que retrata la novela de Saramago es una buena metáfora del estado de la oposición. A palos de ciego, y sin dirección, apuntan con el dedo a Xóchitl Gálvez. Es ella la culpable de la ceguera, afirman.
Seamos serios.
Xóchitl es culpable de muchas cosas, pero no es la principal responsable de la derrota electoral del frente opositor. Esa estaba cantada desde hace mucho. En pocos meses era imposible remontar el desprestigio acumulado de años de los partidos que la abanderan. Culpar a Xóchitl de la ceguera es injusto. Y mezquino.
¿De qué sí es culpable la candidata? De errores elementales, pero ninguno definitorio. Pudo no haber avalado el fraude partidista y forzar a una elección primaria contra Beatriz Paredes. Es verdad. Esa simple acción, a la que temió su círculo cercano, hubiera dotado de algo de legitimidad su frágil candidatura.
Pudo haberse rodeado, como lo prometió en un principio, de ciudadanos libres en lugar de permitirse quedar atrapada entre las garras de los dirigentes partidistas. Avalar con su silencio las listas de candidatos plurinominales del PRI y el PAN fue una de tantas pruebas de su debilidad.
Xóchitl tuvo la oportunidad de alzar la voz contra los acuerdos de Marko Cortés en Coahuila y quitarse —al menos en parte— la carga que implica caminar al lado de un aprendiz de bandido. Y, claro, en el camino pudo no haberse comportado como una improvisada: no involucrar a su hijo en la campaña, realizar un debate medianamente decente y no cometer errores infantiles en cada oportunidad.
Claro, pudo haber sido mejor candidata (o menos peor). ¿Pero, habría hecho alguna diferencia? Sostengo que no. Esa candidatura nació condenada. La alianza entre el PRI y el PAN se fraguó entre la deshonestidad y la desvergüenza con un único objetivo: vencer a López Obrador. Y, a estas alturas, ya debió haberle quedado claro a los dirigentes partidistas que eso no es suficiente para ganar una elección.
Hacia el futuro, mal haría la oposición en fijar el fracaso de su resultado electoral en Xóchitl Gálvez. Cometerían el mismo error que en 2018: interpretar su derrota como un “accidente histórico” (Beatriz Paredes, dixit) y no como una manifestación de un cambio profundo en la sociedad.
Queda poco más de un mes para el 2 de junio. Como es inevitable, comenzarán los ataques ad hominem contra la candidata. Olvidarán, sin embargo, que antes de la llegada de Xóchitl a la vida nacional, la ceguera ya estaba ahí.
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25-04-2024 - 12:03 am
La presencia de grupos subversivos radicales en Chiapas, entidad azotada por la pobreza y la marginación de los pueblos originarios, data de varias décadas atrás. El Gobierno federal tiene conocimiento de cinco distribuidos en regiones indígenas, principalmente.
La ausencia de un combate eficaz contra el crimen organizado, la impunidad con la que se mueven los grupos criminales ha hecho que proliferen por todas partes las organizaciones dedicadas al tráfico de drogas y otras veinte actividades delictivas verdaderamente medrosas.
Y esa impunidad de que gozan provocó que la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, fuera interceptada en un retén –presuntamente integrado por miembros de la delincuencia organizada –en la comunidad de Motozintla, donde un grupo de encapuchados le retuvieron unos minutos para hacerle algunas peticiones.
La candidata presidencial por el partido oficial realizaba una gira por el estado de Chiapas, uno de los más violentos del país, donde seis grupos criminales se disputan el control territorial, pues por esa entidad cruzan cuantiosos cargamentos de droga que provienen de Centro y Sudamérica; luego los llevan a Tabasco, Veracruz y después, por la vía del Golfo de México, llegan a la frontera de Tamaulipas para enviarlos a Estados Unidos. Es una ruta muy socorrida por el crimen organizado.
El domingo 21 de abril, cuando cumplía su segundo día de gira por Chiapas, la candidata de Morena se trasladó de Comitán a Tapachula. En el trayecto había retenes –como ocurre en todo el país –con personas encapuchadas y que están identificados como miembros de la delincuencia organizada.
Horas antes, se había reportado que en los tramos de Mazapa de Madero, Huehuetán y Huixtla había grupos de encapuchados que detenían los vehículos , interrogaban a sus tripulantes y revisaban las unidades.
Cuando Sheinbaum transitaba por Motozintla los encapuchados abrieron paso a su comitiva. Junto con ella iba Eduardo Ramírez Aguilar, candidato de Morena a la gubernatura de Chiapas.
En uno de los cruces la candidata presidencial fue retenida por los criminales que tenían el rostro cubierto. Ahí le hicieron algunas peticiones, de acuerdo con los videos que se han difundido en las redes sociales, este fue el mensaje:
“Que se acuerde cuando esté en el poder .Acuérdese de la sierra, acuérdese de la gente pobre. Nada más eso le queremos decir . No estamos el contra del Gobierno, llévese eso en su mente . No estamos en contra de ustedes. Por eso estamos acá tres veces por semana , cuidando a nuestro pueblo”.
Presuntamente los encapuchados eran elementos del Cártel de Sinaloa, el grupo criminal al que se le ha ligado con el partido Morena. Aunque en Chiapas en realidad son seis los cárteles que se disputan el control territorial.
Claudia Sheinbaum fue captada cuando iba a bordo de uno de sus vehículos de su comitiva. Sólo miró fijo hacia el frente y escuchó el mensaje, Pero no intercambió ningún comentario con los presuntos delincuentes. Luego se despidió y siguió su camino sin mayores contratiempos.
Con este hecho, a la candidata de Morena le debió quedar claro el nivel de impunidad que prima en el país; que el combate al tráfico de drogas ha sido un fracaso del Gobierno de la llamada Cuarta Transformación y que sin una política antidrogas eficaz el país está en caída libre; que su Gobierno –si es que gana las elecciones –deberá construir un modelo de combate criminal para liberar a la sociedad de la violencia criminal, lo que no hizo el Presidente López Obrador por complicidad, incapacidad u omisión.
Le debió quedar claro, además, de qué tamaño es la herencia que recibirá de López Obrador en materia social, pero sobre todo, en el tema de la seguridad pública, un rubro totalmente abandonado por el mandatario, quien al inicio de su Gobierno se comprometió a serenar el país. Cuando faltan cinco meses para que concluya su mandato en el país no hay pacificación ni combate.
Chiapas, territorio del crimen
La guerra de alta intensidad vuelve a sacudir al estado de Chiapas. Dos cárteles poderosos –el de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa –están enfrentados por el control de la frontera con Guatemala, una de las más porosas y también considerada como ruta clave para el tráfico de drogas que proviene de centro y Sudamérica.
Y por si fuera poco, ahora emergió el cártel de Chiapas y Guatemala, una nueva organización criminal que está enfrentada con los cárteles de Sinaloa y CJNG por el control del estado.
La situación en Chiapas es crítica, pues no hay autoridad local ni federal que ponga orden en la entidad.
El epicentro de esta guerra frontal son los municipios fronterizos de Comalapa y El Porvenir; hace unos días, cientos de personas fueron testigos de un desfile en el que hombres armados con rifles de alto poder y metralletas, presuntamente miembros del CJNG, caminaban por las calles amenazando a la gente y gritando a sus enemigos de Sinaloa que salieran a la calle “para rompernos la madre”.
Comalapa –comunidad donde habitan unas 81 mil personas dispersos por la selva lacandona –es el punto central del conflicto criminal entre los cárteles de Sinaloa y CJNG; se trata de una zona estratégica de la frontera con Guatemala para el trasiego de drogas, precursores químicos y migrantes que cruzan por esa región en busca del llamado “sueño americano”.
“Existe un corredor central para el tráfico de drogas y migrantes; pasa por la Trinitaria, y Comitán hasta llegar al municipio de San Cristóbal y de aquí a Tuxtla Gutiérrez”, dice una fuente de la DEA entrevistado para ahondar en los detalles del conflicto.
Y es que por el estado de Chiapas cruzan la mayoría de los cargamentos de droga que abastecen a los cárteles de Sinaloa, Jalisco, Golfo, Tijuana, entre otros; en el pasado, esa entidad vivía una suerte de “pax mafiosa”, pues había pactos entre políticos del Gobierno estatal, federal, policías y jefes del narcotráfico”, dice la fuente consultada.
Pero dicha “pax mafiosa” se rompió, afirma el agente de la DEA.
–¿Por qué? –se le pregunta.
–Los acuerdos no se respetaron y ahora ha brotado una guerra de alta intensidad. Hay más de 40 mil desplazados debido a la violencia y no hay fecha para que este conflicto termine: se van a exterminar unos y otros o bien surge un acuerdo algún día. Pero mientras esto último ocurre seguirán las matanzas, la violencia y el terror.
De ser una entidad donde criminales y políticos mantenían un pacto de impunidad, el estado de Chiapas pasó a ser tierra de disputas entre grupos del crimen organizado. La guerra es por el control territorial y el trasiego de droga de proviene de América Central, la más importante bodega de almacenamiento de estupefacientes que entran por el sureste y luego terminan en el voraz mercado de consumo: Estados Unidos. También se detona por el negocio del tráfico humano, en manos de los cárteles se trata de personas indocumentadas que utilizan esa entidad para cruzar de Centroamérica a México. El narco les cobra y los lleva a la frontera donde pueden pasar a Estados Unidos o bien ser repatriados. Muchos incluso mueren en el intento.
La guerra de lata intensidad en Chiapas está protagonizada por seis grupos criminales, pero informes de inteligencia del Gobierno federal identifican también a organizaciones subversivas que, con el membrete de la lucha social, incursionaron en el tráfico de drogas y por ello defienden sus territorios a sangre y fuego.
Con base en los informes del Gobierno federal, seis cárteles se disputan el control de Chiapas, entidad clave del Pacífico mexicano para el movimiento de drogas, armas, ganado robado y migrantes –negocios de la delincuencia organizada –que cruzan desde Guatemala a México por esa frontera porosa; luego, la droga viaja hacia Tabasco y de ahí puede ser enviada hacia el Caribe o bien al Golfo de México, vía Veracruz y Tamaulipas, para después introducirla a Estados Unidos a través del Valle de Texas. Si los cargamentos salen hacia El Caribe viajan hasta Miami, Estados Unidos.
Los seis cárteles que se disputan el estado de Chiapas, con base en los informes consultados, operan con varios delitos: secuestro, extorsión, venta de droga a granel incluida las sintéticas. Chiapas es estratégico como territorio para los grupos criminales: colinda con Centroamérica. En la entidad también se ha detectado la de grupos subversivos, pandillas como “La Mara Salvatrucha 13”, “Barrio 18”, entre otros.
Documentos de inteligencia consultados del Gobierno federal revelan que los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación están enfrentados por apropiarse del control de los municipios ubicados en la costa del Pacífico. También quieren las demarcaciones fronterizas con Guatemala, todos estos territorios son estratégicos para sus actividades ilegales.
Los Zetas –según los informes citados –dominan la zona metropolitana y el centro del estado; con mayor fuerza están Los Beltrán Leyva (o lo que queda de este grupo, desarticulado en 2010 tras la muerte de Arturo Beltrán, su jefe), Golfo y entre todos estos cárteles destaca el de San Juan Chamula, el cual está operando en quince regiones de la entidad.
Representado por Gilberto Zavala Páramo, “El Manco” y otro sujeto citado en los informes como “Don Gil”, Sinaloa y Jalisco, a través de José Inés Landero, “El Indio” o “El Apestoso” pelean por el control del corredor de Arriaga, Tonalá.
La disputa se extiende hacia Cintala, Pijijiapan, Mapastepec, Acapetahua, Villa Comaltitlán, Mazatán, Tapachula, Ciudad Hidalgo, Frontera Comalapa, Matazintla, Siltepec y Ángel Albino Corzo, entre otras demarcaciones ubicadas en las inmediaciones de la costa del Pacífico.
Dicen los informes: “El Manco se apoya en Faustino Damián Castro o Fausto Damián Castro, “El Patrón” o “El Jefe” o “El Chapulín.” Este sujeto está identificado por las autoridades federales como uno de los lugartenientes a cargo de las operaciones ilícitas en Huehuetán, Mazatán, Acapetahua, Suchiate, Frontera Hidalgo y Tapachula.
Con base en un mapa general del narcotráfico nacional, Los Zetas, encabezados por Adán Juárez Gómez, “El Pelón”, domina la región metropolitana que incluye zonas como Mezcalapa norte, Soconusco y Selva Lacandona, entre las que destacan las alcaldías de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas de Corzo, Berriozábal, Comitán de Domínguez, donde se concentra la mayor parte de los habitantes de la entidad, la cual colinda con Oaxaca, Veracruz, Tabasco y Campeche.
Aunque está debilitado en su estructura y operación el cártel de Los Beltrán Leyva mantiene sus células activas en Chiapas: están encabezadas por Marco Antonio Zetina Ricardez, conocido en el mundo del hampa como “El Zetina”. Opera en el municipio de Palenque, colindante con Tabasco. Esta zona es considerada una de las rutas de paso de los migrantes centroamericanos hacia Estados Unidos. Además del tráfico de drogas, ese grupo criminal también controla el tráfico humano.
Los informes de inteligencia consultados señalan, además, que el cártel de San Juan Chamula es otro grupo delictivo con fuerte presencia y poder en esa entidad del Pacífico. Lo encabeza un sujeto que en los reportes oficiales está identificado como “El Caracol”. Su radio de acción es la comunidad que lleva por nombre el del mismo cártel. Sus alcances llegan hasta los límites con Veracruz y Tabasco, donde también está presente el Cártel del Golfo.
No es todo: En Chiapas operan decenas de grupos subversivos relacionados con el trasiego de drogas. Las áreas de inteligencia federales tienen detectada la presencia de pandillas juveniles, entre otras, Los Mara Salvatrucha 13 y Barrio 18, dedicados principalmente a los homicidios y narcomenudeo en al menos doce localidades chiapanecas: Metapa de Domínguez, Mapastepec, Palenque, Pijijiapan, Ciudad Hidalgo. Los informes señalan que estos grupos también cuentan con una extraordinadia narcodinamica en Centroamérica.
La presencia de grupos subversivos radicales en Chiapas, entidad azotada por la pobreza y la marginación de los pueblos originarios, data de varias décadas atrás. El Gobierno federal tiene conocimiento de cinco distribuidos en regiones indígenas, principalmente.
Entre los llamados grupos subversivos destaca el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que en 1994, en pleno cierre del Gobierno de Carlos Salinas –quien pregonaba que México había entrado al primer mundo — declaró la guerra al Gobierno y puso al descubierto que el país no formaba parte de los países ricos del orbe sino que seguía sumido en el subdesarrollo social y económico, como hasta ahora.
El EZLN opera en municipios como Ocosingo, Altamira, Larráinzar, Chenalhó, Las Margaritas, Altamirano, Tonalá, Palenque, Salto de Agua, Túmbala y Benemérito de las Américas.
Le sigue el Ejército Popular Revolucionario (EPR) o Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), presente en Villa Flores, Villa Corzo, La Concordia, Ángel Albino Corzo, Venustiano Carranza, Matazintla, San Cristóbal, Salto de Agua, Altamirano y Ocosingo.
Luego está el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y/o Organización por el Desarrollo de la Paz y Justicia, asesorada por Óscar Sánchez Alpuche, con el control de comunidades como Salto de Agua, Tila, Sabanilla, Túmbala y Palenque.
Por último, la lista de organizaciones subversivas incluye a la organización paramilitar “Chinchulines”, que antes pertenecía a la organización para la Defensa y/o agremiados a la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas y Coordinación de Pueblos, así como al Movimiento Campesino Regional Independiente y Coordinadora Nacional Plan de Ayala Movimiento Nacional.
Migrantes y droga: gran negocio
En Chiapas, territorio donde el narco y el poder político han pactado históricamente, se vive una crisis de seguridad pública que ya alcanzó niveles no antes vistos.
Se han roto los pactos establecidos, después de la elección del 6 de junio de 2021, como ocurrió en quince estados del país, y las fuerzas del crimen organizado se reacomodan en diversos territorios que en breve gobernarán los aliados del partido Morena.
Esto no es novedad. El Presidente lo sabe, pero calla.
En Chiapas –también en Zacatecas, Michoacán, Guanajuato y Tamaulipas –la crisis de violencia está imparable.
En la entidad del sureste, la tierra donde en 1994 surgió la insurgencia con la irrupción del EZLN, la violencia no tiene precedente en los años recientes. El Cártel de Jalisco y el de Sinaloa se disputan una puerta clave del ingreso de drogas provenientes de Sudamérica que, en la etapa del PRI, estaba bajo control. Pero el esquema cambió. Y esto causó la guerra en la zona de Chenalhó y la región Tsotsil.
Atenazadas por la violencia y la corrupción, las autoridades de Chiapas están rebasadas ante el crimen; también la Federación con todo y su Guardia Nacional. Por ello, los indígenas se reorganizaron y crearon la autodefensa “El Machete”, con la cual pretenden hacer frente al crimen organizado, a lo que el Gobierno federal ha rehusado.
“El Machete”, según informes públicos, está constituido por un par de centenares de hombres enmascarados que se enfrentaron a los grupos del crimen para salvaguardar los intereses de sus regiones. Se espera que se mantengan en esa línea de lucha.
Esto, porque en los últimos ocho años han surgido unos cincuenta grupos de autodefensas en seis estados –Michoacán, Guerrero, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco y Chiapas – que en su mayoría han terminado convertidas en brazos armados del crimen organizado, pues han aceptado apoyo económico y armas de los diversos cárteles que operan en el país.
Las autodefensas formaron parte de un proyecto que propuso el general colombiano Óscar Narango, exdirector de la Policía Nacional de Colombia, quien fue asesor del entonces Presidente Enrique Peña Nieto. El proyecto empezó en Michoacán, pero todo derivó en un verdadero fiasco: las autodefensas fueron capturadas por el crimen, lo que explica la violencia actual. Otros proyectos similares también han terminado devorados por los cárteles.
Puerta de entrada de la droga y precursores químicos que provienen de Sudamérica y Centroamérica; zona de abastecimiento de los cárteles, territorio donde por años imperaron los pactos para evitar la violencia, el estado de Chiapas se ha convertido en un infierno: Tres grupos criminales –el Cártel de Sinaloa, así como los cárteles del Golfo y Jalisco Nueva Generación– están en abierta disputa por el control de ese territorio.
Tales enfrentamientos –que se agudizaron la semana pasada –han provocado el desplazamiento de al menos unas dos mil personas que, hasta la fecha, huyen de la violencia perpetrada por el crimen organizado en la zona tsotsil de Pantelhó-Chenalhó. La región –se asegura –ha sido abandonada debido a la ola de muertes causadas por los enfrentamientos entre los cárteles. Ninguna autoridad local ni federal interviene para impedirlo.
No sólo eso: en medio del fuego que han desatado estos tres grupos criminales fue asesinado Simón Pedro Pérez López, un activista defensor de los derechos humanos que, el 6 de julio de 2021, fue ejecutado de un disparo en la cabeza.
De acuerdo con testigos de los hechos, el autor del crimen fue un sujeto que viajaba a bordo de una motocicleta. El activista era miembro de la Organización Civil Las Abejas Acteal, organismo de la que fue Presidente en el año 2020.
Según las investigaciones consultadas, los hechos ocurrieron a las 10:00 de la mañana en el municipio de Simojovel. En ese momento, Simón Pedro –un indígena tsotsil –realizaba compras en compañía de su hijo. La víctima, además de ser defensor de los derechos humanos, era catequista de la parroquia de Santa Catarina en Pantalhó.
El párroco de esa población, Marcelo Pérez, señaló que Simón Pérez era una de las tantas víctimas de la violencia estructural en Pentalhó. El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas repudió “la acción criminal que está imperando en los Altos de Chiapas”.
Expuso su versión: “Desde su trabajo como integrantes de Las Abejas Acteal y como servidor de la iglesia trabajó en la promoción y defensa de los derechos de los pueblos indígenas, desde esa labor había estado había estado acompañando a comunidades que han denunciado la violencia, solicitando su cese y la búsqueda de justicia”.
Y agregó en otro apartado de su comunicado: “Exigimos a las autoridades del Gobierno del estado de Chiapas una investigación diligente”.
Durante años, el crimen organizado y el poder político selló pactos para lograr lo que se conoce como “una pax mafiosa”. Estos acuerdos tenían como objetivo que el territorio chiapaneco estuviera libre de violencia de alto impacto. En resumen, trataban de impedir que se calentara la plaza, ya que las masacres ponían en riesgo el negocio de las drogas.
Y es que a través de Chiapas –puerta de entrada en la puerta del pacífico –entra al país buena parte de los cargamentos de droga que provienen de Centro y Sudamérica. Dicha droga, así como cuantiosas cantidades de precursores químicos, llegan a Guatemala y cruzan a México por la frontera del sureste, es decir, por Chiapas, una de las zonas más porosas del país donde no existe ningún tipo de vigilancia.
Incluso, la gente tanto de Guatemala como de México pueden cruzan con mercancías sin presentar ningún tipo de documento de identidad; es una zona que también tiene una amplia actividad de abigeato, pues el ganado suele ser cruzado a cualquiera de los territorios por el río Suchiate , que divide a los dos países y que es considerado uno de los más importantes para el tráfico de drogas y de personas.
En Chiapas se han afincado tres cárteles y sus redes comenzaron a reacomodarse después de las elecciones del 6 de junio, como ha ocurrido en los territorios donde ganaron los candidatos que lanzó el Partido de Regeneración Nacional (Morena).
En ese territorio del sureste mexicano, por ejemplo, operan “Los Ciriles”, una célula criminal que las autoridades federales ligan con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y cuya presencia se extiende a la zona tsotsil, particularmente en las demarcación de Pantelhó, donde fue asesinado el activista de los derechos humanos Simón Pedro Pérez.
Esta región ha estado sacudida por la violencia en los últimos días. Además del crimen de Pérez el crimen organizado atacó a los habitantes de la comunidad, bloqueraron caminos y sometieron a un toque de queda obligatorio; luego hubo enfrentamientos con fuerzas armadas, lo que dejó un saldo de decenas de muertos y nueve heridos.
No fue todo: durante los días agitados que vivió Chiapas también se incendió el municipio de Tuxtla Gutiérrez, donde fue asesinado Ramón Gilberto Rivera, “El Juniors” –operador de Ismael “El Mayo” Zambada –, quien es hijo de otro capo importante conocido en el mundo del hampa como “El Tío Gil”, cuyo nombre real es Gilberto Rivera Amarillas, extraditado a Estados Unidos bajo cargos de narcotráfico.
Rivera Amarillas, “El Tío Gil”, también fue acusado de conspiración y en total de seis cargos relacionados con la distribución de cocaína a los Estados Unidos. Este capo estaba estrechamente relacionado con Joaquín Guzmán Loera e Ismael “El Mayo” Zambada. Fue capturado cuando había decidido a México.
Por lo que respecta de su hijo, “El Juniors”, fue ejecutado cuando viajaba con sus escoltas. El relato sobre su muerte indica que le dispararon a quemarropa justamente cuando un vehículo donde viajaban rivales suyos le dieron alcance.
Según información de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), en Chiapas las operaciones de narcotráfico y, por ende, las disputas armadas las protagonizan tres cárteles: Golfo, CJNG y Sinaloa. Los tres se reparten el control del territorio.
Controlan la frontera con Guatemala. En el caso del CJNG, que encabeza Nemesio Oseguera, opera en la frontera sur-occidental, mientras que el Cártel del Golfo, el grupo criminal que más ha crecido, tiene tentáculos que llegan hasta los estados de Oaxaca y Veracruz.
Los mismos informes, por otra parte, indican que en Chiapas también hay células de Los Zetas, antiguo brazo armado del Cártel del Golfo. Estos cárteles rompieron relaciones en 2004. Los Zetas, fundados en 1997 por Heriberto Lazcano Lazcano y Arturo Guzmán Decenas, decidieron independizarse y convertirse en un cártel independiente, aunque en los últimos años se ha debilitado y ha perdido decenas de territorios.
En el escenario nacional –y en el particular de Chiapas –el Cártel de Sinaloa es el grupo criminal que mayor presencia tiene en la entidad del sureste.
Tras las elecciones del 6 de junio de 2021, la organización que dirige Ismael “El Mayo” Zambada avanzó en el control territorial: ahora está afincado en Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Durango, Coahuila, Chiapas y Oaxaca, todo un corredor que ahora dispondrá para operar sus más de veinte actividades delictivas.
Así, después de varios años sin presentar violencia de alto impacto, todo esto debido a los pactos entre el poder y el crimen organizado, Chiapas pasó a ser un territorio sin ley.
Así, el conflicto entre el CJNG y Sinaloa escala a pasos agigantados y nadie pone freno a la violencia. Más de 40 mil personas se han desplazado a otros estados, pero muchos de ellos afirman: “Ya no hay donde esconderse y estar en paz. Todo el país está envuelto por el terror”.
Y ahora surgió el cártel “Chiapas-Guatemala”, grupo criminal que se enfrenta a Sinaloa y al CJNG. Así, la guerra no tiene para cuando acabar en el estado de Chiapas.
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25-04-2024 - 12:02 am
Así como el domingo fue un grupo de supuestos vigilantes el que detuvo a Sheinbaum, es frecuente que el retén sea mucho menos benévolo y que quienes caigan en él se queden sin pertenencias o hasta sin coche, cuando no pierden la vida en el atraco
El domingo pasado le tocó a la candidata Claudia Sheinbaum, pero no sólo en Chiapas, en muchos lugares de México son frecuentes los retenes de encapuchados colocados con motivos diversos, que detienen a quienes transitan por los caminos tomados por particulares. Los que en Motozintla pararon a la candidata de Morena se presentaron como una suerte de vigilantes, de autodefensas que actúan para defender su pueblo de los del pueblo de enfrente, pero bien podría tratarse, como afirman personas en quienes confío y que conocen la zona porque trabajan ahí desde hace muchos años en labores de investigación científica, de bandidos vinculados al tráfico de drogas que controlan territorios y están en competencia con otras bandas de bandidos no sólo por las rutas de tráfico, sino también para establecer sistemas privados de exacción.
El gesto de la candidata, que tomó el incidente con una normalidad pasmosa, es reflejo del grado de normalización que la privatización de la violencia tiene ya en México. Se alcanza a oír en el video que ha circulado profusamente que Sheinbaum les dice “sí, está bien” o algo parecido y le extiende la mano a uno de los asaltantes, pues no son otra cosa quienes de manera privada se hacen con el control de una carretera federal. El vocero del grupo insiste en que no están en contra del Gobierno, que sólo están cuidando a su pueblo.
Se trató de un hecho inaudito que causaría gran alarma y escándalo en cualquier país donde el Estado tenga capacidad de imponer el orden jurídico como base de la convivencia social, pero en México una de las dos candidatas con posibilidades de triunfo reacciona como si se tratara de un incidente menor, pero lo que resulta todavía más alarmante es que ni su principal contrincante, ni el tercero en discordia le han dado la menor importancia al incidente, por llamarlo de alguna manera.
Lo ocurrido en Motozintla es sólo una pequeña muestra, aunque de la mayor gravedad por tratarse de una candidata a la Presidencia, de la descomposición del Estado mexicano, incapaz de controlar los caminos y de garantizar la convivencia entre los pueblos de una región, como dicen los encapuchados de esta historia, ni de evitar que, como en el siglo XIX, las bandas de bandidos aterroricen a la población y capturen importantes tajadas de rentas de las actividades productivas, con efectos negativos sobre las economías regionales. Ahí donde hay un cultivo rentable, una explotación que genera riqueza o un comercio floreciente aparece un grupo de extorsionadores que vende protección bajo amenaza, mientras el Estado, pasmado e impotente, se desvanece.
Es evidente que, en muchos casos, quienes deberían ejercer la autoridad formal están coludidos o son parte de las organizaciones dedicadas al bandidaje. Si en el origen fue el tráfico de drogas, propiciado por la absurda prohibición impuesta por los Estados Unidos, la principal fuente de ingresos del bandidaje, ahora esa es sólo una de sus actividades depredadoras y muchas bandas ni siquiera tienen ya el narcotráfico como uno de sus negocios, pues armados hasta los dientes como están pueden controlar diferentes actividades, a costa de la productividad general de la economía.
Así como el domingo fue un grupo de supuestos vigilantes el que detuvo a Sheinbaum, es frecuente que el retén sea mucho menos benévolo y que quienes caigan en él se queden sin pertenencias o hasta sin coche, cuando no pierden la vida en el atraco. Lo aterrador es que la normalidad anecdótica con la que tomó la candidata el asunto se ha contagiado a buena parte de la población, que no considera el tema como una causa para castigar electoralmente al partido en el Gobierno, como si no tuviera nada que ver el desastre de política de seguridad militarizada con la situación que se ha vuelto cotidiana.
A la científica Sheinbaum le pareció tan normal el asunto que declaró, oronda, que no va a presentar denuncia de los hechos ante alguna Fiscalía, ya sea la de Chiapas o la federal. Eso mismo acaban decidiendo miles de mexicanos que han sido víctimas de hechos de este tipo: no denuncian, ya sea porque les parece normal el hecho o porque no tienen confianza alguna en que el ministerio público investigue y arme un caso sustentado contra los perpetradores.
La evidencia de la crisis estatal está ahí, ante nuestros ojos y los de la candidata, pero ni ella ni sus contrincantes ha hecho algún planteamiento serio para enfrentarla. La función básica de la organización estatal, la de garantizar la seguridad del territorio, está hecha añicos, pero también muchas otras de sus tareas, como la educación o la sanidad, han quedado en estado calamitoso, lo mismo que las infraestructuras básicas, que se caen literalmente a pedazos.
Sin embargo, pereciera que buena parte de la sociedad no asocia estos fallos con los gobernantes a los que ha dado su voto, como si el desastre fuera una calamidad provocada por un destino ajeno a la acción de los políticos que piden el voto. Día a día se puede notar el deterioro de la vida cotidiana en el país –el caso del agua de la Ciudad de México es otro tema que debería haber provocado una rebelión ciudadana– pero los políticos en campaña siguen haciendo payasadas y miran a otro lado.
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25-04-2024 - 12:01 am
"Pobre muy pobre visión de la cultura tuvo este gobierno y no parece que Sheinbaum tenga ningún punto de vista crítico al respecto".
A mediados de la campaña, querido lector, poco se sabe de los proyectos específicos en materia cultural de los partidos. Las propuestas para el sector cultura de la candidata morenista son vagos y generales. Muy poco proyecto: lectura, educación, y continuación de la política de este sexenio, centrada en su programa de cultura comunitaria, no mucho más. En cuanto al proyecto de la prianista Gálvez, es un poco más extenso y más preciso: aumento de presupuesto, construcción de infraestructura, regresar programas y privilegios a un puñado de personas de las élites culturales. Es un proyecto que mira hacia atrás, que busca la restauración del viejo orden, pero al menos decidieron voltear a ver a la cultura por más un minuto, a diferencia de Morena.
Es una pena que la candidata de la izquierda tenga un proyecto tan pobre y es muy llamativo que no tengan la menor autocrítica con respecto a las cosas que tan mal se hicieron este sexenio y que fueron sistemáticamente denunciadas por la comunidad cultural, desde los proyectos centralistas como ha sido el de Chapultepec, tanto como la política austericida en la que sumieron al sector, así como la desaparición de los fideicomisos.
En la administración de Claudia Sheinbaum, en la Ciudad de México, hubo serios problemas por falta y retrasos en los pagos de quienes se dedican a la cultura, meses en los que no pudieron cobrar sus honorarios quienes participaron en sus programas. No solo eso, hubo denuncias de personas contratadas como maestros de sus centros culturales que fueron usadas como personal comodín para labores ajenas a sus funciones como la asistencia a los centros de vacunación, durante la pandemia. Digamos, no, no fue un buen sexenio para la cultura, ni en el país ni en la Ciudad de México. Y no parece que esto vaya a cambiar si gana Morena, como anuncian las encuestas. La destrucción de los fideicomisos culturales demostró ser un error: los retrasos en los pagos de los programas del antiguo Fonca que fueron incluidos en una pobre Dirección, ha sido una constante, así como el desdén del director y de la funcionaria encargada del sector. La propaganda, más que otra cosa, fue a lo que se destinaron los recursos de la Secretaría de Cultura. Asimismo, el uso demagógico de los programas y carteleras fue más que escandaloso: se utilizaron para asentar una línea ideológica exclusivamente.
Pobre muy pobre visión de la cultura tuvo este gobierno y no parece que Sheinbaum tenga ningún punto de vista crítico al respecto, tampoco ninguna imaginación, como no la tiene Gálvez centrada en repetir el pasado.
¿En serio solo hay de dos sopas? Me pregunto. Habiendo tantas cosas que podrían hacerse, novedosas y benéficas para la población mexicana en el aspecto cultural, las propuestas que se nos ofrecen son verdaderamente escuálidas. No es necesario regresar al status anterior, ni volver a privilegiar a un mismo grupo, ni mantener el pobre status quo actual, se puede proponer una visión política diferente. Para empezar, la democratización de la cultura, no la expoliación de la cultura. Porque la democratización no consiste en desaparecer el estado cultural, empobrecerlo, sino todo lo contrario. Significa que más mexicanos tengan acceso a la cultura (no solo los habitantes de la Ciudad de México o del sur de la Ciudad) como un derecho y para ello el presupuesto cultural tendría que aumentarse. El acceso a la cultura no consiste en garantizar que una comunidad pobre tenga acceso a sus propias manifestaciones culturales, sino que tenga acceso a las diversas manifestaciones artísticas: tanto de cultura popular como de la llamada alta cultura.
La propagación de casas de cultura por todo el país no es ni siquiera una creación morenista, sino priista. Es una infraestructura concebida y creada en el pasado y ya había sido superada por una infraestructura mucho mejor y más avanzada. Nada nuevo, pues, tienen los centros culturales que los gobiernos morenistas “crearon”: ni los Pilares en la Ciudad de México, ni los Semilleros en la Secretaría de Cultura y sus alcances han sido muy limitados, como es lógico. Es una locura plantear como política cultural del país la creación de casas de cultura que ya funcionan y que lo mismo dan clases de computación que de gimnasia. Naturalmente, sin presupuesto es muy difícil democratizar nada. Esto es lo que se hizo, por ejemplo, con el Sistema Nacional de Creadores de Arte que es totalmente insuficiente para cubrir las necesidades de los artistas mexicanos. Durante este sexenio congelaron el monto de la beca, eliminaron la homologación del monto con el salario mínimo y no se aumentó el número de becas. Obviamente, las injusticias se multiplicaron. Creadores y artistas mayores de sesenta años han sufrido la discriminación que han hecho de ellos y muchos están abandonados a su suerte, sin seguridad social y sin trabajo tras haber dedicado su vida a la creación del patrimonio artístico nacional. Una vergüenza y una injusticia, la verdad. Mientras, personas muy jóvenes, sin ninguna trayectoria, fueron sistemáticamente incorporados al Sistema, incluidos por jurados que a su vez carecían de cualquier mérito y habían sido incorporados por quienes a su vez no tenían méritos. Un círculo vicioso y perverso, en eso consistió la supuesta “democratización” de los estímulos. Ni qué decir de la línea ideológica que determinó todas las actividades.
Quizás, lo peor sea la posición de subordinación en que colocaron a la cultura: como una herramienta a ser utilizada en las diversas necesidades sociales: herramienta “pacificadora”, herramienta demagógica, herramienta propagandística. Como si las manifestaciones artísticas y culturales, libres y autónomas, no tuvieran, por sí mismas, suficiente valor y utilidad dentro de la sociedad. Una visión muy pobre, ciertamente, de la función social del arte. Es descorazonador y frustrante que la izquierda partidista haya sido incapaz de plantear un proyecto cultural plural, abarcador, democrático e incluso, que sea incapaz de ver a la cultura como parte central de su proyecto político. Naturalmente, esto no significa privilegiar a una mafia ni regresar a un orden corrupto.
Muchos creímos que la izquierda que creía en la cultura y que llegó primero a la Ciudad de México hace 27 años, con Cuauhtémoc Cárdenas y que mucho hizo por la cultura en la ciudad, continuaría con la llegada de López Obrador a la presidencia. No fue así.
Aunque hasta ahora Sheinbaum y su equipo parecen estar cometiendo el mismo error de subestimar y maltratar a una comunidad compleja, plural, y muy rica, la cultura debería ocupar un lugar central en un movimiento que se dice “humanista”. Aún están a tiempo para atender la crítica que el gobierno lopezobradorista sistemáticamente se negó a escuchar, querido lector; deberían de hacerlo. México tiene una riqueza artística y cultural digna de la mejor política de Estado, no de generalidades y vacíos.
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24-04-2024 - 12:05 am
"La izquierda se ha impuesto una tarea que no es ganar la presidencia de la República solamente sino ganar también la mayoría calificada en el Congreso para, desde ahí, poder reformar al poder judicial".
Según la más reciente encuesta de Enkoll para la Presidencia de México, 72% ya no cambiará su voto. El efecto del primer debate aumentó el rechazo en casi diez puntos por Xóchitl Gálvez, de 39 a 48% que declaran que nunca votarían por ella. Su rechazo efectivo ya está en 59%, es decir, unos 24 millones de personas jamás cruzarían su nombre en la boleta. A la pregunta de si lo mejor para el país es que siga gobernando Morena, los encuestados respondieron, después del primer debate, que sí en un 63%, cuando en febrero eran 59%, es decir, aumento cuatro puntos. Por nivel socioeconómico, la encuesta de Enkol desmiente como ya se ha hecho, aquello de que sólo los pobres votan por la izquierda. Entre los sectores de más altos ingresos, Claudia tiene un respaldo del 51%, así como entre las tres categorías de las clases medias, en los que alcanza resultados, entre el 55 y 58%. No así Xóchitl que tiene un pequeño repunte en el último escalón socioeconómico, es decir, entre los que tienen una jefa o jefe de familia que sólo tiene estudios de primaria. De todos modos no es significativo porque Xóchitl sólo alcanza ahí un 34%. Maynez logra en el sector más privilegiado y con edades entre 18 y 27 su mejor resultado, 12%. Pero, entre las clases medias, tiene un vergonzoso 7% y baja hasta llegar a 4%. En la categoría generacional, no hay nada más que decir: Sheinbaum logra sus mejores porcentajes con los que tienen entre 18 y 27, pero también uno muy bueno entre los que tienen entre 27 y 43 años de edad.
Lo que deja en claro la encuesta de Enkol es que el debate ayudó a definir mucho más la certeza de los votantes sobre lo que quieren para el país: que siga la transformación con Claudia Sheinbaum. Es por eso que su votación efectiva es del 60%, 27 puntos sobre el segundo lugar, el PRIAN. Esto quiere decir, aproximadamente, que Claudia obtendrá cerca de 11 millones de votos más que Xóchitl. Siguen ahí los 30 millones de votos conseguidos por AMLO hace seis años.
Pero la izquierda se ha impuesto una tarea que no es ganar la presidencia de la República solamente sino ganar también la mayoría calificada en el Congreso para, desde ahí, poder reformar al poder judicial y avanzar en la ruta de la soberanía energética, la austeridad republicana —es decir, la de los gobernantes, no la de los gobernados—, y la redistribución de la riqueza generada por todos, vía impuestos a los más ricos, programas sociales a los vulnerables, e infraestructura para todas las regiones del país. Para ello, necesita, ya hemos dicho en estas videocolumnas, tres millones de votos más que López Obrador en 2018.
El Plan C parece más cerca que nunca y eso ha comenzado a generar cierta inquietud entre los votantes de la izquierda: ¿Hay que repartirle a los aliados, el PT y el Verde, algunos de nuestros votos? ¿Lograrán estos partidos desvalidos tener diputados y senadores que puedan ayudar en la transformación? La respuesta general es no. El PT y el Verde no necesitan votos de caridad, porque ya dentro de las listas de candidatos de la coalición de Morena, están incluso sobre representados. Morena les otorgó 80 diputaciones de mayoría, lo que quiere decir que les dio la oportunidad de hacer crecer sus electorados en el territorio usando la aprobación del Presidente. Pero hasta ahí. Ellos tendrán que hacerse de sus votantes propios y, si no, desaparecer porque, si todo sale bien, la nueva reforma electoral prescindirá de los pluris.
A nivel local, en presidencias municipales y algunas alcaldías de la Ciudad de México, se ha jalado al priismo descontento pensando que eso neutraliza al prianismo militante. Es una táctica que todavía está por arrojar algún tipo de resultado, habida cuenta de la propia experiencia del movimiento con Lilly Téllez, Germán Martínez, y Mario Di Constanzo. No se sabe cuántos de ellos traicionarán o no. Lo que está claro es que, para ganar el Plan C, se necesita que se resquebraje el viejo sistema de partidos, que el PRI desparezca y que Acción Nacional quede reducido a su expresión más recalcitrante, la de la ultra derecha yunquista. Por lo tanto, el trabajo del Plan C no le toca a los electores, sino a la dirigencia de Morena que ha tenido que tragar mucho sapo para quitarle bases al PRI y al PAN.
Pero volvamos a cómo votar. En diputados, el voto masivo por Morena no afecta a los demás partidos de la coalición, ni el resultado de la mayoría calificada. En el senado, hay 12 estados en que no se va en alianza electoral y ahí quizás valga la pena que los electores voten por PT para obtener los senadores de minoría. Esos estados son: Baja California, Campeche, Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Querétaro, Tabasco, Tlaxcala, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas. Así que, básicamente, la idea es votar todo Morena, salvo para el senado, si usted vive en cualquiera de esos 12 estados que enlisté.
Pero dejemos los números por un momento. Realmente lo que importa es organizar al movimiento de insurrección democrática a un nivel superior. ¿Por qué lo digo? Porque, pongamos que no se logra la mayoría calificada en el Congreso, que nos quedamos a 40 diputados de alcanzarla. Ahí se tienen sólo dos opciones, que no están contrapuestas: negociar con quien quede como bisagra, que puede ser el Partido del Movimiento Ciudadano, y movilizar al pueblo para presionar por la aprobación de las nuevas leyes y reformas constitucionales. Claudia lo sabe por la experiencia en el movimiento estudiantil: es mejor negociar adentro con una plaza llena afuera. Lo es también para el movimiento porque así está pendiente de lo que se negocia en las cámaras de dipuados y senadores. El movimiento de la 4T debe mantenerse vigilante. Ya lo hemos escrito en oytros momentos: “Morena, como partido, debe usar este mensaje de abajo hacia arriba para revisarse y rectificarse como institución, para no encerrarse en su propia jerarquía burocrática o en la concentración de la autoridad que, inevitablemente, va generando una lógica que la aleja del movimiento. Ahora, cuando hablamos de movimiento, no necesariamente hablamos de todos sus electores. Éstos están divididos en dos tipos: los que apoyan de una forma identitaria, moral, por lo que debe ser lo público; y los que son leales porque los resultados son palmarios y, en algunos casos, como la economía, espectaculares. El electorado de Morena no es tan práctico como el de los otros partidos —me beneficia, lo voto—, sino que apoya por un propósito que lo trasciende: la purificación de la vida pública, el humanismo mexicano, la soberanía nacional. Como estado de ánimo, ese es el obradorismo. No son sólo los morenistas ni tampoco sólo los que votan por ella. Es un objetivo final, bueno, deseable en sí mismo. Una forma de pertenecer al país dominada por la recuperación de las virtudes públicas. Veo un partido que pueda convocar al obradorismo cuando se necesite para reafirmar la mayoría en una decisión presidencial”. Los veo, a los obradoristas, a las afueras de la Suprema Corte de Justicia, en el Zócalo si Estados Unidos nos vuelve a agredir comercialmente o pretende dañar a nuestros migrantes. Los veo afuera del Palacio de San Lázaro y del Senado de la República no permitiendo los retrocesos.
Contar con un movimiento que precede al partido es una ventaja que pocos países de América Latina tienen. Contar con un partido donde todas las versiones de la izquierda conviven también es un caso único en una América Latina donde hay tres, cuatro y hasta seis distintas posiciones, cada una con su partido. En Chile, eso no permitió que se conservara la mayoría para aprobar una nueva Constitución. En Bolivia, las divisiones han generado parálisis. En Ecuador, permitieron el ascenso del neoliberalismo más burdo y torpe. Lo mismo podemos decir de Argentina. En México tenemos a todas las fuerzas de izquierda dentro del obradorismo, un estado de ánimo que antecede a la propia formación de Morena. No debe aminorarse si no se consigue el Plan C. Todo lo contrario, esa deberá ser la llamada para movilizarse en cada estado y región para forzar las reformas que vienen. El Plan C no se termina con la elección, si acaso empieza desde ahí.
Lo que Claudia Sheinbaum ha logrado en estos meses de precampaña, intermedio y campaña es organizar al partido, evitando a toda costa su división —por ejemplo, cuando se presentaron las amenazas de Ebrard, Monreal, y Mier— y delineando lo que será el obradorismo a partir de proyectos concretos qué defender frente a una élite que tiene todavía mucho poder económico y mediático. Pero no sólo. Ahí están los votantes del PRIAN, que si bien están a 27 puntos de distancia, existen como obstáculo aspiracionista, racista, clasista, patriarcal, regionalista, que seguirá viviendo en una burbuja en la que el país se sigue destruyendo y hay una dictadura de los pobres que se dejan comprar con derechos sociales. Esos 13 millones no van a desaparecer, no se van a exiliar a Argentina, ni a Ecuador. Y lo que tenemos que vislumbrar es la lucha política que viene y que no se resuelve con una mayoría calificada en el Congreso. Viene desde mucho más abajo y está mucho más a la izquierda de lo que parece. Y debemos estar preparados para las batallas que empiezan el 2 de junio para defender lo alcanzado y empujar fuerte hacia la profundidad de las transformaciones. No es una tarea exclusiva de los representantes electos, sino que tiene. Un poderosos componente de política nacional-popular.
Hay, pues, dos instancias del obradorismo: el que vota por la continuidad de la transformación y el que estárá contenido en los representantes en cámaras federales, locales, gubernaturas, presidencias municipales, regidurías. La correa de transmisión entre ambas es la idea de los principios éticos y de los compromisos políticos pero, en el caso de Morena, se añade el hecho inesperado de que la irrupción en la política de los excluidos les brinda a estos una identidad. El obradorimso son las demandas convertidas en planes de gobierno y políticas públicas junto con un movimiento que las vigila. Es un movimiento que está forjado por tres características: la indignación moral contra la corrupción, un nuevo arriago republicano muy lejano del viejo nacionalismo revolucionario, y un sentimiento anti-oligárquico. La indignación moral viene de la pérdida de la confianza en casi todas las instituciones, incluyendo los medios masivos de comunicación, el aparato de justicia, los organismos autónomos que sirven a los intereses extranjeros, y el descaro de los que siguen mintiendo sobre la situación nacional. El nuevo arraigo o sentido de pertenencia al país está definido por la participación política, sobre todo el debate a partir de Las mañaneras, y eso se debe extender hacia un conocimiento más puntual de las inciativas constitucionales y aún a las políticas públicas. Y, finalmente, el tercer componente, el sentimiento anti-oligárquico es una defensa de que no se les vuelva jamás a excluir de los asuntos públicos o, como en los sexenios panistas, de la idea de que formamos parte de México. Cualquier señal de que se utiliza al partido sólo como un vehículo electoral para una élite política, será condenado. Cualquier señal de que el diputado, senador, gobernador, alcalde se desvié de lo que está comprometido a lograr, en beneificio personal o de un grupo político, será también condenado.
Vivimos el tiempo del juego de los reconocimientos sociales y de las deshonras públicas. Se han reconocido, por ejemplo, a los migrantes. Se ha deshonrado, por ejemplo, a los “intelectuales” del neoliberalismo. Eso no sólo es posible porque Andrés Manuel lo dice desde las mañaneras, es un efecto de la atmósfera cultural que ha cambiado para siempre lo que se entiende por política, por confrontación pública, por honra y deshonra. Es quizás uno de los cambios más significativos que han ocurrido en estos años. Han cambiado las formas de legibilidad institucional. Esto que suena tan complicado, en realidad no lo es: la forma en que desde el poder se entiende a los pobres, a los trabajadores, la soberanía nacional, y las regiones del país ha cambiado sustancialmente. De ser un país que aplaudía “el porte” de Peña Nieto, ansiaba viajar a Orlando, vivir aislado del mundo en un departamento exclusivo, y despreciaba todo lo demás, al país del arraigo republicano donde pertenecer al país es hacer y hablar de política, donde está a la vista la desigualdad y también el conflicto social. Honra y deshonra tienen un componente nacional-popular y antijerárquico, como en la versión más radical de la democracia, en la que todos somos, aunque sea en la forma de entendernos, de leernos, iguales.
Eso es lo que habrá que crecer y consolidar. No todo es el Plan C y sus cálculos. Queda todo lo demás, el resto amplísimo, de la democratización de la democracia mexicana.
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24-04-2024 - 12:04 am
"El dragón al descender se transfigura en águila, retoma su vuelo y da vueltas sobre nuestras cabezas".
I
Las aves se adelantan cada madrugada,
narran lo que va a suceder
y los ayeres de la lluvia.
Sus graznidos y cantos,
las discusiones al amparo
de las copas de los árboles,
no dejan de ser un festejo:
anuncian el arribo del día,
y su despliegue.
II
En la habitación interior,
el tiempo encuentra su sentido:
la estancia del ser,
en su presente,
donde pasado y futuro
se entrelazan,
sin angustia, ni reparo.
Es el origen de la geometría,
de la misma arquitectura
las sagradas medidas
de la representación,
sus ángulos, trazos,
triángulos, círculos, estrellas;
en la ventana
los contornos se diluyen,
emergen los volúmenes.
III
El dragón al descender
se transfigura en águila,
retoma su vuelo
y da vueltas
sobre nuestras cabezas.
Los siglos pasan
y el desaliento heredado
retorna,
una y otra vez,
se levantan ciudades y reinos
que serán ruinas y leyendas;
escudos y estandartes
tras las vitrinas rotas.
El silencio de los colores
permite ver las montañas;
los ciclistas en hilera
ruedan hacia ellas;
en los contornos,
las minas,
no dejan de ser heridas
en el paisaje del altiplano.
Nos equivocamos,
cuando nos confundimos
con el anhelo de ser dioses;
ocultamos ese deseo
con la razón histórica del saber
y su entramado en la ciencia.
IV
Hay una distancia
que no se puede acortar;
es la interrogante
de la existencia.
El conocimiento surge
de sus parámetros
y también marca sus límites.
La escritura
nació de esa conciencia;
un intento
para evitar
la separación.
Nombrar la vibración del sonido,
fue el arte que abrió el infinito
y conjugó a los sentidos.
V
Antes,
de los muros en las cavernas,
en los cielos
se leyeron los primeros signos:
las nubes dictaron su químico espejo
adherido a la luz de los vientos.
El poder del vocablo
puede hacer
que una fisura se convierta
en fractura
y nos aproxime
a un desenlace no percibido.
VI
Al amanecer,
en la proa de la conciencia,
toda palabra
se convierte en un anzuelo.
Hay ideas
que no tienen donde dormir,
y están en vilo,
hasta consumirse
en su volátil existencia.
La textura del pensamiento
define su capacidad
y la exactitud de la congruencia.
Que tertulia
de la neblina en el barandal,
las gotas asemejan
el repique de campanas
de una parroquia que despierta,
son ellas, en su persistencia,
las que advierten
del abismo que nos circunda.
Rendija: Lo que estamos viviendo es un golpe seco a la confianza de la humanidad: es el dolor que se manifiesta en la misma crueldad, que se expande desde los escenarios locales a los mundiales. Pareciera que nuestra incapacidad se manifiesta en la normalización de la violencia.
He estado en Israel, en Palestina, en Irán, como un ciudadano común, duele ver los crímenes que unos y otros cometen: hebreos, persas, palestinos, árabes, judíos, musulmanes, cristianos, agnósticos, ateos; con una infancia sacrificada por la estupidez y crueldad de unos que los otros multiplican. El inconsciente colectivo, las heridas de la Segunda Guerra Mundial, revividas, el terrorismo de todos, el mutante estado-nación, que cruje en un mundo hipertecnológico global. El absurdo de los nacionalismos, la perversidad de la política del poder llámese Netaniahu o Hamas, o algunos ayatolás estancados a fines de los setenta del siglo pasado.
Y si construyeran un Medio Oriente para todos, una confederación de estados plurales étnica, religiosa y políticamente, ¿que se los impide? con la riqueza material, intelectual y espiritual que tienen.
Este sería el único partido que vale la pena jugar para los que estamos fuera del campo de la guerra. Alinearse en la porra de uno u otro bando solo alimenta la destrucción.
Tanto en Israel, como en Palestina e Irán, hay miles de ciudadanos, hombres y mujeres que quieren La Paz y la prosperidad, gobiernos libres, democráticos y dispuestos a construir meta-estados o redes de sociedades plurales, donde la guerra esté enterrada bajo las ardientes arenas del desierto.
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24-04-2024 - 12:04 am
"El narcotráfico controla en Baja California, la venta de pescados y mariscos, y también “castiga” a quienes incumplen algún trato o criminal acuerdo".
Ensenada, Baja California, es un puerto en desarrollo y además un municipio que alberga a uno de los principales atractivos turísticos de la Baja California: el Valle de Guadalupe, la región vinícola que produce el 70 por ciento del vino que se comercializa en México, de acuerdo a sus enólogos.
De la mano del vino, y aprovechando la acuacultura y la basta fauna marina que se reproduce en esa parte del pacífico mexicano, la gastronomía bajacaliforniana ha ganado buena fama a nivel nacional e internacional. Ni qué decir de la calidad de los productos que se cultivan y se pescan en las costas de Ensenada como la langosta, la almeja, el abulón, el callo de hacha, el camarón y múltiples especies de peces.
El desarrollo de la venta de productos acuíferos no es nuevo en Ensenada, por muchos años a mitad del Siglo pasado, esa comunidad sobrevivió de las empacadoras de atún, y la pesca local que dio vida, fama y auge al llamado mercado negro, una zona exclusiva para la venta y preparación de alimentos con productos locales a precios que solían ser módicos, además ubicada a la entrada al municipio, justo donde se reúne la zona urbana con el puerto de pesca y turístico de la entidad, que también solía (antes de la pandemia) recibir cruceros de todo el mundo.
Pero como todo negocio en auge, ahora fue tomado por el narcotráfico. Hace ya varios años que se comenta en la mesa de seguridad del Estado y entre los mandos de corporaciones de investigación y prevención, que el Puerto de Ensenada, el de carga, está tomado por el cártel de Sinaloa; lo hicieron su “plaza” unos hermanos, Aquiles y René Arzate, que desde Sinaloa y otros puntos del país, manejan una célula del cártel que está afiliada al ala criminal que en esa mafia comanda Ismael Zambada García, el Mayo.
Esa misma célula, con integrantes de menor nivel jerárquico criminal, establecieron una red para apoderarse de la venta y distribución de productos del mar en Ensenada. El semanario ZETA publicó en su edición del 12 de abril de 2024 una investigación al respecto. Para el caso fueron entrevistados comerciantes, pescadores rivereños, empresarios e investigadores.
Así como el narcotráfico ha tomado otros territorios altamente productivos en el País, donde no solo cobran piso a los agricultores también a los transportistas, como en las zonas agrícolas de Michoacán, Sinaloa, Jalisco, Veracruz, Tamaulipas, comercios y sierra de Guerrero, en Baja California la del pescado y del marisco es ahora una zona del narco. En promedio, explicaron distribuidores, en Ensenada se venden 30 toneladas de camarón al día, la célula del cártel de Sinaloa cobra 5 pesos por cada kilo a quienes pescan, tratan y distribuyen el producto marino.
En el colmo de la impunidad, hace más de un año fue reportada la actividad de un negocio, la Casita del Camarón, al que restauranteros, comerciantes y distribuidores, estaban obligados, a fuerza de amenazas contra la vida, a comprar el producto para su negocio. En la investigación periodística se pudo observar que el expendio de pescados y mariscos, no contaba con un solo permiso del orden municipal para el desarrollo de su actividad; ni uso de suelo, ni autorización de protección civil, ni de operación. Tampoco aparecía en el padrón estatal de comercios.
Ni en la secretaría de economía del Estado, ni en Reglamentos Municipales, pudieron explicar a los reporteros el caso, cómo es que un negocio operaba, daba recibos a sus clientes, sin estar inscrito en un padrón oficial del ayuntamiento o del Estado, y haber pagado todos sus permisos. En ningún momento gobierno alguno acudió al lugar para verificar los permisos o clausurarlo luego que ellos mismos confirmaron, no estaba regularizado.
Hasta hace unas semanas el negocio dejó de operar por unos días, no porque lo clausuraran o porque recibiera la visita de inspectores, sino porque anónimos criminales aventaron una bomba molotov a la instalación, que no sufrió grandes daños pues la construcción estaba preparada para soportar un ataque de esa naturaleza, reforzadas sus puertas metálicas corredizas con láminas de aluminio.
El narcotráfico controla en Baja California, la venta de pescados y mariscos, y también “castiga” a quienes incumplen algún trato o criminal acuerdo. Las células y los cárteles instauran, alternos a los gobiernos, su sistema de cobro por actividad productiva, y su sistema de venganza para amedrentar a los ciudadanos a ceder ante sus ilícitas actividades y peticiones.
La impunidad que prevalece en México actualmente, sustentada en la política de abrazos y no balazos del gobierno de la República, y la inactividad de la Fiscalía General de la República a cargo de Alejandro Gertz Manero, para cumplir con su obligación de combatir al narcotráfico y el crimen organizado, propicia el crecimiento de los cárteles y la expansión de sus ilícitos negocios hacia el cobro de piso, la extorsión, el secuestro de las cadenas productivas, dejando a los ciudadanos indefensos, vulnerados, amenazados y extorsionados.
Los territorios del narco en México están transitando de las calles y avenidas en las cuales distribuyen sus drogas, o las fronteras por las cuáles las trafican a otros países, hacia los sectores económicos que mantienen el país, y lo están haciendo con toda la libertad que da el no ser combatidos ni por el gobierno de la República ni por la FGR, mucho menos por los Estados.
Hace unos días la candidata oficial a la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, fue detenida por un “reten” en las carreteras de Chiapas. A saber, miembros del cártel de Sinaloa cuidando una parte de aquella entidad. La abordaron con toda seguridad y sin violentarla de alguna manera, de buena forma le expusieron lo que hacían y le pidieron no olvidarse de esa zona y contribuir para la seguridad de la misma.
Eso, en el menor de los casos, sucede todos los días a cientos de mexicanos que transitan por las calles del país, aunque muchos son asesinados, secuestrados o extorsionados. Como los cinco jóvenes que fueron asesinados a inicios de diciembre de 2023 en Celaya, Guanajuato, y que el presidente dijo que fue por un “consumo de drogas”, porque supuestamente le compraron droga, y lo que sigue son las palabras textuales del presidente Andrés Manuel López Obrador: “estaba vendiendo en territorio que le pertenecía a otra banda”, lo cual indica que el mandatario nacional sabe que el narco tiene en México sus territorios, pero poco o nada hace por recuperarlos para los mexicanos e instaurar la paz, como es su obligación, en lugar de la impunidad que parece echar raíces.
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23-04-2024 - 12:05 am
"Están pendientes todavía 16 órdenes de aprehensión contra servidores públicos de la alcaldía encabezada por Taboada".
Es muy grave lo que acecha a México: Detrás de los candidatos de la coalición PRI, PAN y PRD, entre ellos Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada, hay una estructura mafiosa y antipopular que, por muchos años, ha utilizado los cargos públicos para enriquecerse en sociedad con empresarios corruptos y en esta elección tiene a la Ciudad de México como epicentro para continuar con el saqueo y la impunidad.
La cúpula de esta estructura política, que opera con la lógica de la delincuencia organizada, ya abandonó a Xóchitl Gálvez por la Presidencia de la República —todos los votos que atraiga para el Congreso son ganancia—, y todos los recursos económicos, humanos y propagandísticos están dirigidos a que Taboada gane la jefatura de Gobierno para, desde ahí, hacer millonarios negocios.
Esta red de delincuencia de cuello blanco de la que forman parte Alejandro “Alito” Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, bajo la jefatura de Claudio X. González y un grupo de oligarcas, trama tener a la Ciudad de México con Taboada como su caja chica de grandes negocios y como la plataforma para la elección de 2030, cuando prevén mayores posibilidades de ganar la Presidencia de la República.
El diseño de esta plan incluye que “Alito” Moreno y Cortés sean senadores y coordinadores por seis años de las bancadas de PRI y PAN, respectivamente, mientras que los presidentes serán Rubén Moreira y Jorge Romero Herrera, justamente el jefe del grupo mafioso de este partido, del que es coordinador de la bancada en la Cámara de Diputados y a quien responde directamente Taboada.
En el debate de este domingo, la candidata de la izquierda, Clara Brugada, no fue capaz de acreditar con información sólida el peligro que representa Taboada para los habitantes de la Ciudad de México, no sólo él como servidor público, sino como parte de este grupo delincuencial que comenzó falsificando afiliaciones del PAN en 2007, apoyado por Felipe Calderón, y que desde entonces ha cometido múltiples delitos.
Romero Herrera, capo de este grupo mafioso, tiene 11 carpetas de investigación iniciadas por la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México por diversos delitos; Taboada tiene 16 investigaciones por extorsión, peculado, uso indebido de atribuciones, entre otros, y Víctor Mendoza Acevedo, el fugitivo director general de Planeación de la alcaldía, seis carpetas de investigación por varios delitos.
Víctor es hermano de Luis Mendoza Acevedo, el candidato del PRIAN a la alcaldía Benito Juárez, cuyo exalcalde Christian von Roerich está preso por el mismo esquema de corrupción inmobiliaria sobre cuyos delitos se han declarado culpables de enriquecimiento ilícito excolaboradores de Romero Herrera, como René Nicias Aridjis y Luis Vizcaíno.
Está tan demostrado el esquema delincuencial en la alcaldía Benito Juárez, gobernada por el PAN desde el 2000, que Aridjis y Vizcaíno hasta han devuelto numerosos bienes inmuebles como parte de su responsabilidad.
Por el mismo esquema de corrupción inmobiliaria está presa Sofía von Roerich, hermana del exalcalde y socia en una valiosa propiedad en la colonia Del Valle de Noelia Romero Herrera, hermana del jefe del Cártel Inmobiliario, y del propio Aridjis.
Nada de esto se discutió como se debía en el debate de Clara Brugada con Taboada, quien por eso mismo no quería ni mencionarlo y llevar la discusión a su terreno, que para eso se preparó. El corazón de la disputa por la capital del país son los negocios al amparo del poder político, entre ellos, pero no sólo, el inmobiliario.
Es tan amplio el esquema de corrupción, descrita puntualmente en muchos reportajes en SinEmbargoMX, que están pendientes todavía 16 órdenes de aprehensión contra servidores públicos de la alcaldía encabezada por Taboada, algunos de los cuales se han dado a la fuga presuntamente alertados por personajes infiltrados en el Poder Judicial de la capital.
Dos de estos personajes son Ricardo Amezcua Galán, consejero de la Judicatura de la Ciudad de México, y Horacio Martínez Becerril, secretario técnico de ese mismo órgano, ambos colaboradores directos de Romero Herrera, quien se hace llamar “El Fürer”.
Y es que, desde hace 18 años, Romero Herrera se apoderó del PAN de la alcaldía Benito Juárez y después, como diputado y delegado, siempre junto a Taboada, extendió su dominio a toda la capital, con base en el control del padrón de militantes, lo que hasta el propio Calderón denunció cuando Margarita Zavala fue aplastada por este grupo que se alió al fugitivo Ricardo Anaya, en 2018.
Gracias a su alianza también con Gustavo Madero, quien protegió a dueños de casinos y hasta hizo diputada en Sinaloa a la novia de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y con Ricardo Anaya, Romero Herrera ascendió a diputado local y se apoderó de los recursos para la reconstrucción tras los sismos de 2017, mientras que Taboada fue parte del esquema de corrupción de los “moches”.
Muchos lo han olvidado, pero Taboada como presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados continuó los “moches” que, en la legislatura previa, el operador fue el secretario técnico de esa comisión, Alejandro Méndez González, quien se convirtió en su suplente y en la actualidad es su operador electoral.
Y hay otros datos que no hay que olvidar sobre este grupo: Taboada votó como diputado en contra de las uniones de personas del mismo sexo y Romero Herrera, a su vez, fue el artífice para que, en marzo de 2020, el PAN rechazara en la Cámara de Diputados que los programa sociales fueran garantizados en la Constitución.
Y otra cosa muy relevante: A este entramado mafioso que encabeza Romero Herrera en la Ciudad de México, que hasta horrorizó a Calderón, se han sumado personajes también vinculados a conductas criminales como Francisco Javier García Cabeza de Vaca y Ricardo Anaya, ambos prófugos.
Sobre esta estructura, Jorge Romero se convertirá, este año, en el presidente nacional del PAN que, en su alianza con el PRI y con los oligarcas que representa Claudio X. González, ya ven como ganada la Ciudad de México.
Cuando falta poco más de un mes para las elecciones, el proyecto mafioso de la derecha avanza ominosamente en la capital de todos…
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23-04-2024 - 12:04 am
"Todas las políticas para combatir la corrupción, requieren de recursos suficientes, adecuados y que tengan trazabilidad".
Por: Anaid García Tobón @laanaidtobon*
¿Qué tienen en común México y Ecuador además de un conflicto diplomático sin precedentes? La ausencia de políticas robustas para la alerta y denuncia de hechos de corrupción y otros actos indebidos. En marzo de este año, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una sentencia histórica en la que se reconoce la obligación que tienen los Estados para proteger a quienes denuncian actos de corrupción. Además, en dicha resolución se insta a facilitar canales adecuados de denuncia a partir de la revisión de un caso de Ecuador, el caso Viteri, en el cual una persona que denunció actos indebidos al interior del ejército sufrió la pérdida de su empleo, arrestos y otro tipo de represalias.
En México la situación no es distinta. Denunciantes que dieron cuenta sobre irregularidades relacionadas con corrupción en la Conade sufrieron atentados en contra de su seguridad e inclusive uno de ellos fue privado de su libertad. Esta es una muestra sobre los riesgos que corren en México las personas denunciantes y alertadoras y las represalias que pueden sufrir, que van desde la pérdida de su empleo hasta riesgos a su seguridad y la de sus familias, así como la problemática que conlleva que no existan políticas adecuadas de protección.
La principal institución pública que gestiona los mecanismos de protección de alerta y denuncia ciudadana de actos de corrupción es la Secretaría de la Función Pública, la cual considera la ciudadanización del combate a la corrupción como una de las estrategias que potencian la lucha contra este fenómeno.
Para ello cuenta con el Sistema Integral de Quejas y Denuncias Ciudadanas, un sistema de recepción y seguimiento de las manifestaciones ciudadanas por presuntas irregularidades y actos de corrupción cometidos por servidores públicos y el Programa de protección a personas ciudadanas alertadoras internas y externas.
Sin embargo, tanto esta, como todas las políticas para combatir la corrupción, requieren de recursos suficientes, adecuados y que tengan trazabilidad. Pese a que el combate a la corrupción se planteó discursivamente en los principales ejes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no ha sido una prioridad desde la perspectiva presupuestaria. De hecho, la tendencia presupuestaria de las principales instituciones anticorrupción ha ido a la baja. En 2019, en el primer presupuesto aprobado por la 4T, seis de las siete entidades anticorrupción tuvieron reducciones. Y aunque se han presentado algunos aumentos a lo largo del sexenio, en términos reales, hoy casi todas estas instituciones cuentan con menos recursos que en 2018.
Aunque no todo son malas noticias, pues el Anexo Trasversal Anticorrupción –una herramienta que permite identificar, de la totalidad de los recursos que reciben las instituciones, cuánto destinan en acciones anticorrupción–ha tenido un aumento progresivo; en 2023 y 2024 se incrementaron sus recursos en 77% y 27% respectivamente y en 2023 se logró establecer legalmente en la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, asegurando así su permanencia año tras año en el presupuesto federal.
Para el caso de los mecanismos de denuncia y alerta, en donde se enfocan las prioridades 5 y 6 del Anexo Transversal Anticorrupción a las cuáles la Secretaría de la Función Pública destinó 22 y 7.3 millones de pesos en 2024, o sea, tan solo 1.7% (prioridad 5) y 0.56% (prioridad 6) del total del presupuesto que la SFP destina al Anexo.
Este monto es muy bajo considerando la gravedad del problema. De acuerdo con datos del INEGI, en 2021, 57.1 % de la población consideró a la corrupción como uno de los problemas más importantes en su entidad federativa, solo por debajo de la inseguridad pública. Aunado a que el costo promedio de corrupción por trámites y servicios fue de 3,044 pesos por persona en términos reales. Si las instituciones tuvieran la oportunidad de detectar los distintos actos de corrupción, estos fueran sancionados y el dinero recuperado, México tendría una bolsa de recursos más grande que podría destinar para tener mejores servicios públicos y una mayor garantía de derechos humanos.
Por ello, es indispensable fortalecer las capacidades institucionales de los entes anticorrupción y esto implica la suficiencia presupuestal, acompañada de controles y fiscalización, así como el fortalecimiento de las herramientas presupuestales como el Anexo Transversal Anticorrupción que permita identificar desequilibrios presupuestarios en las políticas y su reorientación en caso de que sea necesario.
La adecuada protección de personas alertadoras y denunciantes requiere de un sistema de protección, que sea garantizado por una ley que les reconozca –y que aún está pendiente en México– pero también necesita suficientes de recursos para implementarse. Para analizar si este tipo de políticas son congruentes y están alineadas con el presupuesto, es oportuna la examinación del Anexo Transversal Anticorrupción, razón por la cuál es importante que se siga utilizando este instrumento presupuestario. No sólo se trata de gastar más sino de gastar mejor, y en áreas estratégicas que posibiliten controlar y disminuir la corrupción, para ello se han desarrollado instrumentos valiosos como el Anexo.
Conoce nuestro análisis Recursos para el control y la disminución de la corrupción aquí.
* Anaid es investigadora en el programa de Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción de @FundarMexico.
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23-04-2024 - 12:04 am
"El problema del agua es cada vez más aciago y es causa entendible del enojo ciudadano ante la incompetencia de las autoridades para administrar la infraestructura de distribución y dotación del preciado líquido".
En el debate de hace un par de días, el candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Salomón Shertorivski, tuvo la propuesta más interesante, útil y disruptiva de los tres candidatos: emancipar a la Ciudad de México de su destino de concreto.
Aunque él se refirió singularmente a la reapertura del Río de la Piedad, lo que hay que pensar más a fondo es en la gran visión de una Ciudad de México del futuro, entrecruzada de ríos y lagos.
La puesta en práctica de esta visión sería un regreso de nuestra capital a lo que el escritor Alfonso Reyes llamó “la región más transparente del aire”. Pero también sería la posibilidad de corregir un gran error histórico del desarrollo urbano de la Ciudad de México, que llevó a la pérdida de una ciudad lacustre que existía antes de la llegada de los españoles.
Cualquiera que haya visto recreaciones cartográficas de México-Tenochtitlan no puede evitar imaginar lo que habría sido de ella si se hubiera planeado integrar esa base lacustre en los planes de expansión urbana, independientemente de si la culpa recae en las sociedades prehispánicas, la Colonia española o el México moderno. La Ciudad de México habría sido la Venecia del Hemisferio Occidental. Aún lo puede ser.
Hay que decir que un proyecto de tal envergadura no es para mañana o para el corto plazo. Se trata más bien de una visión estratégica de mediano y largo plazo. Pero la tecnología para realizar este sueño ya existe y sólo faltaría una decisión política y estratégica por parte de nuestras autoridades para iniciar los planes. Hay que agregar, también, que de no actuar en ese sentido, no hay futuro para nuestra capital.
El problema del agua es cada vez más aciago y es causa entendible del enojo ciudadano ante la incompetencia de las autoridades para administrar la infraestructura de distribución y dotación del preciado líquido.
El hecho de que circule agua contaminada de sustancias tóxicas en algunas demarcaciones de la Ciudad de México es intolerable y no debe permitirse un minuto más.
Pero el problema, claro está, no se detiene en la Ciudad de México. Es un dilema que enfrentan muchas ciudades de nuestro país.
Pensemos, por ejemplo, en nuestras ciudades fronterizas, sobre todo cuando se comparan con sus contrapartes del otro lado de la frontera. Aunque queridas por muchos de sus habitantes, la verdad es que hay mucho espacio para su mejoramiento estético, ecológico y urbano. Imaginemos a muchas de ellas, entrecruzadas de lagos y ríos, en perfecta armonía con su entorno humano.
Por todo esto, me parecería urgente contar con un gran plan para reconvertir nuestras ciudades en lugares más vivibles para sus habitantes. Esto pasa, sin duda alguna, por hacer del agua un elemento esencial de nuestro entorno.
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