Opinión en video
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26-07-2024 - 12:05 am
"A pocos días de la elección, las condiciones electorales son totalmente adversas para los sectores democráticos".
Por Jesús Delgado
Parece increíble, pero faltan unos pocos días para que se celebren las elecciones presidenciales de Venezuela. El 28 de julio se ha convertido en la oportunidad más clara de transición democrática del país, después de diversos intentos electorales e insurreccionales que no han logrado su cometido.
De acuerdo a la firma británica Barclays, existe una «posibilidad significativa de una transición política» en Venezuela, lo que cobra fuerza a medida que se acerca la elección y la candidatura de Edmundo González sigue firme. Pero, después de numerosas elecciones, fraudes, insurrecciones y demás, ¿cómo llegamos hasta aquí?
A principios del año pasado la oposición estaba fragmentada y desmoralizada, mientras que el gobierno, que ya había superado la amenaza del Gobierno Interino encabezado por Juan Guaidó, necesitaba de legitimidad para negociar el levantamiento de las sanciones, sobre todo las que tienen que ver con el sector petrolero.
De manera que el oficialismo acompañó (no sin reticencias) los esfuerzos de la comunidad internacional de los que resultó el Acuerdo de Barbados, una hoja de ruta para que la oposición pudiera participar en las elecciones de 2024 en mejores condiciones que las de 2018. Recordemos que los resultados de estas últimas fueron considerados fraudulentos por gran parte de la comunidad internacional y, por tanto, fueron desconocidos, generando una crisis de legitimidad para Maduro.
Este acuerdo también establecía el respeto a los resultados de las elecciones primarias opositoras. A pesar de los obstáculos impuestos por el gobierno, entre ellos la ratificación de la inhabilitación de María Corina Machado, la negativa a apoyar logísticamente la elección y hasta amenazar con impedirla, la líder de Vente Venezuela fue aclamada con más del 93% de los votos en un ejercicio organizado íntegramente por la oposición.
La ratificación de la inhabilitación de Machado obligó a la Plataforma Unitaria a sustituir su candidatura. Aunque el objetivo del gobierno era desincentivar la participación e incluso provocar protestas, la oposición siguió la vía electoral y designó a la académica Corina Yoris, quien tampoco pudo ser inscrita por la arbitrariedad del Consejo Nacional Electoral. Finalmente, fuera del lapso estipulado la autoridad electoral permitió la inscripción del ex embajador Edmundo González, totalmente desconocido para ese momento, con el objetivo de “guardar el lugar” de la candidatura opositora, ya que posteriormente se abriría un lapso para sustituir las candidaturas.
Sin embargo, la Plataforma Unitaria ratificó la candidatura de González y desde entonces María Corina Machado, en sus decenas de actos a lo largo y ancho del país, ha llevado el nombre y la imagen del ex diplomático, y de acuerdo a las encuestas Machado ha traspasado casi totalmente su apoyo al ex diplomático, que aventaja hasta por 30 puntos a Nicolás Maduro en la intención de votos.
Aunque la oposición ha sorteado con gran flexibilidad y coordinación estratégica los ataques del gobierno y se mantiene en competencia (hasta ahora), estamos ante una elección en la que claramente se violan las más fundamentales garantías democráticas.
A la inhabilitación ilegal de Machado y otros líderes políticos, se suma la privación del derecho al voto de millones de venezolanos. Debido a los obstáculos en el registro y actualización de los datos de los electores, de los cinco millones de venezolanos que residen en el exterior y tienen edad para votar, solo 508 personas pudieron inscribirse y 6.020 actualizar sus datos, lo que deja el padrón de residentes en el extranjero habilitados para votar en 69.211 electores. El número de excluidos representa cerca de un 25% del padrón electoral.
La inscripción de votantes en Venezuela también fue restringida, dado el reducido lapso para la inscripción y actualización y por el escaso número de centros y puntos de la jornada especial, de manera que millones de personas no pudieron inscribirse.
La violencia electoral ha sido una constante. La oposición ha sido perseguida y criminalizada. Más de 50 personas vinculadas con la Plataforma Unitaria o con organizaciones defensoras de derechos humanos han sido arbitrariamente detenidas en el marco de las elecciones, muchas de ellas constituyeron desapariciones forzadas. Seis integrantes de Vente Venezuela están asilados en la Embajada de Argentina en Caracas desde hace más de 100 días luego de que se emitiera orden de captura contra ellos. Por su parte, pequeños comerciantes que han brindado servicios de comida, transporte, logística o alimentación a María Corina Machado y su equipo en sus giras por el país, han sido sancionados por el SENIAT e impedidos de realizar sus actividades.
El Gobierno, como de costumbre, ha usado los recursos y bienes del Estado para hacer proselitismo. No han tenido reparo en usar el sistema de medios de comunicación público para favorecer la candidatura de Maduro y atacar a la de la Plataforma Unitaria, u obligar a los empleados estatales a asistir a los actos de campaña.
Los medios independientes, por su parte, siguen sufriendo de la censura y decenas de ellos han sido cerrados por CONATEL. Sin embargo, algunos medios de televisión han transmitido tímidamente movilizaciones opositoras, e incluso el candidato Edmundo González fue entrevistado.
Ha habido importantes fallas en el cumplimiento del cronograma electoral, no se han publicitado las actividades y sobre todo no ha habido una campaña activa del órgano electoral para promover el voto. Al contrario, el proceso se ha caracterizado por la opacidad y la falta de información.
Algunas organizaciones locales de observación electoral han participado en varias auditorías de manera remota, pero no están oficialmente acreditadas. El CNE revocó la invitación que se le había hecho a la Unión Europea para que enviara una Misión de Observación Electoral, aunque era uno de los compromisos del Acuerdo de Barbados. Quienes sí asistirán son el Centro Carter, aunque con una misión con alcances limitados, y un Panel de seis expertos de las Naciones Unidas. Ambos informes serán confidenciales.
A pocos días de la elección, las condiciones electorales son totalmente adversas para los sectores democráticos, que aún así se reafirma en la ruta electoral con el apoyo mayoritario de una población que ya no teme porque ya no tiene mucho que perder.
Jesús Delgado es director ejecutivo de Transparencia Electoral
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26-07-2024 - 12:04 am
"Los panaderos tradicionales se quejan de la competencia desleal y piden apoyo a las autoridades".
Cada vez son menos las panaderías tradicionales donde las vecinas del barrio acudían a comprar los bolillos para la comida, los biscochos para la merienda. Se acabó aquello de ¿a qué horas sales al pan, princesa? como gancho para el ligue. La competencia de las cadenas comerciales como Wal-Mart, La Comer o Soriana ha arrasado con esos establecimientos, chicos o grandes, que eran parte no solo se la fisonomía de la ciudad sino de la vida cotidiana de sus habitantes.
Cada vez es más difícil encontrar una panadería de las viejitas, con su piso de duela regado de serrín y su olor a pan caliente, donde uno iba con su charola juntando un arsenal de delicias para la cena: las conchas, las chilindrinas, las piedras, rejas, ojos de pancha, besos, bísquets, donas, campechanas, condes, hojaldras, moños, bigotes, corbatas, semitas, picones.
Según datos de la Cámara Nacional de la Industria de Panificación y Similares de la República Mexicana (CANAIMPA), en una década cerraron sus puertas la mitad de las panaderías del país. En la Ciudad de México llegó a haber más de 22 mil. Hoy sobreviven acaso unas ocho mil, diseminadas sobre todo en las zonas populares en las que todavía la panadería de la esquina es una referencia.
Me cuenta mi primo el panadero que ante esa competencia que juzgan desleal y abusiva de las cadenas comerciales que tienen sus propias factorías de pan y que venden a precios más bajos, los dueños de esos negocios en decadencia recurren ahora al comercio informal. Y han encontrado una venta. Contratan a jóvenes que como antaño recorren las colonias en bicicleta, algunos con la corneta tradicional, cargados de biscochos y a veces también de atole y chocolate caliente. “Sólo así podemos sobrevivir”, platica.
Por las mañanas, cientos de esos vendedores se colocan en las esquinas de la ciudad, inclusive en colonias de gente acomodada como la Condesa, la Narvarte, la Del Valle, la Nápoles o la Polanco. Ahí compiten con las vendedoras de tamales y guajolotas y con una nueva especie que provoca filas de hasta media cuadra. Esto es notable en esquinas de la avenida Insurgentes Sur, por ejemplo, donde los empleados se forman antes de llegar a su trabajo para desayunar un plato de chilaquiles en salsa verde con pollo, crema y queso, por entre 20 y 30 pesos.
Esa, la de los tamales, los biscochos, los tacos de canasta, las quesadillas, los tacos de tripa o los chilaquiles, es la dieta matutina cotidiana de alrededor de tres millones de capitalinos, según estimaciones aproximadas de la Procuraduría del Consumidor. Obviamente se trata de alimentos de alto contenido calórico estimulante del sobrepeso y la obesidad que afectan a un alto porcentaje de la población.
En una reciente encuesta entre 30 mil usuarios de internet, 17 por ciento de los mexicanos indicó que desayunan, 58 por ciento comen y 43 por ciento cenan fuera de casa con cierta frecuencia. En promedio, una tercera parte de los encuestados admitieron que consumen de manera cotidiana sus alimentos en la calle, especialmente el desayuno y la comida.
También por las tardes y noches, los vendedores de pan recorren colonias enteras, pero en lugar de detenerse en alguna esquina como lo hacen durante la mañana, atienden la demanda que provoca su inconfundible sonido como graznido de pato, por parte de vecinos que bajan de los edificios y salen de sus casas apresuradamente para comprar el pan. Una suerte de servicio a domicilio.
De acuerdo con la CANAINPA, el consumo per cápita de pan del mexicano promedio es de 33.5 kilogramos anuales. De eso, entre el 70 por ciento corresponde a pan blanco, y el restante 30 por ciento, respectivamente, a pan biscocho dulce y los pasteles. Hay mercado, sin duda.
Según mi primo, cada uno de esos repartidores en bicicleta puede tener una venta de hasta dos mil pesos o más, aparte del atole y el chocolate, lo que multiplicado por 20 o 30 empleados significa un ingreso importante para la panadería y ganancias que desde luego ya no puede obtener con el funcionamiento habitual del expendio panadero.
Ante mi sorpresa o mejor dicho mi incredulidad, mi querido pariente me hace esta cuenta. “Sencillo”, dice. “Cada pieza tiene un precio de 20 pesos, en promedio. Una concha, una semita. En una jornada (matutina o vespertina), cada repartidor vende entre 80 y 100 piezas. Es decir, entre mil 600 y dos mil pesos. Aparte las bebidas, claro. Nosotros tenemos 40 bicicleteros, en cada uno de los dos turnos. Échale números”.
Los panaderos tradicionales se quejan de la competencia desleal y piden apoyo a las autoridades. Mientras tanto, no paran de amasar y amasar algo más que harina y huevos. Ese es el nuevo rumbo que ha tomado nuestro pan de cada día. Válgame.
DE LA LIBRE-TA
HISTÓRICO. Inolvidable, la portada de Proceso 1744 con la foto de Julio Scherer García abrazado por El Mayo Zambada. “Si me atrapan, me mato”, le dijo el capo ahora recién capturado en Texas al fundador del semanario, en una entrevista que no fue entrevista publicada en abril de 2010 y que a muchos no nos gustó en la casa de Fresas 13.
@fopinchetti
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26-07-2024 - 12:03 am
"¿Por qué Zoé Robledo?, Pos por eso pues, como dicen en un rancho del sur de Jalisco cuando no hay más argumentos y quieren zanjar la discusión".
¿Qué es más significativo: que la presidenta electa Claudia Sheinbaum haya nombrado a Zoé Robledo al frente del IMSS después de que López Obrador lo “recomendó” en la Mañanera o que Robledo no se haya dignado a asistir a su nombramiento?
En el lenguaje político al que estamos acostumbrados las dos cosas son una ofensa para la presidenta electa. Ningún presidente, ni el más bocón que era Fox, se hubiese animado a recomendar públicamente y en una rueda de prensa a un colaborador para que continuara en su puesto. Ningún presidente electo, ni el más débil como fue en su momento Ernesto Zedillo, habría aceptado hacer un nombramiento y que el designado mandara decir que no podía ir porque tenía cosas más importantes que hacer.
La discusión no es, por supuesto, si Zoe Robledo es o no un buen funcionario, si tiene los méritos para continuar en el cargo. En una administración tan desastrosa en materia de salud, llena de decisiones fallidas y promesas incumplidas resulta muy complicado evaluar el desempeño de un funcionario al que simplemente un día le aventaron la papa caliente del IMSS-Bienestar, un programa improvisado tras el fracaso del Insabi. Sacó adelante un encargo que nunca estuvo claro y al que todos los días se le sumaron complicaciones. El asunto es de formas, porque las formas significan.
Más de algún optimista de la 4T argumentará que es un error analizar con códigos viejos la nueva política, sin embargo, resulta muy difícil entender una política donde las formas no importan, donde el presidente saliente impone su voluntad a su sucesora desde la Mañanera y ella solo sonríe diciendo ya veremos. En cualquiera que sea “el nuevo código político” esto es un avasallamiento. Más aún, si por alguna extraña razón el funcionario nombrado no podía estar (cuesta trabajo pensar que tuviera algo más importante que hacer o incluso que no se hubiese enterado con tiempo suficiente para cambiar su agenda) tampoco es que fuera urgente nombrarlo: faltan dos meses para la toma de posesión.
Sí, es cierto, la política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos. El problema es que a la presidenta los gestos comienzan a traicionarla, y los sapos a salirse del huacal. Tantos “pues” en el discurso de la presidenta electa al presentar al funcionario ausente no dejan sino dudas sobre su convencimiento. Cito: “El tema es que, pues, como ustedes comprenderán, está desarrollando sus actividades al frente del IMSS. (…) La decisión de que Zoé continúe al frente del IMSS tiene varios sustentos, varios campos. El primero, pues, es que ha desempeñado una gran función al frente del IMSS. Y el segundo es que uno de nuestros objetivos, pues, es consolidar el IMSS-Bienestar“.
¿Por qué Zoé Robledo?, Pos por eso pues, como dicen en un rancho del sur de Jalisco cuando no hay más argumentos y quieren zanjar la discusión.
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26-07-2024 - 12:02 am
"Pese a la negación del acoso a periodistas por las autoridades, los perpetradores de ataques contra la prensa y las coberturas periodísticas siguen siendo autoridades del Estado mexicano".
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, del 1.º de diciembre de 2018 hasta el 31 de marzo de 2024, se registraron 3408 agresiones contra la prensa, esto representa un promedio de una agresión cada 14 horas a lo largo del sexenio. Así, en el gobierno de López Obrador la violencia no pudo detenerse, por el contrario, hubo un incremento porcentual de 62.13% en las agresiones contra la prensa respecto a lo sucedido en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Además, 46 periodistas fueron víctimas de asesinato, en posible relación con su labor, y 4 fueron desaparecidos. Hasta el momento, se suman 166 periodistas asesinados del 2000 a la fecha. Se registraron adicionalmente 34 tentativas de asesinato. Es decir, la violencia letal contra la prensa se encuentra en niveles críticos. Otros casos graves son las privaciones de la libertad, se documentaron 164 casos. Así también, del total de 3408 agresiones contra la prensa, ARTICLE 19 documentó que 962 ocurrieron en la esfera digital; es decir, al menos una de cada cuatro agresiones ocurre en línea.
La violencia contra la prensa se mantuvo en altos niveles y se ha intensificado debido a las estrategias de control de la información, silenciamiento y censura. Los tipos de agresiones más comunes durante el sexenio fueron la intimidación y el hostigamiento, 880 casos (25.82%); amenaza, 682 (20.01%); y uso ilegítimo del poder público, 432 (12.68%). Tan sólo las tres categorías representan el 58.51% del total.
Destaca como sello de este sexenio las campañas de desprestigio, con 248 casos y la estigmatización mediante la comunicación oficial, con 224 casos (6.57% del total). Ésta es una constante que ha traído consigo una normalización de la violencia. Además, se agudiza cuando los ataques ocurren de forma constante y cotidiana, y provienen en principio de la tribuna presidencial, pero los repiten todos los niveles de gobierno y todos partidos políticos.
Pese a la negación del acoso a periodistas por las autoridades, los perpetradores de ataques contra la prensa y las coberturas periodísticas siguen siendo autoridades del Estado mexicano, que se mantiene como el principal agresor de la prensa con 1559 agresiones (45.75%), casi la mitad de las documentadas en el sexenio. Siguen en recurrencia los particulares, como individuos o empresas, con 673 casos (19.75%), e integrantes de grupos de la delincuencia organizada (8.22%) y partidos políticos (4.3%).
Si bien el crimen organizado tiene porcentajes de agresión más bajos en comparación con las autoridades, se deben reconocer las alianzas entre distintos grupos de poder legal e ilegal para ejercer violencias de manera directa contra de las personas periodistas.
Artículo 19 ha señalado desde 2017 que la cobertura de corrupción y política, además de seguridad y justicia (la “nota roja”) entrañan el mayor riesgo de agresión. En este sexenio, los 1703 casos incluyeron a periodistas que cubrieron nota política y de corrupción; 776 casos por cobertura de seguridad.
En términos geográficos, los mayores índices de violencia se registraron en la Ciudad de México, Guerrero, Puebla, Quintana Roo y Veracruz, que sumaron 44.16% de las agresiones.
Ciudad de México. Desde 2019 las agresiones han aumentado vertiginosamente y a 2023, la capital del país concentró 582 agresiones. Las autoridades federales son el principal perpetrador de la violencia. De las 582 agresiones ocurridas, 179, es decir, 30.76%, sucedieron durante las conferencias matutinas del Ejecutivo Federal.
Guerrero. De 2018 a la fecha se documentan 247 agresiones en esta entidad y los principales perpetradores de la violencia son las autoridades, con 87 casos, y después los grupos del crimen organizado, con 68 casos, lo que coloca a Guerrero como la entidad federativa con más agresiones de la delincuencia organizada: casi una de cada cuatro agresiones.
Puebla. Ésta la tercera entidad federativa con más violencia contra la prensa, con un total de 241 ataques. Una de las principales razones de esta situación es la inseguridad y violencia que vive la entidad por la presencia de grupos de delincuencia organizada y el robo de hidrocarburo. Con Miguel Barbosa como gobernador se incrementaron las intimidaciones y las campañas de desprestigio. También documentó que 37.34% de las agresiones a la prensa en Puebla fueron contra de mujeres periodistas, porcentaje superior a la media nacional.
Quintana Roo. Desde 2017 las agresiones a la prensa se incrementaron 500%. Desde el comienzo del sexenio hasta marzo de 2024, el Estado sumó 236 agresiones. En esta entidad preocupa particularmente que los perpetradores de las agresiones fueron las autoridades representantes de las fuerzas de seguridad civiles.
Veracruz. En lo que va de este sexenio, la entidad registró un total de 199 agresiones a la prensa. Las autoridades son el principal agresor. Durante el sexenio del gobernador Cuitláhuac García ocurrieron en Veracruz cinco homicidios de periodistas y una desaparición. La violencia letal ha disminuido pero la impunidad sigue siendo nota principal. Ni los casos de esta administración, ni los 17 asesinatos cometidos durante el gobierno de Javier Duarte, han sido esclarecidos, tal como ARTICLE 19 consigna en su acuciosa investigación Veracruz de los silencios.[1]
Bajo esta evidencia, la protección de la prensa quedó en mera promesa. Un reto enorme de cara al nuevo gobierno que, de inicio, necesita cambiar su perspectiva sobre el problema de la violencia contra periodistas y medios de comunucación e implementar políticas públicas que garanticen la labor informativa.
[1] Disponible en veracruzdelossilencios.org
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25-07-2024 - 12:03 am
"La violencia envuelve a Chiapas y a buena parte del país".
La guerra entre cárteles ha ocasionado caos e ingobernabilidad en Chiapas. La disputa entre Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y el recién creado cártel Chiapas-Guatemala ha derivado en disputas armadas, desplazamiento humano: cientos de familias prefieren la calle porque en sus comunidades y casas no se sientes seguras. Las balaceras de multiplican y ni las Fuerzas Armadas pueden poner orden en ese territorio sitiado por el crimen. Todos los días en Chiapas hay levantones, cobro de piso y muertes. La tierra de nadie.
La violencia en Chiapas está suelta desde hace varios años. Los grupos criminales se disputan lo que bien puede llamarse la joya de la corona: el control de una buena parte del Pacifico mexicano y el paso libre de drogas, dinero, ganado robado, migrantes, entre otras actividades delictivas de alto impacto.
El estado de Chiapas era tranquilo; se vivía una suerte de pax mafiosa en otros tiempos políticos, incluso después del conflicto armado detonado en 1994 con el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, encabezado por el farsante llamado Subcomandante Marcos.
Pero de 2022 a la fecha todo cambió: actualmente hay dos disputas territoriales: las zonas indígenas y la sierra madre, en ésta última se ha desatado una guerra de cárteles que empezó en 2022 en Chamit, colindante con la demarcación de Comalapa.
Los cárteles que se disputan ese territorio son Sinaloa y Cártel de Jalisco Nueva Generación, enfrentados a sangre y fuego todos los días y que ha causado el desplazamiento de cientos de personas que no saben a dónde ir ni a qué autoridad acudir.
En el cártel de Jalisco hubo ruptura. Un grupo se desprendió en Chiapas y así fue como surgió el grupo criminal conocido como “El Maiz” que tiene presencia en nueve municipios y que realizan bloqueos desde Comitán hasta la frontera con Comalapa y La Mesilla.
El cártel de “El Maiz” decidió unirse al cártel de Jalisco Nueva Generación y así inició una oleada de asesinatos, desapariciones y reclutamiento de personas para operar con el crimen organizado ; también se disparó en la entidad el robo de vehículos, tráfico de personas y de armamento a través de Guatemala .
Entre los meses de julio y agosto el Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa denunció estos hechos de violencia ante el presidente y no hubo respuesta .
En la sierra de Chiapas prevalecen, en su máxima expresión, los enfrentamientos entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco sin que haya autoridad que los frene.
Tales disputas bélicas ocurren en la zona de Comalapa y la gente, harta del acecho del CJNG, aplaude que otro grupo criminal entre al territorio porque, ante la ausencia de la autoridad, piensan que otro cártel les traerá paz.
La ruptura interna en el CJNG devino en la configuración de lo que ahora se conoce como cártel “Chiapas-Guatemala” y que se ha convertido en un frente armado para intentar detener al CJNG. Pese a ese intento, en mayo de este año fueron detenidas 29 personas , entre ellos dos catequistas.
La violencia envuelve a Chiapas y a buena parte del país. Los cárteles, particularmente en de Jalisco, ha reclutado gente en los municipios de la Concordia, Chicomucelo, Siltepec, y hasta los bordes con la frontera Comalapa.
Los grupos criminales instalan retenes. El objetivo: que la gente no salga de sus pueblos y que otro grupo criminal no intente entrar a las comunidades.
De acuerdo con datos oficiales, en Chicomuselo hay enfrentaientos armados entre el cártel de Jalisco y Sinaloa . Y ninguna autoridad local ni federal interviene. El presidente Andrés Manuel López Obrador nada comenta sobre esta suerte de genocidio.
–¿Qué se está disputando en Chiapas? –se le pregunta a una fuente.
–En esta frontera la guerra es por el paso de indocumentados, fentanilo y precursores químicos para elaborar drogas sintéticas .
En Chiapas proliferan las pistas clandestinas. Operan en la zona serrana, hasta donde los efectivos militares no pueden acudir debido al trayecto sinuoso. En esta zona se trafica con armamento, indocumentados y ganado robado que cruza hacia México preñado de drogas.
En octubre del año pasado en Chiapas se registraron unas noventa personas desaparecidas, la mayoría de las víctimas no fueron reportadas oficialmente. En Guatemala se denunció la desaparición de polleros en el tramo Frontera-Comalapa- Chamit . Dichos polleros movían aves de corral.
Debido a la intensa violencia criminal, cientos de familias de Chiapas se han desplazado de sus zonas de origen. Hacia donde? –se les pregunta –y responden:
“Hacia la calle. Ahora la calle es más segura que nuestros pueblos y casas.
De acuerdo con la DEA, la FGR y otras fuentes consultadas, el cártel de “El Maiz”, también llamado Chiapas-Guatemala, lo encabeza Jesús Esteban Machado Meza, conocido en el mundo criminal como “El Gúero Pulseras”, su operador principal es Ismael Mayo Zambrano, a quien se le atribuye la dirigencia del llamado cártel Chiapas-Guatemala.
Así el infierno llamado Chiapas.
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25-07-2024 - 12:02 am
"MC no parece estar aprovechando su notable crecimiento electoral. Parece retrotraído, ensimismado, atado a los cálculos políticos de su caudillo".
A primera vista, a Movimiento Ciudadano no le fue tan mal en las pasadas elecciones, aunque mantuvo su tendencia de no consolidar sus avances locales, centrados en personalidades más o menos esperpénticas y no en la identidad de un proyecto, a pesar de sus intentos en Ciudad de México. Debo reconocer que me equivoqué sobre las posibilidades de crecimiento de la candidatura de Jorge Álvarez Máynez y menosprecié sus talentos mediáticos. Su resultado no es desdeñable y comprueba que existe un espacio para una fuerza política de corte socialdemócrata en México. Sin embargo, ni él ni su partido lograron transmitir auténtica independencia y, al final, fracasaron en su aspiración a convertirse en bisagra legislativa, especialmente si se consuma el atraco de la sobrerrepresentación inconstitucional.
En alguna parte del electorado, harta de la polarización, el mensaje programático de MC tuvo impacto, mientras que otra parte de su tirón electoral se debe a una estrategia basada en el impacto mediático en tono de farsa, de payasada, de sus jingles pegajosos que cruzaron fronteras. En Nuevo León, sin embargo, donde pudieron haber consolidado un bastión, la frivolidad del gobernador y el desatino de postular a su esposa como candidata a la alcaldía de Monterrey provocaron que se desinflara una burbuja sin estructura y sin otro adhesivo que el ego del fallido candidato presidencial.
El batacazo de la coalición opositora mostró que no era errónea la estrategia de MC de ir solos. Es incluso probable que la mayoría de sus votantes hubiera preferido a Morena si no hubiera existido esta alternativa a la mezcolanza del PRI, el PAN y el PRD, aunque también puede haber atraído muchos votos anti–López Obrador que en última instancia hubieran votado por Xóchitl Gálvez. Los estudios de opinión podrían darnos alguna pista sobre cuáles fueron las fuentes de los votantes de MC, información muy útil para construir una alternativa frente a la intentona hegemónica de Morena.
El hecho es que el relativo buen resultado de MC será irrelevante si se abre paso la sobrerrepresentación inconstitucional que pretende Morena. El partido más afectado por un reparto tramposo y abusivo de las diputaciones y los escaños del Senado sería precisamente MC, que aumentó su porcentaje de votos legislativos de manera sustancial tanto para diputados como para senadores.
MC debería ahora estar dando toda la batalla contra la sobrerrepresentación a la que aspira la coalición con pretensiones hegemónicas. Su diez por ciento, en un sistema proporcional sin sobrerrepresentación, los convertiría en una bisagra relevante, con capacidad de fijar agenda legislativa y con poder de veto, de contención frente a las andanadas de deformación constitucional con las que amenazan Morena y sus aliados. Si se impone, sin embargo, la sobrerrepresentación tramposa no solo quedará por debajo de los escaños en diputados y senadores que ahora tiene, sino que su relevancia será nula en una legislatura secuestrada.
Si la reforma electoral propuesta avanzara y se eliminara la representación proporcional, MC acabaría convertido, si bien le va, en un partido local de Jalisco, Nuevo León y Campeche, mientras que sus votos repartidos en el resto del país, donde no tiene implantación territorial, pero sí cosecha votos, simplemente serían irrelevantes. La posibilidad de consolidación de un partido como MC, que eventualmente ocupare el lugar de un partido socialdemócrata, depende de la subsistencia del sistema de representación proporcional.
Con su resultado electoral, MC debería estar hoy al frente de la resistencia contra la intentona de restauración hegemónica. Sin embargo, han optado por mantener un perfil bajo, una suerte de contemporización con los ganadores, que no contribuye a su consolidación como alternativa. Durante la campaña, MC se mostró propositivo, pero ahora le ha faltado una opinión fuerte sobre el paquete de reformas constitucionales propuestas en el pliego de mortaja de López Obrador y que hasta ahora parecen aceptadas con entusiasmo por Claudia Sheinbaum.
Movimiento Ciudadano debería ponerse a la cabeza de un proyecto de reformas alternativo a los disparates propuestos por el Presidente menguante que se aferra al poder de manera trágica, mientras su sucesora, timorata, no se atreve a enfrentarlo ni parece tener proyecto propio. Reforma a la justicia, sí, pero ¿elección de jueces, fiscalías intocadas, destrucción de la incipiente carrera judicial federal? Reforma electoral, pero no para reducir la representación, sino para ampliarla y hacerla más proporcional. Y, desde luego, el tema de la militarización, que debería ser central en su agenda y aparece soslayado.
MC no parece estar aprovechando su notable crecimiento electoral. Parece retrotraído, ensimismado, atado a los cálculos políticos de su caudillo, sin vocación de poder en un momento en el que se le ha abierto un espacio enorme por la desaparición del PRD y la debacle del PAN y el PRI. Siempre taimado, Dante Delgado sigue tanteando y quien se supone que debería asumir el liderazgo guarda silencio en un momento crucial de definiciones para el país.
El reto de MC es dar el paso de un partido dirigido por un solo hombre a una organización capaz de representar a una parte emergente de la ciudadanía, de manera que le haga honor a su nombre de diseño. Solo si deja de ser un mero éxito de mercadotecnia y se convierte en una fuerza deliberante, con voz clara frente a la crisis de la democracia que vive el país, podrá Movimiento Ciudadano convertir su marca en un proyecto político con vocación de futuro, capaz de contribuir a la reconstrucción una vez que pase el desastre, si es que pasa.
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25-07-2024 - 12:01 am
"Una nueva oposición tendrá que surgir de esa debacle, e incluso de otras partes del espectro político, o Morena gobernará mucho más que dos sexenios".
Pues todo apunta, querido lector, a que la derrota de la oposición será total en este proceso electoral. No solo perdieron abrumadoramente en las urnas, también perderán las impugnaciones a la elección presidencial, según el proyecto que el Tribunal Electoral llevó a cabo para calificar la elección, a cargo de los magistrados Felipe de la Mata y Felipe Fuentes y que se hizo público el día de ayer.
En este no se validan las denuncias de la oposición de que el presidente López Obrador llevó a cabo una intervención sistemática y reiterada en el proceso electoral, ni el uso de programas sociales, ni la violencia generalizada, ni la coacción y compra de votos, y por supuesto, el proyecto rechaza conceder la anulación de la elección presidencial, a la que consideraría válida.
Nada, querido lector, ni un solo argumento de la oposición dejó en pie el proyecto de los magistrados, con los que buscaban deslegitimar a la ganadora de las elecciones. Una vergüenza más para quienes sin el menor asomo de honestidad intelectual, se dedicaron a repetir, desde los medios, que se había llevado a cabo una “elección de Estado”. Un duro golpe que se suma a su debacle del dos de junio y al que seguramente se sumará el último y definitivo, cuando el INE asigne las diputaciones de representación proporcional y Morena y sus aliados obtengan la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
Esto si el INE no cede a la presión que la oposición está llevando a cabo en los medios a través de ex funcionarios del INE y especialistas para tratar de evitarlo a toda costa. Se ve difícil, sin embargo, que esto vaya a suceder, pero ellos apuestan por esa última carta. No será extraño pues que su guerra suba de tono los próximos días después de haber perdido la batalla de la calificación de la elección en el Tribunal Electoral. Chantajes y amenazas sobre los consejeros electorales y magistrados se seguirán vertiendo para tratar de influir en su interpretación de la norma constitucional y así frenar a Morena y sus aliados al asignarles menos diputaciones de las que, por ley, les corresponden. La ex candidata Xóchitl Gálvez, de hecho, amenazó ayer con movilizaciones sociales para tratar de chantajear a las autoridades electorales y evitar así la última consecuencia de las elecciones del dos de junio.
Veremos, querido lector qué ocurre con la última batalla que les queda, si sus amenazas y chantajes surten efecto o no. Por lo pronto, el proyecto de calificación de la elección presidencial es suficientemente contundente como para desacreditar la narrativa completa que señalaba al presidente por intervenir ilegalmente en el proceso electoral y por usar los apoyos sociales a favor de Morena. Deja muy mal parados a quienes, con total descaro, opinaban que esta había sido una elección de Estado y no lo que fue, una elección democrática.
¿Qué hará después la oposición? ¿tendrá cómo recomponerse? ¿cuál será la nueva narrativa para tratar de deslegitimar la elección y a la próxima presidenta? Cuando el proceso termine y se ponga ya punto final, la oposición o las oposiciones necesitarán reconfigurarse o de plano fundarse. No se ve cómo el PRI o el PAN vayan a poder convocar a nadie más, fuera de sus fieles seguidores y votantes de siempre, incapaces de pesar electoral y políticamente en la nueva configuración política del país.
Una nueva oposición tendrá que surgir de esa debacle, e incluso de otras partes del espectro político, o Morena gobernará mucho más que dos sexenios. Sería bueno que se dieran cuenta de ello ya que fueron incapaces de verlo hace seis años. Aunque del PRI no hay nada que esperar, como se está viendo, salvo que su dirigente lo termine de hundir en el fango, sea devorado por las arenas movedizas del pantano hay, debe de haber una oposición distinta a la que hasta ahora conocemos. O debería de haberla, porque el poder que la futura presidenta Claudia Sheinbaum tendrá será enorme si consiguen la mayoría calificada en el Congreso.
Una incógnita, querido lector, una incertidumbre que ahora nos rodea sobre el futuro ¿cómo será el nuevo gobierno? ¿cómo será como gobernante la primer mujer presidenta? ¿cómo terminará el gobierno de López Obrador?
Lo sabremos en apenas unos meses, cuando se termine de configurar el nuevo gobierno y el saliente termine. Esperemos lo mejor, querido lector.
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24-07-2024 - 12:05 am
"Todos podemos intervenir y que los que sólo se dedican a ella, en exclusiva, ven su prestigio social un tanto disminuido".
Dentro del cambio de régimen que está ocurriendo hoy quisiera dedicarle unos minutos a lo pequeño. No se trata de las nuevas coordenadas del Estado mexicano, ni de la disminución de la desigualdad y de los pobres, ni tampoco de las grandes obras de intercomunicación globales y ni siquiera de las mañaneras con su enorme repercusión en la forma en cómo comunicar es gobernar. Es algo muy pequeño pero que, sin él, no estaríamos hablando de la 4T, el humanismo mexicano, o el cambio de régimen. Es la politización. Decía el obrero-filósofo de la Comuna de París de 1871, Louis Gauny: “A la libertad le gustan las multitudes extremas o la absoluta soledad”. Y, en efecto, la reflexión individual sobre el país y sentirse involucrado junto con millones en un momento histórico, comparten un mismo espacio que es el de la política. Qué y cómo se construyó este espacio es motivo, al menos intencional, de esta columna.
Empiezo por el principio. La política dejó de ser una actividad especializada. Este cambio es doble: significa que todos podemos intervenir y que los que sólo se dedican a ella, en exclusiva, ven su prestigio social un tanto disminuido. No sino eso es lo que está detrás del espectáculo lamentable, la exhibición impúdica de los opinadoras de la oposición que añoran el tiempo en que ellos eran los únicos que podían descentrañar el enigma de la Esfinge llamada “transición democrática”, una cosa muy compleja con todo y sus “contrapesos” y su misterios“pluralismo”. Es haber perdido el espacio de la exclusividad. Hay ansiedad por verse desplazados, relegados, a la condición que tenemos todos: ciudadanos.
Muchos de estos analistas, “transitólogos” que no vieron mal los fraudes electorales ni la partidocracia, y que todavía defienden la corrupción de la élite como un derecho adquirido, muchos de estos catequistas, como les llama Quintanar, atacan con una vieja consigna exclusivista: “Tú, dedícate a lo que sabes hacer”. Así, se le pide a los flautistas, dramaturgas, lingüistas, historiadores, que vuelvan al lugar de sus profesiones y la manera de hacerlo sería callarse. Esta idea es tan vieja como Platón que estaba convencido de que cada uno de nosotros sólo tenia un talento y que debería dedicarse sólo a él. Dedicarse en privado, en soledad, para hacer lo mejor que puedas, viene de la idea de que nuestra identidad es lo que hacemos. Que nuestra identidad es nuestro trabajo. La especialización funciona casi como un rasgo de una supuesta “esencia” de los seres humanos. “Zapatero, a tus zapatos”, resuena todavía como la orden que la policía les asestaba a los 10 mil zapateros que participaron en la Comuna de París de 1871. Muchos de ellos fueron sus dirigentes, pensadores, filósofos de lo apremiante. Y, entonces, un conservador como Mendès, aterrorizado en su casa en París, viendo por las ventanas las barricadas, las fiestas donde se destruían los símbolos del Imperio, se lamentó de “los cientos de zapatos perfectos que no se están haciendo por andar dedicados a organizar asambleas y uniones”. Ese argumento se lo recetaron, también, a los pintores, a los caricaturistas, y a los poetas: los cuadros, versos, trazos que dejaban de hacer, los productos que dejaban de elaborar, por andar metidos en política, algo para lo que no habían nacido, ni eran buenos. Esa idea de que uno nace con un talento en la vida y le debe a la sociedad o a Dios dedicarse por entero a mejorarlo, en realidad, prohibe hacer cualquier otra cosa que no sea trabajar. Así, la naturaleza ha escogido nuestro destino dentro del cual no debe existir algo tan enigmático como la política. Lo mismo puede decirse de quienes se ofenden de que un taxista sea, también poeta o una mesera, fotógrafa. No, eso es mezclar las naturalezas, no respetar nuestro talento único e indivisible que es la sustancia misma del “ser”, es decir, el trabajo que define la identidad de las personas. Esto, por supuesto, lo dicen quienes sienten esta ansiedad, este terror, a que se cambien las jerarquías ya establecidas, a que se confunda a los “académicos” con cualquier pelagatos. El trabajo redime, es de gente honesta, y con esa romantización se les excluye de todo lo que es confuso, ficticio, en apariencia falso o contradictorio, como es la política. Pues bien, esa ansiedad de los “transitólogos” es una buena noticia para los demás: quiere decir que el pequeño cambio del interés por la política se ha ido generalizando, que se ha emancipado de su carácter especializado. Pero este pequeño cambio apunta a otro que sería el fin del trabajo o de la ocupación como idnetidades de las personas. Me parece interesante como la política, saber de sus acciones y decisiones, tomar postura, tener una opinión, se han ido convirtiendo en una nueva identidad. Hay un orgullo de pertenecer a esa esfera que opina, argumenta, debate, condena, vigila. Es el obradorismo. En la derecha vemos esto apenas en desarrollo, en las famosas “tías del Whatsapp”, que reproducen tanto odio como pueden, confundiéndolo con una identidad de clase o de código postal. Pero todos están ya, de alguna manera, incluidos en la política no especializada.
Otro pequeño cambio es la toma de postura. ¿Qué quiere decir esto? Hay una definición de Georges Didi-Huberman. Escribe el crítico de arte: “Para saber hay que tomar posición. No es un gesto sencillo. Tomar posición es situarse dos veces, por lo menos, sobre los dos frentes que conlleva toda posición, puesto que toda posición es, fatalmente, relativa. Por ejemplo, se trata de afrontar algo; pero también debemos contar con todo aquello de lo que nos apartamos, el fuera-de-campo que existe detrás de nosotros, que quizás negamos pero que, en gran parte, condiciona nuestro movimiento, por lo tanto, nuestra posición. Se trata igualmente de situarse en el tiempo. Tomar posición es desear, es exigir algo, es situarse en el presente y aspirar a un futuro. Pero todo esto no existe más que sobre el fondo de una temporalidad que nos precede, nos engloba, apela a nuestra memoria hasta en nuestras tentativas de olvido, de ruptura, de novedad absoluta. Para saber, hay que saber lo que se quiere pero, también, hay que saber dónde se sitúan nuestro no-saber, nuestros miedos latentes, nuestros deseos inconscientes, por lo tanto. Para saber hay que contar con dos resistencias por lo menos, dos significados de la palabra resistencia: la que dicta nuestra voluntad filosófica o política de romper las barreras de la opinión (es la resistencia que dice no a esto, sí a aquello) pero, asimismo, la que dicta nuestra propensión psíquica a erigir otras barreras en el acceso siempre peligroso al sentido profundo de nuestro deseo de saber (es la resistencia que ya no sabe muy bien lo que consiente ni a lo que quiere renunciar). Para saber, hay pues que colocarse en dos espacios y en dos temporalidades a la vez. Hay que implicarse, aceptar entrar, afrontar, ir al meollo, no andar con rodeos, zanjar. También –porque zanjar lo implica– hay que apartarse violentamente en el conflicto o ligeramente, como el pintor que se aparta del lienzo para saber cómo va su trabajo. No sabemos nada en la inmersión pura, en el en-sí, en el mantillo del demasiado-cerca. Tampoco sabremos nada en la abstracción pura, en la trascendencia altiva, en el cielo demasiado-lejos. Para saber hay que tomar posición, lo cual supone moverse y asumir constantemente la responsabilidad de tal movimiento. Ese movimiento es acercamiento tanto como separación: acercamiento con reserva, separación con deseo. Supone un contacto, pero lo supone interrumpido, si no es que roto, perdido, imposible hasta el final”.
Decidí citar a Didi-Huberman extensamente porque deja más claro de lo que yo podría intentar hacer una definición de postura como la del pintor que se abstrae en sus propios brochazos y, luego, debe tomar una distancia para ver el paisaje. Esa toma de postura es la que me interesa como pequeño cambio. Lo hemos visto una y otra vez en esos 36 millones que votan por la izquierda: saben ver el panorama completo, incluso a simplificarlo en una consigna, como lo fue el desafuero de López Obrador o el Plan C, y que, no obstante, pueden meterse a los detalles de las declaraciones, los datos, los artículos constitucionales. Saber es tomar postura y no en vano López Obrador le aplica al término “pueblo” el adjetivo de “sabio”, porque es justo ese afán de conocer lo que está detrás de la irrupción de la política como identidad de los plebeyos y los excluidos.
Sin ser exhaustivo me referiré a un tercer cambio pequeño pero profundo. El término “despolitización” es uno en que la acción de renuncia a los asuntos públicos es permanente. En el caso de los politólogos de la derecha, aquellos que justificaron el fraude electoral en nombre de la estabiludad social o, hace dos sexenios aplaudieron la hoy señalada “sobre representación” como “cláusula de gobernabiidad”, esos catequistas, su despolitización es tan obvia que ellos mismos no la pueden ver. Ante un fenómeno político como el obradorismo no analizan lo político sino que se van a la sociología o a la psicología: que si los pobres votan porque les dan dinero de programas sociales, que si los viejitos pensionados muestran su agradecimiento, que si la mayoría vive engañada por el poder hipnótico de López. Nada de eso explica por qué el voto masivo por Claudia Sheinbaum y el Plan C no tuvo condicionamientos de clase, ingreso, escolaridad, geografía ni género. Lo sabrían si pudieran ver lo político en específico: un nuevo sujeto ciudadano cuyas coordenadas son tan racionales como la esperanza en el futuro y tan emocionales como la sensación de que se está siendo justo después de décadas de indignación callada. Específamente político es el nuevo arraigo al país, pensar y hablar de política, ver las mañaneras, y entusiasmarse con los logros a contracorriente del Presidente de la República, indignarse con los jueces, lamentar los errores, que somos todos. Que seamos todos es un rasgo político, tanto como el “nosotros” y el “ellos”. Sin esa delimitación no hay campo de la política. Específicamente político, no de socilogía, psicología, o de “cultura política”, es el que esos 36 millones borren en un solo día con la idea de la polarización de dos bandos encontrados. Los hay, esos bandos, pero uno es mucho más raquítico de lo que los “transitólogos” estaban dispuestos a aceptar. De ahí su pasmo en todos estos días desde la elección. Eran tan pequeños que se dejaron deslumbrar por sus propios medios de comunicación y encuestadoras alquiladas. Ahora repiten la frase de Claudio X. González: “Ser mayoría no te da la razón”. Nadie dijo eso. La razón tampoco la da la minoría, en cualquier caso. La razón no es un tema específico de la política, en cambio, lo es el consenso y de eso estamos hablando, señor González, de un nivel de interrelación de 36 millones que saben de política y le dan el mismo sentido a su expectativa de futuro.
El término despolitización está también ligado al de la esfera privada que es justo donde se supondría que los despolitizados se van a refugiar. ¿A dónde van? Van a la vida ordinaria, es decir, a las rutinas, a la repetición en un mismo espacio. La cita, el traslado, el recado, el mandado. “La prosa del mundo”, como la llamó Hegel. Ese es el lugar donde no habría política. Pero resultó que donde se gestó el cambio de régimen fue en ese mismo espacio, en la vida ordinaria que es también la vida popular. Ahí fue donde llegaron los mensajes de injusticia e indignación necesarias. Hasta ahí llegó la falta de ingresos, los bakos salarios, la imposibilidad de seguir estudiando porque había que trabajar, la necesidad de migrar a los Estados Unidos y despedirse de la familia, los lutos por las despariciones y muertes del sexenio de Felipe Calderón. Fue en la esfera privada donde se hizo necesario saltar a la política, a que esos males estaban interrelacionados con la apatía y la falta de compromiso. Hasta ahí llegó una forma de ser pobre que es decirle a los demás pobres sobre tu situación. No ocultarlo como lo hace la clase media con las tarjetas de débito. Indignarse no puede ser un sentimiento en absoluta soledad. Necesita la muchedumbre extrema y ese cauce fue econtrándose con cada nueva elección fraudulenta. Se relacionó la indignación con la acción política y se conformó esta nueva mayoría calificada en el país.
Esos son algunos de los pequeños cambios que han hecho su aparición en estos seis años de gobierno del obradorismo. Me faltaría agregar otro: la disminución de la tolerancia hacia ciertas expresiones de prepotencia o superioridad. Lo he observado en el día a día: cómo muchos estamos indispuestos a tolerar, a dejar pasar, a barrer bajo la alfombra, las actutudes de la prepotencia de clase en filas, oficinas de gobierno, en el tráfico. Son las pequeñas modulaciones que va teniendo la conformidad o la paciencia con quien se siente superior o más autorizado que los demás. Esto apunta a que una parte, la de la minoría raquítica, empiece a modular sus referencias a los demás como “nacos”, “prietos”, o “chairos”. Su ansiedad de ser relegados se hará más presente en tanto los demás nos podremos relajar de tanto insulto que hemos aguantado durante varias décadas.
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24-07-2024 - 12:04 am
"Los jueces que liberan criminales conocidos y notorios, como el caso de Sánchez Arellano, no son los menos".
Con todo el sigilo, la impunidad y la corrupción que caracteriza al Estado Mexicano cuando de procesar narcotraficantes se trata, el 25 de diciembre de 2023, casi casi envuelta en papel de regalo navideño, a Fernando Sánchez Arellano el Juez del Decimocuarto Distrito de Baja California le modificó la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa, y le otorgó la libertad “bajo caución”. El narcotraficante salió del penal del Altiplano en el Estado de México para no regresar.
Apodado el Ingeniero, Sánchez Arellano dirigió criminalmente el cártel de los hermanos Arellano Félix, fundado por sus tíos, Benjamín y Ramón, desde mediados de 2006 cuando otro de sus tíos, el menor de la familia criminal, de nombre Francisco Javier, fue aprehendido por el FBI en aguas internacionales e internado en una prisión de los Estados Unidos, donde en un proceso judicial fue sentenciado originalmente a cadena perpetua, aunque posteriormente la pena se le redujo a 23 años y medio de prisión, como muestra de la condescendía que también los Estados Unidos han tenido para los narcotraficantes que cooperan con sus autoridades, sea proporcionando información que lleve a la captura de otros criminales como ellos, o al pago de millonarias multas en numerario y bienes.
Fernando Sánchez Arellano fue detenido en junio de 2014; tenía ocho años como cabeza criminal del CAF (cártel Arellano Félix), y fue uno de los protagonistas del inicio de una de las épocas de mayor violencia, inseguridad y criminalidad en Baja California, que ahora mismo atraviesa por otra etapa al no ser detenida o extinguida.
El Juez que le cambió la medida cautelar de prisión preventiva y lo liberó a cambio de una fianza, le permitió con ello llevar su proceso judicial en libertad, pero el 26 de enero de 2024, poco más de un mes después de obtener su libertad, Sánchez Arellano no se presentó a la audiencia, y fue cuando se emitió, por ese delito, una nueva orden de reaprehensión, está claro que los narcotraficantes no son personas de fiar para acudir a las audiencias a las que son citados para ser procesados, y que poseen los medios, económicos, de infraestructura y red de corrupción para cuando les den la oportunidad (o la compren), evadir a la justicia.
Los jueces que liberan criminales conocidos y notorios, como el caso de Sánchez Arellano, no son los menos. De hecho, son el blanco favorito del presidente Andrés Manuel López Obrador para señalar la impunidad y la corrupción que prevalece en el Poder Judicial, el martes 23 de julio de 2024, de hecho, volvió a evidenciar a aquello juzgadores que aprovechan el fin de semana para liberar detenidos de peligrosidad. De la libertad bajo caución otorgada a Fernando Sánchez Arellano, de hecho, López Obrador no ha dicho palabra alguna.
Estados Unidos tampoco, a pesar que en 2007 emitió una ficha de búsqueda sobre Fernando Sánchez Arellano y nueve de sus compinches, o lugartenientes de células criminales, proporcionando una línea específica y una recompensa a quien proporcionara información que llevara a la captura de él o de sus cómplices.
A los señalados, las autoridades de los Estados Unidos, los acusaron de trabajar para el Ingeniero, implicados en la comisión de delitos “tanto estatales como federales, incluidos asesinato, conspiración para cometer asesinato, secuestro, conspiración para cometer secuestro, robo, conspiración para cometer robo, tráfico de drogas y delitos de lavado de dinero. Según se establece en la denuncia, los acusados son miembros y asociados de la Organización Fernando Sánchez (FSO), una rama del cartel de narcotráfico Arellano-Félix”.
Sin embargo, a partir del 25 de diciembre de 2023, cuando un juez concedió la libertad a Fernando Sánchez Arellano, los funcionarios de la Fiscalía norteamericana, de las corporaciones de investigación y antidrogas o del departamento del Tesoro, no han emitido alerta alguna para aprehender a quien sucedió a los hermanos Arellano Félix en la organización criminal que lleva ya prácticamente 40 años delinquiendo en ambos países.
Ha sido tanto el sigilo proteccionista tanto de México como de los Estados Unidos en relación a la liberación del ex líder del CAF, que únicamente fue advertida cuando el propio liberado interpuso un amparo, el 7 de marzo de este 2024, para no ser reaprehendido, luego que el 1 de ese mes, se presentaran representantes de la autoridad a su domicilio, “con la finalidad de detenerlo y privarlo de su libertad y llevarlo a algún Centro Penitenciario de la República, ya que según ellos, tiene librada una orden de aprehensión, reaprehensión, comparecencia o presentación forzosa, por diversos jueces de distrito en los Estados de Baja California, Estado de México, Ciudad de México, Nayarit, Tamaulipas y Jueces Penales de Tijuana y Baja California”.
De no ser por ese amparo solicitado al Poder Judicial por parte de Sánchez Arellano, su libertad no sería pública.
De 2007 a 2010, al escindirse Teodoro García Simental del CAF y aliarse al cártel de Sinaloa, iniciaron la narcoguerra sangrienta que incluyó asesinatos masivos en Tijuana, secuestro de empresarios, lo cual llevó a un éxodo de familias productivas de la entidad, cobros de piso, amenazas y actos de terror entre narcotraficantes, que no se han detenido 14 años después. Las autoridades de Baja California, las de la Federación, se han visto rebasadas por la criminalidad organizada, por los mismos cárteles que siguen bañando de sangre las calles de este estado, ante la clara omisión y la complacencia, también de los Estados Unidos, para liderazgos como el de Sánchez Arellano, que ya lleva siete meses impune, en libertad, y contando.
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24-07-2024 - 12:04 am
"No hemos comprendido el pasaje de los cuerpos, y aun así perdura la voluntad de nuestra existencia".
I
Hay que incendiarnos por dentro
para recuperar la vitalidad
de andar aquí en la tierra.
Aprender a saltar bien, con destreza,
la cuerda de las preocupaciones.
Saber merodear la eternidad que nos circunda,
el no tiempo que deja de ser alarma,
y es aparición.
El líquido en la copa de la íntima tertulia,
su silencio,
su transcurrir en la experiencia de compartir…
Develar la raíz del dolor:
la incógnita crucial de la separación;
el conocimiento en su persecución consumido;
la conciencia azorada al descubrir la trama.
Horadar la cultura del escapismo,
dedicada a negar el camino natural de las cosas.
II
El sol destella
en la rajadura del parabrisas,
es una astilla de luz en las pupilas,
por segundos enceguece.
Cortamos el cordón umbilical
con el mismo universo.
No hemos comprendido
el pasaje de los cuerpos,
y aun así perdura
la voluntad de nuestra existencia:
la revelación única que cada uno lleva,
muchas veces sometida e ignorada.
Hay que rescatar lo extraordinario
bajo esa capa densa de las rutinas
que extingue el fuego interior;
es necesario soplar fuerte a la vida
para que las llamas del alma emerjan.
III
De dónde provienen
las palabras que nombran
y en ocasiones nos estremecen.
Quién pronuncia esa magia pura;
traducida en ciencia, es un portento,
que no acabamos de asimilar.
La flama,
esa flor de la luz,
la cera de la palabra
el pabilo de las vocales,
su vocación de ofrenda.
Su primera y única batalla
con el viento;
la semilla de la danza,
la desnudez del relámpago
que escuchamos dentro.
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