Trípoli, 5 may (EFE).- El equipo negociador del Gobierno libio reconocido internacionalmente asentado en Tobruk (este) anunció anoche su “aceptación inicial” de la propuesta presentada por el enviado especial de la ONU, Bernardino León, en el diálogo nacional celebrado en los últimos días en la ciudad marroquí de Sjirat.
En una declaración a Efe, Jaled al Asta, parlamentario en el Consejo de los Diputados, indicó que esa Cámara “aprobó algunas observaciones entre ellas acabar con las funciones del comité del diálogo una vez firmado el acuerdo”.
El diputado en el Parlamento de Tobruk agregó que ambas partes en conflicto que participaron en las negociaciones auspiciadas por la ONU acordaron en que “el presidente del gobierno consensuado elegiría sus ministros”.
La propuesta de la ONU prevé la formación de un Gobierno de unidad nacional, un Consejo Presidencial, un Parlamento y un Consejo de Estado, cuyo control y formación que se repartiría entre las dos facciones rivales.
Esta “aceptación” contrasta con la decisión tomada el pasado martes por el jefe del equipo negociador del Gobierno rebelde de Trípoli, Saleh al Majzum, quien calificó de “decepcionante” la propuesta de acuerdo presentada por León.
En declaraciones a un canal de televisión local, Al Majzum, que representa los intereses del pro islamista Congreso Nacional General (CNG), aseguró que la iniciativa del diplomático español “no respeta lo que se negoció en la diálogo ni la necesidad de llegar a una solución equilibrada”.
“La propuesta de León no cumple con las ambiciones de Trípoli. Las rondas previas han sido hechas para ganar tiempo, y para que (el general Jalifa) Hafter pueda realizar su golpe” militar a favor del gobierno internacionalmente reconocido en Tobruk.
El diplomático español es esperado hoy en Roma en un encuentro con el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Paolo Gentiloni, con el fin de intercambiar opiniones sobre cómo ayudar a garantizar la estabilidad en ese país.
Libia es un estado sumido en el caos desde que la comunidad internacional apoyó el alzamiento rebelde contra la dictadura de Muamar al Gadafi, depuesto en octubre de año 2011.
Desde las últimas elecciones, el poder está dividido entre los gobiernos de Trípoli y de Tobruk, a quienes apoyan distintos grupos islamistas, señores de la guerra, líderes tribales y contrabandistas de petróleo, armas, personas y drogas.
Al mismo tiempo se fortalecen grupos yihadistas afines al grupo Estado Islámico (EI) y a la organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), la asociación terrorista más fuerte en el norte de África.
