AGUA EN EL DF: MUCHO MÁS QUE SÓLO M**RDA

07/02/2014 - 12:00 am
El Sistema Cutzamala, una de las principales fuentes de abastacimiento del DF. Foto: Cuartoscuro
El Sistema Cutzamala, una de las principales fuentes de abastacimiento del DF. Foto: Cuartoscuro

¿Está usted listo para saber qué es lo que beben los habitantes de la Ciudad de México? De una vez va la advertencia: pura porquería. Pero si usted no vive en el Distrito Federal y cree que se salva porque está en otras zonas de México, lea las razones por las que el agua “potable” del centro del país es un caldo de cochinadas para que se imagine qué es lo que se bebe donde usted radica. Agárrese el estómago, apriétese la nariz, y lea lo que dicen los últimos estudios sobre el vaso que tiene enfrente. Y otra cosa: más vale que empiece a dar agua purificada a sus mascotas, porque posiblemente los males que ya tomaron, irán directo a usted…

Ciudad de México, 7 de febrero (SinEmbargo).- El ineficiente sistema de drenajes en la Ciudad de México, la falta de costumbre para dar a las mascotas agua purificada y la contaminación, hacen que el agua potable sea sucia y condene “a millones de personas” a enfrentar una serie de enfermedades derivadas de la mala calidad del líquido, coinciden especialistas en un estudio reciente hecho por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La institución analizó 100 muestras de agua de la llave en la Ciudad de México y encontró 84 microorganismos de nueve especies diferentes, las cuales suelen estar presentes en los desechos humanos y animales. Una bacteria, el Helicobacter pylori, asociada con las úlceras y el cáncer gástrico, se encontró en todas las muestras. El E-coli, que causa diarrea y las infecciones del tracto urinario, también apareció. Los virus, incluyendo el virus de la Legionella, de la hepatitis A y rotavirus que puede conducir a enfermedades del hígado y las vías respiratorias, se presentaron en el agua que fue sometida a pruebas.

El diario británico The Guardian publicó un artículo del fotógrafo y escritor Kurt Hollander, y que es una adaptación de un extracto de su libro Several Ways to Die in Mexico City (Distintas maneras de morir en la Ciudad de México), en el que destaca la contaminación del líquido en el Distrito Federal, la ciudad que, según sus cálculos, utiliza más agua que cualquier otra en el mundo y cuya calidad es de las peores en el planeta.

“El excremento que yo y otros millones de personas cada día volcamos en los inodoros en toda la Ciudad de México, tiene un viaje increíble por debajo de las calles de la ciudad, a través de 6 mil millas de tuberías, 68 estaciones de bombeo y casi 100 kilómetros de canales, túneles, diques y lagos artificiales. Y tiene una extraña habilidad de encontrar su camino de regreso a mí”, narra la historia y agrega que ese regreso es a través del agua potable.

Establece que gran parte de la contaminación en el agua de la capital se debe a que durante la época de secas, los virus y bacterias en los desechos humanos y animales se impregnan en el aire y permanecen estáticos en el ambiente y es cuando empieza la temporada de lluvias que llegan al sistema de alcantarillado de la ciudad y posteriormente a los grandes mantos freáticos que posteriormente abastecen de agua a la ciudad.

Cabe recordar que desde el año pasado se ha desatado una polémica por la calidad del agua en la ciudad de México; científicos como Marisa Mazari, del Instituto de Ecología de la UNAM, sostienen que el líquido que llega del Cutzamala no es apto para consumo humano en algunas épocas del año, debido al mal olor y sabor producidos por un alga que genera daño en el hígado.

Otros investigadores de la casa de estudios, como Ramiro Rodríguez del Instituto de Geofísica de la UNAM, sostienen que “la calidad del agua en el Distrito Federal no es mala. Si bien hay algunas zonas donde contiene sulfatos y nitratos de origen natural, estos no afectan su potabilidad porque están dentro de los niveles aceptados para consumo humano, también hay otras donde el agua es completamente pura. Son problemas muy puntuales que se pueden resolver”.

El año pasado se encontró en el agua capitalina la presencia de la llamada alga geosmina que produce toxinas que provocan daños en el hígado, así como sensibilidad en la piel y conjuntivitis. Mazari explicó que la NOM 127-SSA1-1994 marca que, para ser agua apta para el consumo, debe ser inodora, insabora e incolora, pero según The Guardian, el líquido que llega a la capital tiene un olor ferroso y un color café.

Sobre la mala calidad del agua del Cutzamala, Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM, coincidió con Mazari. La geosmina, detectada el 31 de mayo de 2013 en las presas Valle de Bravo y Villa Victoria, produce un desagradable aroma y sabor a tierra en el agua.

El problema se presentó en las delegaciones Azcapotzalco, Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Coyoacán, Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Tlalpan, Iztapalapa, Iztacalco y Venustiano Carranza.

“WC Fields, el gran comediante y alcohólico arrepentido, una vez afirmó haber dicho que él nunca bebió agua, porque los peces copulan en ella. En la Ciudad de México, no es el pescado de quien usted tiene que preocuparse. A diferencia del agua de la llave en las principales ciudades de Europa y América, hay una increíble biodiversidad en una sola gota de agua de la llave de la Ciudad de México. La ciudad ocupa el primer lugar en el mundo cuando se trata de infecciones gastrointestinales [alrededor del 90% de los adultos de la capital están infectados con Helicobacter pylori] y el agua potable ha demostrado ser un vehículo ideal para la transmisión de salmonella, disentería y un serie de otras enfermedades comunes”, destaca The Guardian.

LAS MASCOTAS Y EL AGUA

Gato bebiendo agua. Foto: Shutterstock
Gato bebiendo agua. Foto: Shutterstock

El texto de The Guardian señala a los animales domésticos como uno de los principales transmisores de las enfermedades que provoca el agua contaminada, ya que generalmente son los perros y los gatos los que beben agua de la llave, y, por lo tanto, “casi todos están infectados con parásitos” y muchas veces los pasan a sus dueños.

Por ejemplo, un gramo de heces de perro puede contener hasta 15 mil huevos Cryptosporid. Además de infectar a seres humanos, perros y gatos, el parásito Cryptosporid, uno de los más nuevos en la escena, infecta a los peces, aves, ratas, serpientes, ciervos, ovejas, caballos y cerdos, y los estudios han encontrado que cerca de la mitad de todas las vacas, su leche está infestada con Cryptosporid”.

El parásito provoca infecciones pueden ser graves y continuadas en niños y en pacientes inmunocomprometidos, como quienes padecen sida. Los brotes de este parásito en la Ciudad de México se producen a partir de agua contaminada, el contagio en los hospitales y centros de cuidado de niños, el contacto con animales infectados o productos animales, y de las personas que practican el sexo oral o anal.

La publicación ubica otro de los focos rojos en la industria del hielo, ya que su calidad “tiende a ser aún peor”, ya que este sector es menos supervisado y regulado que la industria del agua. Además de los miles de fabricantes de hielo legales, hay hasta 6 mil empresas sin licencia. El hielo industrial, que representa el 60% de todo el producto en el país, se general, simplemente, congelando el agua de la llave.

“En la Ciudad de México, el agua ya no es inocua, sino que se ha convertido en una sustancia difícil, potencialmente letal. Nadie en la ciudad se ha ahogado nunca en un vaso de agua, pero por culpa del agua potable, más de una vida ha sido truncada”, destaca The Guardian.

SECO PRONÓSTICO

Hace un año, en su estudio “Agua Urbana para el Valle de México ¿Un camino verde para mañana?”, el Banco Mundial (BM) anticipaba que la situación de los recursos hídricos en el Valle de México es muy crítica, pues si persisten la sobreexplotación de mantos acuíferos y las prácticas ineficientes de aprovechamiento del agua urbana, en 30 años la demanda aumentará al doble y el déficit de abasto se multiplicará exponencialmente.

Las cifras oficiales indican que más de una tercera parte de toda el agua que fluye ahora, a través del sistema de agua de la Ciudad de México, se fuga de las tuberías subterráneas a un ritmo de 12 mil litros por segundo, una pérdida total de más de 1 billón de litros al año.

Establece que la ciudad se enfrenta a un grave problema no sólo de salud sino también de abasto ya que las fuentes de abastecimiento están cada vez más lejanas lo que encarece el servicio y a la vez seca las mantos hídricos de otras entidades como Jalisco y el estado de México.

La demanda de agua en la capital es de aproximadamente 360 litros diarios por habitante mientras que la media es de 170, lo que la hace la metrópoli que consume la mayor cantidad del líquido en el mundo.

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