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Alejandro De la Garza

04/05/2024 - 12:03 am

Dos historias de horror en X

“Esta evolución tecnológica ha generado cambios notables en las mentalidades en todo el planeta”.

“Estas dos historias de horror divulgadas y expuestas por la red X vuelven a poner en el centro de la discusión a las malditas o benditas redes sociales, atestigua el alacrán”. Foto: Jonathan Brady/PA via AP

El sino del escorpión no deja de sorprenderse aún por el potencial, para el bien y para el mal, de las redes sociales. El alacrán apoya estas nuevas herramientas tecnológicas que han abierto la posibilidad a mucha gente, antes excluida de opinar y manifestar sus puntos de vista sobre tal o cual tema, de cuestionar directamente a políticos, autoridades o reputados intelectuales y académicos. Con todo, muchos estudiosos le insisten al arácnido sobre la estupidez y banalidad imperantes en redes sociales como X, Facebook, Instagram y TikTok. Aun así, esta evolución tecnológica ha generado cambios notables en las mentalidades en todo el planeta. Para documentar las posibilidades de las redes sociales, el arácnido abrevia aquí dos historias de horror reveladas en la red X, que muestran su potencial como mecanismo de reflexión y denuncia.

1.- Varias cuentas de X, en particular la de la española Mayva Nissi (@Mavya90), dieron a conocer hace unos días lo sucedido con una suerte de experimento. En Estados Unidos, un hombre creador de contenido salió a la calle y preguntó a las mujeres si, hallándose perdidas en un bosque, preferirían encontrarse con un oso o un hombre. La respuesta de todas las mujeres fue que preferirían un oso. Los hombres en los comentarios se mostraron coléricos e insultaron a las mujeres. El enojo masculino fue tanto que comenzaron a hacer videos llamando estúpidas a las mujeres, que no sabían lo que decían, que quizá el hombre solo estaba ahí de paso, caminando, que quién las iba a ayudar si el oso las atacaba.

Según comentaron las mujeres en esta conversación de X, las opiniones masculinas sólo demostraba que esos hombres ni siquiera eran capaces de considerar otra perspectiva. La falta de empatía hacia las mujeres no les permitía ver que ellos piensan sólo en la supervivencia, porque consideran que pelear con otro hombre les da más posibilidades de sobrevivir que con un oso. Pero jamás se les ocurriría pensar que un tipo solo en el bosque podría ser un asesino serial, un violador, que podría secuestrar a la mujer y torturarla, y que quizá el dolor no termine rápido o el trauma de lo que les hagan dure para toda la vida. Para esos hombres no hay destino peor que la muerte y, sin embargo, para las mujeres hay cosas peores que morir, porque viven en un estado constante de alerta desde la más tierna infancia. Los hombres no comprenden o no quieren comprender la brutalidad que sucede en manos de los hombres, por ello no entienden que muchas mujeres prefieran morir en las garras de un animal salvaje y ya, que intentar lidiar con un tipo solitario e impredecible en medio del bosque.

La discusión aún se mantiene en la red X, pero el venenoso deja estos datos sobre Estados Unidos: De acuerdo con la organización protectora de los osos Bear Vault, desde el año 1784 se han registrado 66 muertes por conflicto entre osos y humanos, menos de una docena de heridos al año. Por otra parte, de acuerdo con la especialista en educación sexual Rayne Fisher-Quann, en promedio existen anualmente en Estados Unidos 463 mil 634 víctimas de violación y agresiones sexuales, desde los 12 años y mayores. A los hombres les molesta que las mujeres les tengan miedo, pero prefieren culparlas a ellas que voltearse a ver entre ellos y entender el por qué.

Y, no obstante tanto enojó masculino, incapaz de una autocrítica a sus comportamientos o de googlear siquiera el término “nuevas masculinidades”, cuando las mujeres voltearon la pregunta y cuestionaron a estos hombres sobre si preferían que su hija se encontrara sola en el bosque con un hombre o con un oso salvaje. Todos respondieron que preferían al oso.

2.- Apenas hace unos días, un académico de la Benemérita (así se llama oficialmente) Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), fue captado en la Feria de Puebla filmando debajo de las faldas de las mujeres con una pequeña cámara semioculta en su zapato deportivo. La escena fue capturada por un asistente al lugar, quien de inmediato dio seguimiento al personaje y advirtió incluso a una de las mujeres a quien el académico filmaba de manera clandestina. La reacción fue inmediata, según se ve en el video. El presunto acosador sexual, académico de la Facultad de Artes Plásticas y Audiovisuales y cuyo nombre no vale la pena ni mencionar, al darse cuenta de que era observado intentó huir, pero fue detenido por policías que vigilaban el lugar.

La Secretaría de Seguridad Pública poblana detalló que el profesor fue detenido por el delito de ultrajes a la moral pública y presentado ante el Agente del Ministerio Público especializado en delitos sexuales, ante la denuncia de la afectada. En tanto la Fiscalía realiza la investigación por la denuncia que presentó la afectada y por la puesta a disposición del hostigador por parte de la Policía Estatal, la BUAP dio a conocer que este comportamiento inaceptable llevó a la administración de la institución a tomar medidas drásticas para salvaguardar la integridad y el respeto dentro de su comunidad educativa.

Así pues, tras el escandaloso episodio en que el maestro fue captado grabando sin su consentimiento a varias mujeres, la institución tomó la decisión de darlo de baja de su platilla, pues el personaje ya fue acusado de acoso sexual y ultrajes a la moral pública. La noticia causó revuelo en las redes sociales y en los medios locales, con numerosos comentarios de condena hacia el docente y muestras de solidaridad hacia las víctimas de sus acciones delictivas.

Estas dos historias de horror divulgadas y expuestas por la red X vuelven a poner en el centro de la discusión a las malditas o benditas redes sociales, atestigua el alacrán.

@Aladelagarza

Alejandro De la Garza
Alejandro de la Garza. Periodista cultural, crítico literario y escritor. Autor del libro Espejo de agua. Ensayos de literatura mexicana (Cal y Arena, 2011). Desde los años ochenta ha escrito ensayos de crítica literaria y cultural en revistas (La Cultura en México, Nexos, Replicante) y en los suplementos culturales de los principales diarios (La Jornada, El Nacional, El Universal, Milenio, La Razón). En el suplemento El Cultural de La Razón publicó durante seis años la columna semanal de crítica cultural “El sino del escorpión”. A partir de mayo de 2021 esta columna es publicada por Sinembargo.mx

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