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Valentina López Hernández

06/05/2024 - 12:04 am

Construyendo el futuro de México: infraestructura para la movilidad social

“Es fundamental que los proyectos de infraestructura consideren criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica para asegurar que los beneficios sean duraderos y no comprometan los recursos para las futuras generaciones”.

El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México (CdMx), Martí Batres, anunció que el tramo elevado de la línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro reabrirá a finales de enero de 2024, pues ya concluyeron los trabajos de reforzamiento. Foto: Graciela López, Cuartoscuro
“El desarrollo de un país no se da de forma automática, con el paso del tiempo hace falta una visión a largo plazo”. Foto: Graciela López, Cuartoscuro

El progreso de una nación no se mide por la riqueza de sus más afortunados, sino por cómo trata a sus más vulnerables. Para lograr este progreso es imprescindible la inversión en infraestructura.

México enfrenta una situación compleja en términos de desarrollo económico y social, marcada por contrastes significativos y desafíos persistentes, aunque también por oportunidades de crecimiento y desarrollo social. La falta de una planificación estratégica efectiva puede llevar a que los proyectos de infraestructura, que son necesarios para el crecimiento del país, no se desarrollen de manera óptima.

El desarrollo de un país no se da de forma automática, con el paso del tiempo hace falta una visión a largo plazo, un plan maestro de desarrollo que contemple una infraestructura que genere competitividad al país, fortaleciendo las tecnologías y con reacomodos de las cadenas productivas y de valor.

  • Actualmente, sólo el 70% de la población en áreas urbanas tiene acceso adecuado a sistemas de transporte público, mientras que en áreas rurales esta cifra disminuye al 40% (Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
  • Sólo el 50% de las personas de bajos ingresos tienen acceso a servicios de transporte público en un radio de 5 kilómetros desde sus hogares (Fuente: Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares).

Un entorno político estable y el respeto al Estado de Derecho, son factores cruciales para la confianza económica y la inversión. La planificación y ejecución de proyectos de infraestructura deben ser transparentes y estar basadas en criterios técnicos, no políticos, para garantizar que las obras respondan a las necesidades reales de la población y no a intereses partidistas.

Es fundamental que los proyectos de infraestructura consideren criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica para asegurar que los beneficios sean duraderos y no comprometan los recursos para las futuras generaciones.

COPARMEX aboga por un Modelo de Desarrollo Inclusivo que promueva la participación de todos los sectores de la sociedad en el diálogo social. Esto es clave para la creación de políticas de infraestructura que beneficien a todos los segmentos de la población, “con inclusión fortalecemos a la población más débil” – MDI.

  • Por cada peso invertido en infraestructura de transporte, se estima que se generan 3 pesos adicionales en actividad económica a través de la creación de empleo, el aumento de la productividad y la mejora del acceso a los mercados (Fuente: Banco de México).
  • La reducción de los tiempos de viaje gracias a la mejora de la infraestructura de transporte podría aumentar el PIB del país en hasta un 2% en los próximos 5 años (Fuente: Estudio de Impacto Económico de la Infraestructura de Transporte).
  • La mejora de la infraestructura de transporte puede reducir la desigualdad de ingresos hasta en un 15% al facilitar el acceso de las personas de bajos recursos a oportunidades de empleo y educación (Fuente: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

No podemos dejar de mencionar la necesidad de crecer y fortalecer la infraestructura de salud y educación, que son las más sensibles para las clases más vulnerables, pero que también son un factor que influye directamente en la productividad y competitividad de un país.

Por tanto es indispensable que el modelo de país y de vocaciones regionales sean tomadas en cuenta para la planificación de un programa de desarrollo de infraestructura que contemple en que invertir, cómo sufragar esta inversión y de qué manera hacer rendir la inversión para que genere progreso en el país.

El futuro de México está siendo escrito hoy, y cada uno de nosotros tiene un papel crucial en la redacción de sus líneas. Participar en la construcción del futuro de México es una responsabilidad compartida que nos llama a todos.

Hoy te invito a participar, a cuestionar, a aprender y a actuar. México no cambiará de la noche a la mañana, pero cada paso que damos hacia una infraestructura más inclusiva y sostenible es un paso hacia el México que todos merecemos.

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