Ciudad de México, 7 de mayo (SinEmbargo).- La expresión “sangre joven” podría tomar un nuevo giro gracias a científicos estadounidenses quienes afirman ahora que la composición química del tejido conectivo líquido tiene beneficios sorprendentes para la salud, por lo que la transfusión de sangre proveniente de un individuo joven puede detener o incluso dar marcha atrás al proceso de envejecimiento.
Desde hace algunos años los investigadores tenían la sospecha de que existe algo en la sangre que influye en el rejuvenecimiento y ahora, científicos de Harvard y Stanford aislaron el mecanismo responsable de este remozamiento, y se trata de una proteína que también se encuentra en el ser humano, según dieron a conocer dos trabajos de investigación independientes realizados por ambas instituciones.
“Esto nos debe dar a todos la esperanza de un futuro más saludable”, dijo el profesor Doug Melton, del Departamento de Células Madre y Biología Regenerativa de la Universidad de Harvard.
De acuerdo con el sitio io9, ambos estudios informan que las inyecciones de una proteína, o factor de crecimiento, conocida como GDF11 es capaz de rejuvenecer una serie de aspectos fisiológicos aparentemente no relacionados. Dicha proteína que circula en la sangre, es responsable de mantener el cerebro y los músculos jóvenes y fuertes. Sin embargo, se apaga paulatinamente a medida que una persona envejece.
Los experimentos, por otra parte, fueron realizados en ratones. Sin embargo, los científicos tienen la esperanza de comenzar los ensayos en humanos en los próximos dos o tres años, ya que estos estudios pueden producir rápidas mejoras para la longevidad y la salud humana.
El estudio de Harvard utiliza la proteína para mejorar la capacidad de ejercicio y la función del músculo esquelético de ratones, mientras que los investigadores de Stanford demostraron que las transfusiones animan el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos y mejoran la función de la región olfativa en los cerebros de los ratones de más edad, lo que les permite detectar olores tan bien como los ratones más jóvenes. Asimismo, los ratones inyectados mostraron también a obtener mejores resultados en pruebas de memoria que los ratones de la misma edad que no habían recibido el plasma de la sangre joven.
“Todos nos preguntamos por qué éramos más fuertes y cuando mentalmente más ágiles de jóvenes, y estos dos trabajos inusualmente interesantes en realidad apuntan a una posible respuesta”, agregó Melton.
Ya el año pasado, el equipo de Harvard descubrió que la proteína podría reparar corazones dañados. Ahora, el nuevo estudio demostró que el aumento de los niveles de GDF11 en los ratones más viejos mejora la función de todos los órganos del cuerpo.
Por su parte, los científicos de Stanford creen también que la sangre joven puede revertir los signos de envejecimiento, luego de utilizar en sus ensayos la sangre de ratones de tres meses de edad, la cual se inyectó repetidamente a roedores de 18 meses que se encontraban cerca del final de su ciclo de vida natural.
En 2012, científicos de la Universidad de Stanford descubrieron que es posible revertir el deterioro cognitivo en ratones viejos inyectándoles sangre de ejemplares más jóvenes. Así, el investigador Saul Villeda fue el encargado de mostrar que la también llamada “terapia vampiro” tiene cualidades rejuvenecedoras. Sin embargo, entonces el investigador no estaba del todo seguro de la manera en la que el efecto de la disminución cognitiva se invierte, pero ya sospechaba que algo tenía que ver con la producción limitada de las células madre a medida que el ser humano envejece.
