Economía

7.4 millones tendrían qué comer si los mexicanos no tiráramos tanto alimento al año, dice BM

08/12/2017 - 6:30 pm

El desperdicio en México de 20.4 millones de toneladas de alimento al año contribuye al cambio climático e impacta en los precios. Pero si se recuperaran, más de 7.4 millones de mexicanos no padecerían hambre, concluyó un estudio del Banco Mundial presentado por petición de la Semarnat. El Senado de la República ya impulsa la Ley de Derecho a la Alimentación Adecuada y la Asamblea Legislativa de la ahora Ciudad de México publicó en octubre del año pasado la Ley de Donación Altruista de Alimentos.

Sin embargo, el reto no es exclusivo de las autoridades, productores, centrales de abastos y restaurantes. Juliana Morales Castro, coordinadora de la Red Temática en Seguridad Alimentaria del Conacyt, destacó que la falta de control de los consumidores es una de las causas. “Hay que tratar de llevar un registro de la comida que tenemos en el refrigerador, de los que se van a caducar”, recomendó. La idea es desperdiciar menos para alimentar más.

Ciudad de México, 8 de diciembre (SinEmbargo).– ¿Cuántas veces se deja un alimento en el refrigerador o plato hasta que se echa a perder? Mientras hay millones de mexicanos con carencia alimentaria y con escasez de agua, en el país se desperdician al año 20.4 millones de toneladas de comida durante su producción, almacenamiento, transporte y consumo, lo que genera metano y 36 millones de toneladas de dióxido de carbono que abona al cambio climático, reveló el informe “Pérdidas y desperdicios de alimentos en México” realizado por el Banco Mundial.

“Si los alimentos perdidos y desperdiciados fueran recuperados sería posible atender la deficiencia alimentaria de más de 7.4 millones de mexicanos”, sentenció.

En México hay 24 millones de personas con carencia alimentaria, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y 815 millones en el mundo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

El 72 por ciento de los alimentos desperdiciados en México se da en los primeros eslabones de la cadena productiva, desde la precosecha hasta la distribución. El agua que se utiliza en la producción de esos alimentos perdidos asciende a más de 40 billones de litros, una cifra equivalente al agua utilizada por todos los mexicanos en 2.4 años.

En México, 14 millones no tienen acceso a agua potable o entubada, de acuerdo con la Universidad de Chapingo. Tan solo en la Ciudad de México, miles de habitantes de las delegaciones Tláhuac, Iztapalapa y Xochimilco enfrentan escasez a diario por la falta de infraestructura o la construcción de megaproyectos.

El otro 28 por ciento se desperdicia en la venta al menudeo y en los hábitos de los consumidores finales, expone el estudio basado en una muestra de 79 alimentos representativos de la dieta de los mexicanos.

Entre lo más desaprovechado figura la carne de res y cerdo, camarón, leche, aguacate, tomate, papa y mango.

El representante de la FAO en México, Fernando Soto Baquero, aseguró que el desperdicio de alimentos también impacta en los precios y en un menor acceso de una parte importante de la población. En noviembre la tasa de inflación se ubicó en 6.63 por ciento anual y el tomate verde fue uno de los productos con mayor precio al alza.

Además del impacto ambiental y social, el Banco Mundial destacó el económico ya que el valor de mercado de los alimentos analizados asciende a 491 mil millones de pesos.

En México hay 24 millones de personas con carencia alimentaria. Foto: Cuartoscuro.

Respecto a las causas, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) explicó que los sistemas de producción y distribución se han globalizado por lo que el producto debe transportarse a grandes distancias. En tiempos pasados, solo teníamos acceso a los productos locales y en ciertas épocas. A escala del consumidor, hay causas psicológicas: “nos gusta ver nuestros platos llenos aunque no nos comamos todo y los refrigeradores con espacios vacíos nos parecen tristes”.

Juliana Morales Castro, coordinadora de la Red Temática en Seguridad Alimentaria, expuso que las causas son muy diversas, como una falta de capacidad de almacenamiento, transporte inadecuado, sobreproducción de alimentos con baja demanda y falta de control de los consumidores. Por ello, recomendó tratar de llevar un registro de la comida que tenemos en el refrigerador y de la que se va a caducar.

Otro aspecto que impacta en el volumen de pérdidas, dijo, son los estándares estéticos que exigen los supermercados para frutas y vegetales.

El artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos afirma que es responsabilidad del Estado garantizar a toda persona el derecho a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad.

Durante la presentación del informe del Banco Mundial, el subsecretario de Fomento y Normatividad Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente, Cuauhtémoc Ochoa Fernández, aseguró que se diseñará una estrategia nacional que considerará la prevención de la pérdida y desperdicio de alimentos a lo largo de toda la cadena de su producción.

Asimismo, dijo, impulsará el fortalecimiento de los bancos de alimentos y el marco legal para fomentar, y facilitar la distribución de alimentos recuperados entre la población más necesitada.

ESTRATEGIA DE PREVENCIÓN Y DISTRIBUCIÓN

Francisco Urrutia de la Torre, coordinador de investigación y posgrado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), ha enfatizado la importancia de los bancos de alimentos si cuentan con tecnología suficiente como sistemas de conservación. En Jalisco implementó un proyecto para el aprovechamiento, conservación y manejo tecnificado de alimentos. Atiende a alrededor de 100 mil personas y cada una de esas familias recibe una despensa quincenal con un valor aproximado de mil 200 pesos, por la cual se le solicita una cuota de recuperación de 120 pesos.

Sin embargo, la investigadora Juliana Morales agregó que aunque a nivel nacional los bancos de alimentos recogen una parte de la comida descartada y los encaminan a personas en necesidad, pero implica solo el dos por ciento de lo que se desperdicia.

El doctor Gregor Wolf, del Banco Mundial, dijo a la agencia Efe que ya se financian varios proyectos de desarrollo rural que apoyan al Gobierno mexicano para asesorar a los productores sobre cómo evitar los desperdicios, con inversiones en logística e infraestructuras que puede aprovechar el propio productor para llevar sus productos del campo al mercado.

Las pérdidas y desperdicios de alimentos deben ser considerados dentro de políticas públicas ya existentes, como las relativas a combate a la pobreza, desarrollo sostenible, cambio climático, educación y salud, así como una estrategia de divulgación, determinó el coordinador de Operaciones Sectoriales de Desarrollo Sostenible del Banco.

Nos gusta ver nuestros platos llenos aunque no nos comamos todo y los refrigeradores con espacios vacíos nos parecen tristes, explica experta, Foto: Cuartoscuro

Por parte de los legisladores, desde el año pasado el Senado de la República impulsa una Ley de Derecho a la Alimentación Adecuada. En noviembre pasado, expertos, senadores y funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destacaron en un foro que en el país anualmente se desperdicia 37 por ciento de los alimentos.

La Senadora Luisa María Calderón, coordinadora del Frente Parlamentario Contra el Hambre en América Latina y el Caribe, dijo que además de la ley también hay una iniciativa que propone que los alimentos frescos sean parte de la canasta básica.

Lisbeth Hernández Lecona, Senadora y coordinadora del Frente Parlamentario Contra el Hambre Capítulo México, enfatizó que reducir los desperdicios implica un beneficio incalculable para establecer un modelo de consumo y producción sustentable que garantice que ninguna familia padezca hambre.

A nivel Ciudad de México, en octubre del año pasado la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó la Ley de Donación Altruista de Alimentos de la Ciudad de México.

“Esta ley de nueva creación tiene el objetivo de erradicar la pobreza alimentaria”, aseguró el Diputado Mauricio Toledo, quien la impulsó. “Donar alimentos no es un acto de generosidad, es ya un acto de necesidad y de justicia social”.

Entre las medidas destaca la reutilización o el reciclaje de alimentos en lugar de tirarlos a la basura, y fomentar su donación a la población menos favorecida o vulnerable.

Dulce Olvera
Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.
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