Traumas vividos en la infancia impactan la salud a largo plazo, por el estrés acumulado

12/12/2014 - 12:00 am

Ciudad de México, 12 de diciembre (SinEmbargo).-Los sucesos traumáticos vividos en la infancia, como ver a un padre morir o vivir en un sitio violento, impacta la salud física de los niños y les da mayor posibilidad de desarrollar enfermedades crónicas cuando son adultos, por el estrés acumulado a largo plazo.

Un estudio realizado por expertos de la Universidad Hopkins, de Estados Unidos, concluyó que cerca de la mitad de los niños estadounidenses han experimentado al menos un trauma relacionado con el entorno familiar o social.

Además mencionaron que el estrés que queda sin mitigarse afecta la salud cardiovascular, el sistema inmune y la salud mental en la adultez.

Asimismo, deja una marca en el cerebro difícil de borrar, “Si tienes un montón de malas experiencias mientras creces, fijas tu cerebro de una manera que así se queda la expectativa de que toda la vida va a ser así”, dijo a The Atlantic, James Perrin, presidente de la Academia Americana de Pediatras.

La pobreza es uno de los factores traumáticos. Foto: Cuartoscuro
La pobreza es uno de los factores traumáticos. Foto: Cuartoscuro

El estudio, publicado en la revista Health Affairs analizó los datos de la Encuesta Nacional sobre la Salud de la Infancia de 2011-2012, contestada por más de 95 mil padres de menores de 17 años. Ahí se evaluaron aspectos como la situación económica, si existió una separación o divorcio, familiares con problemas de drogas o alcohol, enfermos mentales, si alguna vez los pequeños atestiguaron algún acto de violencia o alguna muerte cercana, entre otros.

Entonces encontraron que el 48 por ciento de los niños habían experimentado uno de estos eventos traumáticos, y el 23 por ciento dos o más.

a partir de estos datos también pudieron determinar que los niños expuestos a por lo menos dos traumas eran 2.5 veces más propensos de repetir algún año escolar, en comparación con aquellos que no tenían este tipo de experiencias. También eran mucho más propensos que los demás a sufrir de problemas de salud crónicos, como el asma, el trastorno de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, autismo, y la obesidad.

Aún cuando los resultados se ajustaron por raza o nivel de ingresos, notaron que si se viven dos eventos traumantes estas variables no tienen ingerencia y su desarrollo se puede ir para abajo.

Sin embargo, dijeron los expertos, doctores y maestros a lo largo de la vida pueden mitigar los efectos negativos de estas experiencias, al dar apoyo emocional, así como con “métodos de reparación neurológicos, tales como entrenamiento de la mente”, dijeron los autores al diario.

 

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