Israel instala un sistema electrónico anti-túnel en la frontera con Gaza

18/04/2015 - 6:35 am

Elías L. Benarroch

Jerusalén, 18 abr (EFE).- El Ejército israelí ha comenzado la instalación de un nuevo dispositivo capaz de detectar la construcción de túneles bajo su frontera con Gaza, talón de Aquiles de la seguridad de este país durante la última década.

“El nuevo sistema entrará en la historia”, dijo a los medios Alón Schuster, alcalde del concejo regional de Eshkol, uno de los más afectados durante la última guerra entre el Ejército israelí y las milicias palestinas de la Franja.

Desarrollado en un tiempo récord por un conjunto de empresas privadas y organismos oficiales, a la cabeza del cual está la firma Elbit, consiste de una serie de sensores que transmiten información sobre las actividades en el subsuelo y que, por medio de complejos algoritmos, analizan de qué tipo se trata.

“Puede detectar cualquier tipo de excavación con un alto grado de eficacia y darnos una ubicación aproximada”, explicó a Efe un mando militar en la zona, que resaltó que la clave del dispositivo está en que puede “limpiar” y “desgranar” los datos recibidos de todo tipo de “interferencias”.

El uso de sensores con este fin llevaba varios años bajo investigación, pero el gran problema que afrontaba era su incapacidad de separar los ruidos en las inmediaciones y clasificarlos según el tipo de actividad al que correspondía.

“Las falsas alarmas que saltaban eran demasiadas como para tenerlas en cuenta e iniciar la búsqueda, más aún cuando los túneles no suelen tener boca de salida porque los terroristas las terminan de cavar en el momento que van a salir”, agregó.

De hecho, partes del nuevo sistema fueron instalados a modo de prueba en abril de 2014, tres meses antes de comenzar la operación israelí “Margen Protector” en Gaza, una contienda en la que murieron unos 2.2000 palestinos y 70 israelíes.

Fue en esa guerra cuando Israel se percató realmente de una amenaza que desde entonces tiene en jaque a la población civil israelí alrededor de la Franja.

“El elemento sorpresa y la imposibilidad de protegerse representa un golpe serio a nuestra seguridad. Lo vemos como una amenaza sin solución”, señala Amit Caspi, residente del kibutz Kerem Shalom, uno de los más afectados por los túneles, sobre su destructivo “impacto moral”.

Durante los 50 días de enfrentamientos armados, milicianos del movimiento islamista Hamás consiguieron adentrarse en Israel en al menos cuatro ocasiones por túneles cavados a varios kilómetros de distancia de la verja fronteriza y emergieron a la superficie causando severas bajas al Ejército.

Pero el peligro de los túneles transfronterizos era conocido desde que en 2006 tres milicias palestinas consiguieron secuestrar al soldado israelí Guilad Shalit a través de un subterráneo que, entonces, era pionero del entramado de fortificaciones que Hamás construiría bajo tierra en los años siguientes.

Desde entonces se han descubierto numerosas bocas de túneles en distintos puntos de la zona fronteriza y en octubre de 2013 saltaron todas las alarmas con el hallazgo de un corredor de 1,8 kilómetros que llegaba hasta el kibutz Ein Hashloshá.

Un fuente militar explicó entonces a Efe que se trataba de “un túnel estratégico” destinado a cometer atentados o el secuestro de civiles en un momento crucial para el movimiento islamista, un suerte de “as en la manga” para una situación realmente adversa.

Menos de un año después, durante la guerra, la perspectiva del Ejército cambió radicalmente con el descubrimiento de una treintena de subterráneos, lo que disparó la presión popular sobre el Gobierno de Benjamín Netanyahu para que pusiera fin a la amenaza.

“Si es cierto que han encontrado una solución mejorará nuestra seguridad personal, a pesar de que somos conscientes de que nunca habrá 100 por ciento de seguridad”, sostiene Caspi en declaraciones al diario Yediot Aharonot.

Fuentes de los organismos de seguridad aseguran que el nuevo dispositivo, instalado estos últimos meses en el sector más crítico de la frontera, ya ha sido capaz de detectar túneles sin producir falsas alarmas, aunque no ofrecen más detalles técnicos sobre su funcionamiento.

Su instalación en todo el perímetro fronterizo con Gaza, de unos 60 kilómetros, depende ahora de los organismos políticos, que deberán financiar los entre 1 y 2 millones de dólares por kilómetro que cuesta el dispositivo electrónico geofísico.

El exclusivo sistema ha sido “fruto de los esfuerzos” realizados desde la guerra para neutralizar la amenaza, consideró Schuster, quien compara su fugaz desarrollo y futuro impacto con el de la batería antiaérea “Cúpula de hierro”.

Fabricada con financiación de EEUU, durante la pasada guerra esta batería neutralizó en más de un 90% el impacto de los cohetes palestinos que se dirigían a centros urbanos israelíes, devolviendo en gran medida la sensación de seguridad a casi dos millones de civiles.

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