México

Transportistas y comerciantes: De por sí la economía estaba mal y ahora, un “mega gasolinazo”…

31/12/2016 - 6:00 pm

Mañana las gasolinas y el diésel costarán más que hoy, el último día del año. SinEmbargo conversó con un gasolinero, un taxista, un camionero y comerciantes de un mercado en la Ciudad de México, uno de los sitios donde los combustibles más subirán. Todos coincidieron que sus ganancias, incluso antes de estos incrementos, han ido a la baja. Pero ahora, la situación empeorará. Algunos trabajarán más horas o ajustarán sus gastos o precios para enfrentarlo. Seferino, taxista desde hace 37 años, trabaja 14 horas o más, gasta 600 pesos al día en gasolina y algunas veces gana sólo 500 pesos en una jornada. “El Veloz”, camionero de la Ruta 88, trabaja desde las 4:30 de la mañana, invierte 700 pesos diarios en diésel pero hay ocasiones en las que gana unos 400 pesos al día.

Ciudad de México, 31 de diciembre (SinEmbargo).– Un carnicero se apoyaba en la madera donde hace los cortes. Faltaban dos días para la ola de gasolinazos. Ofrecía la carne a quien se acercara. Antes del anuncio, sus ventas han ido “de más a menos”. Ahora, prevé, “va a estar canijo”. En su negocio, ubicado en un mercado de la delegación Gustavo A. Madero en la capital del país, no subirán los precios porque “de por sí no vendemos”.

–¿Como padre de familia, cómo enfrentará el aumento en los precios de los bienes?

El comerciante se queda callado. Su mirada refleja preocupación.

–Ni yo sé cómo le voy a hacer –responde después de un largo silencio.

Más que furiosos, están preocupados. Comerciantes, un gasolinero, un taxista y un camionero de la Ciudad de México que charlaron con SinEmbargo no saben cómo afrontarán los incrementos de entre dos y tres pesos por litro a las gasolinas y sus efectos. Aunque sus jornadas laborales son largas, trabajar más horas es una opción hasta que la presión los orille a ajustar sus precios o tarifas.

Antes de que el “mega gasolinazo” comience mañana, el primer día del 2017, su situación económica ya era complicada y, en el caso de los transportistas, el gasto diario en combustible llega a ser mayor a veces que sus ganancias. Coinciden en que huele a crisis; incluso peor que la de 1994.

“MI FAMILIA, AUNQUE COMA POCO, SABES QUE ESTÁ BIEN”

El viernes pasado subió la demanda en una gasolinera al norte de la ciudad, dijo un empleado mientras desayunaba una quesadilla en una jardinera cercana a la estación de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Los clientes cargaban su tanque –en su mayoría con Magna “por ser la más barata”– antes de que su precio suba el domingo.

“No están de acuerdo. La mayoría siempre se ha quejado de que los litros no son de a litro, pero ahora preguntan qué tan cierto es lo del incremento”, aseguró.

El empleado tiene a su cargo a dos hijos de 15 y 13 años, su esposa y cuatro sobrinos. No tiene carro. Trabaja de ocho de la mañana a seis de la tarde.

–¿Cuánto gana?

–No, pues bien poquito –dice mientras ríe apenado– y agrega: Mis compañeros despachadores ni sueldo tienen, ganan de puras propinas. Si se hace lo del paro de tres días [convocado en redes sociales], al no haber carros qué harán en esos días para alimentar a sus familias. En mi familia, aunque coman poco, sabes que están bien.

–¿Cómo planea ajustar sus gastos ante el incremento?

–Te ajustas a la situación. Ganes mucho o poco. Si gastabas 300 pesos a la semana, ahora serán 400 pesos. Todo el mexicano es conformista y se adapta. El desacuerdo durará dos o tres meses, te acostumbras y a aguantar.

–¿Cree que estamos rumbo a una crisis similar a la del 94?

–Si ya pasó una vez, va a volver a pasar.

Del techo de la estación de la gasolinera colgaban piñatas. Y las horas se cuentan para que termine el año en que el Gobierno decidió adelantar la liberación del precio de las gasolinas a pesar de que Pemex sigue sin salir a flote luego de enfrentar problemas de liquidez, mientras sus seis refinerías no están en las mejores condiciones.

“VAMOS COMO CANGREJOS PARA ATRÁS”

Seferino, de 60 años, limpiaba su taxi con un trapo verde. Es para ahorrar el lavado y para hacer tiempo en lo que consigue pasaje, contó. Lleva 37 años en ese negocio. Trabaja desde las seis de la mañana unas 12 o 14 horas. A veces, termina hasta las 11 de la noche. A veces, su circulación se le afecta por las horas que pasa sentado buscando clientes.

Al día gana 400 o 500 pesos “cuando le va bien”. Pero en época de vacaciones la corridas bajan. Gasta 600 pesos diarios para cargar su tanque de 55 litros. Lo hace con gasolina Magna, la más barata. Para la Premium (con menos plomo), dijo, no le alcanza y le permite ahorrar un litro con el cual, sin tráfico, puede recorrer de 10 a 12 kilómetros equivalentes a viajar del norte de la ciudad al Monumento a la Revolución.

“Están provocando un caos. Un taxista no va a respetar la tarifa. De alguna manera sacará sus gastos”, sentenció.

Héctor Serrano Cortés, titular de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México, aseguró que las tarifas del servicio de transporte público y de taxi aumentarán. El 15 de enero, adelantó, se informará el monto.

“Nos va a bajar más el pasaje”, afirmó Seferino. “Hace muchos años teníamos una posición más estable, pero vamos como cangrejos para atrás. El dinero no rinde. Es una tristeza lo que está pasando; el gobierno nos traicionó. Se viene una crisis más fuerte que la del 94”.

De acuerdo con el Gobierno federal, el precio de la gasolina Magna en México (15.99 pesos por litro ya con el aumento) es más barata que en países de América Latina como Chile, Argentina o Brasil e incluso europeos como Noruega.

Sin embargo, un ejercicio de la agencia Bloomberg reveló que si se considera el porcentaje del salario destinado a los combustibles, en México se paga más que en Venezuela, China, Suiza, Letonia, Egipto, Estados Unidos y Rusia.

“[Los gobernantes] están en un error. La gente que vive al día no lo ve así”, acusó el taxista.

“YA NO ES NEGOCIO”

“El Veloz”, conductor de un camión de la Ruta 88 que llega hasta al Estado de México, se entretenía leyendo letreros pegados en la base la tarde del viernes. A veces llega a esperar hasta una hora para poder salir. Hay, siempre,una fila de camiones esperando su turno. Trabaja de 4:30 de la mañana, para alcanzar buen lugar, hasta la noche. Duerme unas tres horas.

Maneja una unidad que necesita diésel y sus reparaciones mínimo tienen un costo de mil pesos. Si se descompone una llanta tiene que desembolsar cuatro mil pesos porque si la Semovi lo para por eso, lo multa.

Para llenar el tanque necesita alrededor de mil 300 pesos, pero solo le pone 700 pesos diarios. Ante la competencia del Metrobús de la zona, sus ganancias diarias bajaron a entre 300 y 400 pesos.

“Ya no es negocio. He pensado poner un negocio con mi esposa”, declaró. Lleva 25 años como camionero.

La organización Rutas Unidas llamó a parar el servicio el 16 y 17 de enero para exigir al gobierno un ajuste en la tarifa o un subsidio.

De acuerdo con “El Veloz”, esa protesta solo servirá si son varios. De lo contrario, la autoridad capitalina los sancionará.

Un microbusero de la Ruta 18, por su parte, dijo que ellos no se verán afectados porque cargan con gas LP.

“Las tarifas no subirán, pero la economía del pasaje se afectará”, aseguró luego de comprar una agua de naranja a su hijo, quien lo acompañaba en el asiento de atrás mientras conducía.

Los gasolinazos, previó, provocarán que los robos de combustible de los ductos se dupliquen y eso afectará a Pemex.

“TENEMOS QUE AJUSTAR LOS PRECIOS”

Adrián Álvarez vende productos para perros, gatos y aves. Abre su local, ubicado en el mercado San Bartolo Tepehuacan, de nueve de la mañana a siete y media de la noche. Pero, dice, por el mega gasolinazo planea comenzar a trabajar más horas para poder seguir ganando lo mismo y sostener los precios… hasta que pueda.

“Va a repercutir en el bolsillo de toda la clase media. A mí me afectará bastante. No quisiera, pero tenemos que ajustar los precios, lo cual le pega a los consumidores”, dijo.

Un collar para perro de piel, por ejemplo, se lo provén de Veracruz. Por el transporte a la Ciudad de México, su costo pasará de 70 a 90 pesos, por lo que para no tener pérdidas también subirá su precio.

Un vendedor de frutas del mismo mercado contó que para transportar su mercancía desde la Central de Abastos utiliza una camioneta.

“Al día le echo 200 pesos, ahora serán 300 pesos. Es mucho gasto. Algo no contemplado”, aseguró después de vender una papaya a una señora.”Serán más gastos y menos ganancias”.

Un comerciante de ropa también emplea una camioneta para trasladarla del centro histórico al norte de la capital. Desembolsa entre 250 y 300 pesos al día para su tanque.

–¿Cómo enfrentará los aumentos?

–Es una pregunta difícil… Deberían ver primero que las personas no tienen dinero para costearlo, los salarios y la pobreza.

Mañana empieza el 2017 y con ello el incremento de entre 14 y 20 por ciento a la Magna, Premium y Diésel.

Dulce Olvera
Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.
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