VICE NEWS

¿Los perros se van al cielo? Fotos de un cementerio de mascotas

12/12/2015 - 12:03 am

¿Qué se supone que debes hacer con el cuerpo de tu compañero más cercano y más fiel? En Los Ángeles, es ilegal enterrarlo en el patio, pero sí puede quedar junto con otros 40 mil animales en el cementerio y crematorio de esa ciudad.

Por Megan Koester

Aquí tienen cabida todo tipo de mascotas. Foto: Vice
Aquí tienen cabida todo tipo de mascotas. Foto: Vice

Ciudad de México, 12 de diciembre (SinEmbargo/ViceMedia).- No sé si todos los perros van al cielo o si solo algunos. Es más, ni siquiera sé si el cielo existe. Lo que sí sé es que cuando sus almas se van este mundo, sus cadáveres se que quedan y son muy grandes para tirar en el retrete como si fueran pececillos y demasiado valiosos como para tirarlos en la basura.

¿Qué se supone que debe uno hacer con el cuerpo de su compañero más cercano y más fiel? Si vives en Los Ángeles, no lo puedes enterrar en tu patio, es ilegal. Pero sí puedes enterrarlo junto con los otros 40 mil perros, gatos, hámsters, caballos, pájaros, cerdos, ovejas y dios sabe qué más en el cementerio y crematorio de mascotas de Los Ángeles.

Fundado en 1928 por un veterinario célebre, el cementerio de mascotas de Los Ángeles en realidad no está en Los Ángeles (de hecho, está en Calabasas, en el Valle de San Fernando, donde viven las Kardashians) pero su lista de clientes refleja la proximidad de los mismos: el león del logo de MGM, el perro de los Little Rascals, el caballo de Hopalong Cassidy y Kabar, el perro mestizo de Rudolph Valentino (que obviamente asusta en el cementerio, o eso se rumora). Todos ellos se descomponen dentro de los muros de ese cementerio.

Las fotos pertenecen al cementerio ubicado en Los Ángeles, California. Foto: Vice
Las fotos pertenecen al cementerio ubicado en Los Ángeles, California. Foto: Vice

Este cementerio es uno de los más antiguos de la costa oeste de EU y alberga el equivalente a un siglo de mascotas muertas. Al caminar entre las tumbas, se nota la diferencia entre las décadas, en especial por los nombres. Por ejemplo, en los años 20, a nadie le causaba gracia que un perro se llamara “Big Dick”. Y en la década de los 30 las mascotas se llamaban “Spook”, “Nig”, “Tar Baby” y —no puedo creer que esté escribiendo esto— “Swastika”.

La gente ya no le pone nombres racistas a sus mascotas. Y si lo hacen, no las entierran en Calabasas. Ahora les ponen nombres como “Gucci”. Por lo visto, nombre de una marca y una frase racista en los años 30 representan lo que la gente se siente cómoda gritando en público.

Las tumbas más recientes están muy bien cuidadas y cubiertas de juguetes para masticar o fotografías. Los epitafios dicen cosas como “Mi mejor amigo. Mi corazón. Mi vida. Mi todo” y “Si te hubiera podido salvar con amor, habrías vivido para siempre”.

Algunas tumbas quedan abandonadas, otras más, reciben flores. Foto: Vice
Algunas tumbas quedan abandonadas, otras más, reciben flores. Foto: Vice

“Tú me comprendías más que cualquier persona”, decía el epitafio de un perro que vivió apenas siete años. Mientras más nos alejamos de los humanos, más nos acercamos a nuestras mascotas. Tal vez no sepamos cómo se llaman nuestros vecinos pero sí sabemos que Brownie Mama es “la bebita de mamá”. Este apego hace que su pérdida sea mucho más difícil de soportar y explica por qué las tumbas modernas de las mascotas son mucho más emotivas que las tumbas vintage. Los nombres de las mascotas no son lo único que refleja cómo cambian los tiempos.

También aquí hay algunos héroes. Foto: Vice
También aquí hay algunos héroes. Foto: Vice

Nadie le lleva flores a la tumba del perro llamado Sambo; sus dueños ya fallecieron. No hay una mujer con un velo negro bañada en lagrimas que le lleve rosas al perro de Rudy Valentino una vez al año. ¿Te da miedo que se olviden de ti cuando mueras? Dile eso a Sir William Shakespeare el gato, que murió en 1953 y la ultima vez que lo visitaron fue en 1954. Por otro lado, Gucci el perro lleva muerto casi cinco años y a él todavía le llevan dulces. Sin embargo, los dulces se van a acabar cuando muera su dueña. Me pregunto si habrá alguien que lamente su muerte.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE ViceMedia. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video