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Ernesto Hernández Norzagaray

13/07/2019 - 12:05 am

La encrucijada después de Urzúa

Quien haya seguido más o menos de cerca la política hacendaria de la 4T habrá notado que se ha guardado la disciplina fiscal y eso ha permitido control de la inflación y estabilidad del peso.

“En el caso de la renuncia de Carlos Urzúa no hay a la vista enfermedad entonces lo que sobrevive es, como lo dejo entrever en su carta renuncia, la falta de apoyo político y la notoria influencia de otros personajes del entorno económico”. Foto: Cuartoscuro

La renuncia de un Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP) puede ocurrir principalmente por una enfermedad incapacitante para realizar sus responsabilidades, no contar con el apoyo del Presidente o que haya en su área personajes con más apoyo que el renunciante.

En el caso de la renuncia de Carlos Urzúa no hay a la vista enfermedad entonces lo que sobrevive es, como lo dejo entrever en su carta renuncia, la falta de apoyo político y la notoria influencia de otros personajes del entorno económico.

Lo ha reconocido incluso el Presidente en la conferencia mañanera del pasado miércoles cuando aceptó que Carlos Urzúa tenía diferencias con él y con Alfonso Romo, el Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, además, adelantó algo que quizá dejó temblando a más de algún funcionario “puede haber otras renuncias”, por no estar sintonía con el cambio de régimen de la 4T.

Quien haya seguido más o menos de cerca la política hacendaria de la 4T habrá notado que se ha guardado la disciplina fiscal y eso ha permitido control de la inflación y estabilidad del peso. Además, se han producido grandes ahorros -según AMLO 113 mil millones de pesos en el primer semestre y espera que a finales de año alcance los 200- desde que las compras se han centralizado en un área de la propia SHCP que está bajo responsabilidad de Raquel Buenrostro de que diría AMLO “una mujer extraordinaria, honesta”.

Es claro que Carlos Urzúa en esa línea de control del gasto pudo ver aquellas inversiones que a su juicio no tenían “sustento suficiente” y estas son principalmente el proyecto de aeropuerto de Santa Lucia y la refinería de Dos Bocas. Dos obras emblemáticas en el imaginario de López Obrador y que, obvio, no pueden ser cuestionadas airadamente desde dentro del equipo de Gobierno por ser políticamente incorrecto.

Más aún, el poderoso Alfonso Romo encargado también de la política de inversiones del Gobierno federal, como buen empresario apoya la iniciativa de estos, y otros proyectos emblemáticos de la 4T, como el Tren Maya.

Vamos, el regiomontano está más en la frecuencia del Presidente que el propio Carlos Urzúa que con esos gastos multimillonarios veía, ve, venir problemas de liquidez para el país.

AMLO, en lugar de valorar los argumentos del ex Secretario de Hacienda, simple y llanamente los reduce a que el ex no está alineado en la 4T y el combate de las políticas neoliberales, o mejor, desliza que la idea de que Urzúa es resabio de los neoliberales que gobernaron los últimos 36 años y por ello se acepta “de ya” la renuncia -Urzúa quería presentarla el sábado y AMLO le pidió que lo hiciera rápidamente que no había que temer el comportamiento de los mercados.

Así lo hizo. Y el mismo día, se nombró a Arturo Herrera, como su sucesor sin la presencia de Carlos Urzúa cómo siempre se ha estilizado en los procesos de relevo de cargos de primer nivel de Gobierno.

AMLO entonces necesita a alguien que le acepte y haga lo correspondiente en materia de obras emblemáticas de la 4T, pero no sólo él necesita que se le apoye, sino también Alfonso Romo, que se podría haberse extralimitado en sus funciones y tiene sus personeros en la estructura de la SHCP, como es el caso de la responsable del SAT, la abogada regia Margarita Ríos Farjat, quien seguramente permanecerá en el cargo luego de la designación de Herrera, ¿sistema de cuotas?

Arturo Herrera, no hay que olvidar fue alumno y trabajó con Carlos Urzúa en el Gobierno de la Ciudad de México y ahora en la SHCP, dónde se desempeñaba como Subsecretario de Finanzas, es decir, hay conocimiento y sintonía entre ellos y podríamos decir que son de la misma escuela económica. Una escuela necesariamente pragmática y racional en el manejo del “recurso escaso”.

Entonces, el argumento antineoliberal se desvanece momentáneamente, lo deja entrever el propio Herrera a pregunta expresa de Denisse Maerker cuándo habla de que su sello distintivo serán los “énfasis” en la política hacendaria, es decir, habrá continuidad en esta materia y quizá eso es lo que ha provocado que los mercados se hayan comportado con una relativa serenidad, sin mayores sobresaltos, de terciopelo.

Con la salida de Urzúa es claro que Herrera sabe lo que puede y no puede hacer en la SHCP, lo que significa que desde ahí apoyara lo que diga el Presidente y en menor grado Romo lo que significaría, de ser cierto aquello de obras sin “sustento financiero”, es postergar una crisis ya no en el gabinete, de funcionarios, sino en la propia gestión económica de la 4T.

El país lo ha dicho el propio Presidente López Obrador está creciendo “poquito”, entonces, esa realidad debería llamar a ser cuidadoso y escuchar a quienes tienen la chequera del Gobierno, y ese es el dilema que tiene sobre su escritorio el nuevo Secretario y vamos a esperar para ver como los enfrenta para que no signifique un problema en la gestión hacendaria.

Finalmente, mucho se hablado de la agenda neoliberal, y de la necesidad de corregir el rumbo, para mejorar la distribución del ingreso y atajar las desigualdades sociales, lo cual es muy loable atendiendo la brecha entre pobres, clasemedieros y ricos, sin embargo, la globalización está ahí con sus reglas visibles e invisibles, imponiendo estrechos márgenes de actuación a los gobiernos y lo más grave destruyendo modelos sólidos de Estado de Bienestar, cómo sucede en Europa y en los mismos Estados Unidos, lo que hace más difícil, más no imposible, en países como el nuestro que buscan invertir las coordenadas que guían la economía mundial pero, al mismo tiempo, tienen que aceptar su inclusión en el mercado internacional y por ello suscriben tratados internacionales como el TLC que es la representación más acabada del libre mercado del neoliberalismo.

Claro, desde el Gobierno se pueden hacer grandes cosas para reducir el costo del gobierno y luchar contra la corrupción en la función pública, sin embargo, con todo lo bienvenido que sea, resulta insuficiente para cubrir el déficit que produce una baja en los niveles de crecimiento y captación fiscal.

En definitiva, la renuncia de Urzúa no es el fin de un ciclo antineoliberal, representa un momento de la encrucijada en que se encuentra el país y la nueva designación complicar una ruta sustentable en el largo plazo.

Ernesto Hernández Norzagaray
Doctor en Ciencia Política y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel I. Ex Presidente del Consejo Directivo de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales A. C., ex miembro del Consejo Directivo de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política y del Consejo Directivo de la Asociación Mexicana de Ciencia Política A.C. Colaborador del diario Noroeste, Riodoce, 15Diario, Datamex. Ha recibido premios de periodismo y autor de múltiples artículos y varios libros sobre temas político electorales.

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