Audi anunció la inversión de 100 millones de euros en infraestructura de carga, por lo que a mediados de 2022 uno de cada diez aparcamientos en sus fábricas tendrá infraestructura de carga para vehículos eléctricos. Creará 4 mil 500 estaciones en Ingolstadt y mil en Neckarsulm, pero también en Bruselas y Györ (Hungría) y en San José Chiapa (México).
Fráncfort (Alemania), 17 de enero (EFE) .- El fabricante de la gama alta Audi va a invertir 100 millones de euros en infraestructura de carga de vehículos eléctricos en sus propias fábricas.
Audi informó este viernes de que estos puntos de carga para vehículos eléctricos también podrán ser utilizados públicamente.
Hasta mediados de 2022 uno de cada diez aparcamientos en sus fábricas tendrá infraestructura de carga para vehículos eléctricos.
De este modo la marca de los cuatro anillos va a crear más de 4 mil 500 estaciones de carga para eléctricos, de ellos 3 mil 500 en la sede central en Ingolstadt y mil en Neckarsulm.
Audi también va a construir infraestructuras de carga en Bruselas y Györ (Hungría), así como en su fábrica en San José Chiapa (México) y en sus centros de entrenamiento en el aeropuerto de Múnich.
DURACIÓN DE LA BATERÍA
Una de las preocupaciones del conductor de un coche eléctrico es el tiempo que tarda en cargarlo, lo que podría verse claramente reducido gracias a una batería que solo en 10 minutos proporciona una autonomía de más de 300 kilómetros, según un estudio que publica este miércoles la revista Joules.
Esta batería de iones de litio se carga a una temperatura elevada lo que acelera su capacidad de reacción e incluye un dispositivo que la mantiene fría durante el periodo de descarga, todo ello sin afectar a su vida útil.
“Hemos demostrado que podemos cargar un vehículo eléctrico en diez minutos para un rango de 320 a 480 kilómetros (…) y podemos hacerlo manteniendo un ciclo de dos mil 500 recargas o el equivalente a 800 mil kilómetros de viaje”, según Chao-Yang Wang, ingeniero y profesor de la Universidad de Penn State (Estados Unidos).
Las baterías de ion-litio se degradan cuando se las somete a procesos rápidos de carga a temperaturas por debajo de los 10 grados centígrados.
El motivo es que los iones de litio en lugar de insertarse suavemente en los ánodos de carbono se depositan formando picos en la superficie del ánodo, lo que reduce la capacidad de la celda, y puede causar picos eléctricos y condiciones inseguras en la batería.
El equipo de Wang probó a calentarlas a 60 grados durante solo 10 minutos y luego enfriarlas rápidamente a temperatura ambiente, para no crear picos de litio ni la degradación térmica de la batería.
