Ciudad de México, 18 de julio (Sin Embargo).- “No hago canciones como quesadillas ni como hot dogs. Nunca me jacto. De hecho, poder expresarme con mis limitaciones, a través de las canciones, resulta un trabajo cada día más difícil”, dice el legendario cantautor mexicano Paco Barrios el Mastuerzo.
Mañana sábado el miembro fundador de Botellita de Jerez, autor de uno de los discos fundamentales en el cancionero contemporáneo nacional Podrid@, tiene una cita importante con su público, al presentarse en el Teatro de la Ciudad, a las 19 horas, él solito y sus temas, acompañado, eso sí, por su nueva banda, L@s Jij@s del Maiz.
“Pretendo que L@s Jij@s del Maiz sea un taller vivo de composición y de riesgo, de estar tirándonos al vacío de la creación, sin paracaídas, sin condón, sin red de protección”, afirma el artista mexicano, nacido hace ya más de cinco décadas en Tulancingo, Hidalgo, y quien mañana hará un recorrido por toda su discografía.
Las canciones de Prohibido, Podrid@, Tributo a la otra Kanción Popular Mexikana y Guadalupe Reyes –Suite para dormir la mona– serán interpretadas con la complicidad de Iker Moranchel en la guitarra y coros, Gustavo Franco en el bajo y coros y Josué Vergara en la batería, percusiones y coros.
EL ÚLTIMO GUACARROCK
“Me levanto todos los días y cada vez me veo más calvo, más canoso, con arrugas, no obstante lo cual hay que seguir haciendo cosas”, dice el Mastuerzo, un músico poco famoso pero muy conocido y entrañable, parte sustancial de un paisaje urbano que lo vio nacer como “el último Guacarrock”.
En los ’70 no era calvo ni canoso y formaba parte de un grupo llamado Los Nacos, crecido al calor del movimiento estudiantil de 1968 como una brigada cultural del Consejo Nacional de Huelga.
En 1984, al lado de Armando Vega-Gil y Sergio Arau, conformó una de las bandas más representativas del rock mexicano: Botellita de Jerez, que combinando música del folclore urbano con el rock de garaje dejó un legado insustituible en la música mexicana.
Tras 31 años de carrera, los botellos son los padres de muchos rockeros de hoy y Francisco Barrios, sin duda, una verdadera leyenda aun a su pesar.
Se trata de un artista comprometido con las ideas de izquierda, un militante político a la usanza antigua que vive hoy “con mucha tristeza, la pesadilla” del regreso del PRI al gobierno nacional.
“Es muy feo lo que está sucediendo, saber que el monstruo, como el dinosaurio, siempre ha estado ahí. Y en esta situación es muy difícil que nos inviten a los festivales culturales” en las provincias, admitió Paco en conferencia de prensa.
Con sus ideas radicales y su coherencia, Barrios ha timoneado una carrera en solitario muy alejada del mainstream y de las modas, lo que le ha servido para construirse como una figura de referencia en el a veces tan poco propositivo panorama musical vernáculo.
En 1996 lanzó su primera producción como solista titulada Prohibido, con el sello discográfico BMG-culebra, desenchufando su lira y comenzando a tirar sus “choremas”, que van desde el amor al amor, del humor a la sátira y siempre en correspondencia con su deseos de cambiar el mundo y de estar siempre de lado de los que sufren y menos tienen.
En 2001 “El Mastuerzo” dio a conocer un segundo disco, Podrid@, en donde logró colectivizar su propuesta con mucha gente muy talentosa incluida en “la fiesta de la utopía”, con gente como León Chávez Teixeiro, Armando Vega-Gil, Juan Pablo Villa, Silvina Tabbush, María Urtusuastegui, acompañado por los músicos de Karnederes, banda integrada por Jorge Luis “Cox” Gaytán al violín, Aleph Castañeda al bajo y Juan Carlos Novelo en la batería.
Luego de experimentar entre 2002 y 2011 con el cd inédito Kabezakehablazabálburu, el Tributo a la otra kanción popular mexikana y el Guadalupe Reyes, ahora es el momento de El Mastuerzo y L@s Jij@s del Máiz.
Canciones como “La ventana y el umbral”, “L@s zapatistas”, “Toque de queda”, “Ven y mira”, entre otras, intentarán colmar la ansiedad de sus seguidores. Hay que decir en este punto que por hacer tantas cosas y siempre a su modo, los discos del Mastuerzo, sus canciones, sus presentaciones al frente de su propia obra, se hacen pocos.
Por eso, la cita este sábado con su público fiel y con los curiosos que se acercarán para disfrutar de uno de los artistas más personales y congruentes del panorama musical, constituye un verdadero lujo en la abultada agenda de espectáculos mexicana.
