México, 23 ene (EFE).- Dos ciudadanos colombianos fueron secuestrados el pasado 31 de diciembre en Michoacán, entidad que padece una ola de violencia por la presencia de grupos de autodefensa y del cártel de Los Caballeros Templarios.
Así lo denunció hoy, en declaraciones a la emisora MVS, Juliette Córdoba Rojas, esposa de Arnoldo Celis, quien está en paradero desconocido junto con Jimmy Alejandro Rojas.
El caso fue denunciado ante la Procuraduría General de la República (PGR) el 6 de enero por sus esposas, tras recibir asesoría de la Embajada de Colombia en México.
Al parecer los dos hombres fueron secuestrados el último día de 2013, cuando las dos parejas y sus dos hijos paseaban por Morelia, la capital del occidental estado mexicano de Michoacán.
Una llamada de Arnoldo Celis a su mujer le permitió explicar que estaba en Uruapan, una ciudad próxima a Morelia, adonde se trasladaron las mujeres en busca, sin fortuna, de sus esposos.
“Vinimos (a México) a pasear, de turistas”, a comienzos de diciembre, dijo la mujer, quien añadió que tenían previsto permanecer en el país hasta mediados de enero.
Inicialmente estuvieron en las playas de Cancún, en el Caribe mexicano, y luego en la capital del país.
“Nuestro sueño era conocer la Virgen de Guadalupe, su catedral”, indicó, pero después salieron de la capital y llegaron a Michoacán en busca de alguna zona con mejor clima.
Córdoba Rojas señaló que ni ella ni sus compañeros sabían “en qué lugar estábamos” al llegar a Michoacán, una estado controlado por Los Caballeros Templarios, un grupo dedicado a la producción y el tráfico de drogas, pero también al secuestro y la extorsión, entre otros delitos.
Córdoba Rojas no responsabilizó directamente a esa organización del secuestro de su pareja y su primo, pero narró cómo los captores le habían pedido que hiciera un ingreso de 10 mil pesos mexicanos (757 dólares) en una cuenta bancaria.
Aquel día alguien le pidió por teléfono que rompiera el recibo del pago, a lo que accedió.
La mujer, quien recibió la última llamada de su esposo el pasado 8 de enero, dijo que abandonó Michoacán por temor y ahora está en Ciudad de México, donde ha buscado apoyo de las autoridades de su país.
“La Embajada de Colombia nos ha ayudado mucho, (…) nos ha colaborado en todo lo legal” para que comenzaran las investigaciones. “Yo tenía miedo de denunciar, pero ellos me animaron porque uno no se puede estar callado”, agregó.
Por último, explicó que este viaje a México lo organizaron hace dos años y lo costearon con lo que ganan en el negocio de comercio de ropa que regenta con su familia.
Fuentes diplomáticas colombianas en México consultadas por Efe no ofrecieron información del caso y remitieron para cualquier dato del mismo al Ministerio de Relaciones Exteriores en Bogotá. EFE