Resurge en el extranjero la obra de Juan José Arreola

27/02/2016 - 12:01 am
La obra de un grande traspasa las fronteras y llega muy lejos. Foto: Facebook
La obra de un grande traspasa las fronteras y llega muy lejos. Foto: Facebook

La obra del genial escritor jalisciense se traduce al serbio y al italiano mediante sus dos obras cumbre: “Confabulario” y “Bestiario”. Este es uno de los autores más importantes respecto a venta de derechos por el éxito que ha obtenido desde que se abriera la Agencia Latam, de editorial Planeta, en abril de 2014

Ciudad de México, 27 de febrero (SinEmbargo).- Dos de las obras cumbre del escritor mexicano Juan José Arreola (1918-2001) han sido traducidas a dos lenguas extranjeras, a saber Confabulario, al serbio y Bestiario, al italiano.

Arreola es considerado una figura universal de la literatura por introducir una nueva técnica narrativa y por ser uno de los pioneros del realismo mágico. En Bosnia y Herzegovina “gustó mucho Confabulario porque el autor utiliza profesiones simples y accesibles para que cualquier persona lo pueda leer y entender.”, afirma Gabriel Nieto, director de la Agencia Latam,

Por otra parte, en Italia la obra de Arreola ya no se editaba desde la década de los setentas y fue Edizioni SUR la que se interesó por publicar primero Bestiario y pronto hará lo mismo con Confabulario, informó la editorial Planeta.

“Existe un resurgimiento de la obra de Arreola a nivel mundial y nuestro interés es que una obra siga viva en otras lenguas y bajo otros sellos”, diceNieto, quien asegura que este es uno de los autores más importantes respecto a venta de derechos por el éxito que ha obtenido desde que se abriera la Agencia Latam en abril de 2014.

En Brasil, Arte e Letra ha publicado Confabulario, atraída también por el imaginario del escritor mexicano, mientras que en China, la Shangai Translation Press hará lo propio con ambos títulos de Arreola para principios de 2017 con un diseño artístico original. Justo en días recientes se cerraron negociaciones con Turquía y Dinamarca para traducir estas obras.

La gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente mediocre habla de gente, había dicho. Foto: Cuartoscuro
La gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente mediocre habla de gente, había dicho. Foto: Cuartoscuro

LA PERSONA QUE HABÍA QUE CONOCER SI QUERÍAS ESCRIBIR UN CUENTO

Había nacido en Zapotlán en 1918 y aprendido francés viendo películas y, al decir de Juan Villoro, “no contento con su don para los idiomas, estudió pantomima en París”. Al decir de sí mismo: “Soy autodidacto, es cierto. Pero a los doce años y en Zapotlán el Grande leí a Baudelaire, a Walt Whitman y a los principales fundadores de mi estilo: Papini y Marcel Schwob, junto con medio centenar de otros nombres más y menos ilustres… Y oía las canciones y los dichos populares y me gustaba mucho la conversación de la gente de campo”.

“Ha muerto un clown honesto”, decía el joven cuentista Fabio Morábito, cuando falleció el autor de Confabulario.

“Su principal aporte a la literatura fue estilístico. Cuando Arreola apareció se despreciaba la forma. Se creía que la literatura era únicamente sustancia y él demostró que la forma está relacionada con el contenido y que es lo que a su vez vuelve imprevisible el contenido”, dijo Morábito.

Y es precisamente ese elogio del estilo, ese destacar su palabra elegante y sofisticada lo que puede confundirnos a la hora de justipreciar la herencia de Arreola.

“Esos trabajos donde el estilo suplanta a la sustancia, donde él ejerce un virtuosismo ocioso, no perdurarán. Pero hay una obra a descubrir que conforma un legado clásico que nos proporciona la temperatura real del gran escritor que fue”, explica Morábito.

Y José Joaquín Blanco refrenda: “Esta etiqueta de Arreola como medalla de la prosa perfecta ha hecho olvidar, por desgracia, que sus cuentos y poemas en prosa ofrecen algo más que un extremista triunfo estilístico. Ofrecen una buena cantidad de bromas, de sátiras, de comedias, de farsas”.

Para un gran escritor alcanza una gran obra: Varia invención (1949), Confabulario (1952), Bestiario (1958), Confabulario total (1962), Palindrona (1971), Confabulario personal (1980) La hora de todos (teatro, 1954) y La feria (novela, 1963).

El periodista español Miguel Molina lo recordó como “un hombre de cabellera blanca intensa, enmarcada por un sombrero cordobés, señor de capa, al que la gente se le quedaba viendo a su paso por la calle”. Arreola era un hombre, evocó, “que tenía un ejemplar de Veinte poemas de amor dedicado por Pablo Neruda”.

Y Villoro precisó que “Arreola era el undécimo mandamiento del Decálogo de Horacio Quiroga: la persona que había que conocer para escribir un buen cuento”.

El hombre de que hablamos construyó una mesa de ping pong con 22 capas de barniz chino y perdió sendas partidas de ajedrez con los poetas Homero Aridjis y Eduardo Lizalde sólo por buscar infructuosamente la pieza más esquiva.

Libros de enorme vigencia y gran encanto. Foto: Especial
Libros de enorme vigencia y gran encanto. Foto: Especial

El hombre que se ha ido usaba ropas llamativas. Dice Villoro que las prendas de Arreola “tenían un aire de bazar”. Lo de clown es porque hubo una época que fue un hombre televisivo

Y “banalizado por los medios, el hombre que renunció a la palabra escrita se transformó en el charlatán que pedía perdón por sus pecados y escogía maravillosos adjetivos para sus disparates”, Villoro otra vez dixit.

Lo de honesto es porque al decir de Morábito “jamás caía en clichés, me gustaba cuando hablaba y en todas sus actitudes había valentía”.

Y recuerda Villoro: “Cuando conoció a su admirado Jorge Luis Borges, transformó lo que debía ser un diálogo público en una fervorosa letanía. Interrogado al respecto, Borges agradeció la amabilidad de Arreola para dejarle “intercalar algunos silencios”.

En su cocina sólo había whisky y papas fritas. Recitaba a Góngora y a López Velarde con una memoria prodigiosa y aunque fue, dicen, un bohemio pintoresco, no persistirá por su capa de mago en la historia de la literatura nacional.

Sus cuentos magistrales, de “artífice que logró que un camello pasara por el ojo de una aguja y que los berrinches de un bebé se transformaran en energía” (Villoro), es lo que a quienes, como él amaron y amarán la literatura, ayuda a percibir que el resurgimiento de su literatura en otras lenguas, no es más que una evolución natural y justiciera de una obra imprescindible que nos honra.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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