Rubén Martín
08/06/2025 - 12:03 am
A cinco años del Halconazo tapatío
Con total impunidad, decenas de policías convertidos en escuadrones represivos privaron ilegalmente de la libertad a decenas de personas.
La memoria y la exigencia de justicia siempre han sido actos de resistencia ante la represión y las distintas violencias estatales. Por eso es importante recordar que hace cinco años se cometió en Jalisco uno de los más graves actos de represión de las autoridades estatales en contra de la sociedad que dice gobernar. El 4, 5 y 6 de junio se llevaron a cabo diversas manifestaciones para, primero, protestar en contra de la detención, desaparición y posterior ejecución extrajudicial de Giovanni López, un hombre de 30 años detenido por policías municipales de Ixtlahuacán de los Membrillos el 4 de mayo de 2020.
Un mes después, al conocerse esta noticia, cientos de jóvenes protestaron afuera de Palacio de Gobierno para exigir justicia para Giovanni, pero durante la manifestación fueron detenidos 28 participantes. Justo para exigir su libertad, se convocó el 5 de junio a otra protesta, esta vez afuera de las instalaciones de la Fiscalía General de Jalisco en la Calle 14 de la Zona Industrial, de Guadalajara. Sin embargo, la protesta no se llevó a cabo debido a que desde el Gobierno se ordenó un amplio operativo represivo orquestado, principalmente, por policías ministeriales y otros agentes de la Fiscalía, mediante el cual se detuvo y se cometió desaparición forzada y tortura en contra al menos 80 jóvenes.
A decenas de jóvenes que pretendían manifestarse se los impidió un operativo represivo desplegado por policías de la Fiscalía que se organizaron en escuadrones armados rudimentariamente con palos, tubos, palos de golf, bates de beisbol y tablas con clavos. Con esas armas y con agresiones verbales detuvieron y subieron a las camionetas, sin distintivos oficiales, para llevarlos a instalaciones de la Fiscalía y a otros centros de detención que bien pueden ser cárceles clandestinas utilizadas por fuerzas de seguridad.
Desde que se implementó este operativo represivo, a muchos nos vinieron a la memoria la represión estatal cometida por el gobierno federal el 10 de junio de 1971, conocido como el Halconazo. En esa fecha el Gobierno de Luis Echeverría Álvarez pretendió cortar de tajo un incipiente movimiento estudiantil que se solidarizaba con una huelga estudiantil de la Universidad Autónoma de Nuevo León y para ello utilizó al grupo paramilitar conocido como los Halcones y que era financiado por el Gobierno del Departamento del Distrito Federal. El Halconazo de1971 dejó más de 120 muertos y cientos de heridos.
La semejanza con los hechos represivos sirvió para nombrar la represión del 5 de junio de 2020 en Guadalajara como el Halconazo tapatío. En este episodio el estado de derecho y las garantías individuales fueron suspendidas. Con total impunidad, decenas de policías convertidos en escuadrones represivos privaron ilegalmente de la libertad a decenas de personas. Fue extremadamente grave confirmar que elementos de una de las principales fuerzas de seguridad pudieran privar de la libertad con absoluta impunidad a decenas de personas, lo que se tradujo en desapariciones forzadas.
Tras la oleada de indignación que generó el Halconazo tapatío, el entonces Gobernador Enrique Alfaro Ramírez dio una inquietante explicación y dijo que ni él ni el entonces Fiscal, Gerardo Octavio Solís Gómez, dieron instrucciones para que se cometiera el dispositivo represivo y apuntó a una posible infiltración del crimen organizado. A pesar de que se ofreció investigar la represión, la desaparición forzada de 80 jóvenes y actos de tortura y amenazas contra decenas de ellos, el Halconazo tapatío ha quedado en la impunidad.
Pero justo para no olvidar esa violencia y esa represión, desde el grupo de víctimas, personas solidarias y otras organizaciones sociales crearon el Colectivo 5 de Junio Memoria, para no olvidar y recurrir a la memoria como resistencia ante la represión y las violencias estatales. Por eso se recuerda el Halconazo tapatío para tratar de evitar que se repita, recordar que fue acción estatal planificada, y recordar la brutalidad con la que fue cometida la represión, para inhibirla.
Desde el Estado se apostó por la impunidad y el olvido, con un breve y cínico acto de intento de reparación y ofrecimiento de disculpas que no culminó como se exigía. Y por eso también es importante recordar cada año el acontecimiento represivo que molestó e indignó al poder y por eso se empeñan en impedir que se instale un antimonumento en memoria del 5J en una plaza pública, para no olvidar el acontecimiento.
De ahí la importancia de los antimonumentos que se han instalado en Guadalajara y en otras partes del país: tener memoria colectiva de que no olvidamos, no toleramos y no aceptaremos jamás la represión como actos de gobierno o autoridad o de los poderosos para mantener sus privilegios. No olvidamos el Halconazo tapatío y no olvidamos que sigue impune y que no se ha conseguido justicia para las víctimas.
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