La contaminación acústica provoca ansiedad, angustia, y daños físicos, alertan expertos

01/05/2016 - 12:03 am

La principal enfermedad laboral en México es la hipoacusia, o sea, la pérdida auditiva. Y aunque se hacen recomendaciones como hacer una “dieta silenciosa”  pues el límite saludable es un ambiente que siempre esté debajo de 85 decibeles. Sin embargo, hasta las salas de cine tienen un audio de 100 decibeles, por lo que, de acuerdo con los parámetros, no se podría estar en ellas más de 15 minutos, advierte una experta.

La exposición constante al ruido genera daños a la salud, alertan expertos. Foto: Cuartoscuro.
La exposición constante al ruido genera daños a la salud, alertan expertos. Foto: Cuartoscuro.

Ciudad de México, 1 de mayo (SinEmbargo).- La pérdida de audición y la generación de estrés o tensión son sólo algunas de las consecuencias que ocasiona la exposición constante a altos niveles sonoros, informó el doctor Fausto Rodríguez Manzo, coordinador del Laboratorio de Análisis y Diseño Acústico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“El ruido ambiental afecta el estado de alerta y la salud humana de manera acumulativa, es decir, no es una explosión, sino una presencia continua que prolonga la ansiedad y la angustia, provocando daños mentales y psicológicos”, aseguró.

Además, el ruido impacta gravemente muchos aspectos de la vida cotidiana, por ejemplo, las mujeres embarazadas que trabajan en fábricas e industrias o que transitan en la calle están expuestas a esos niveles sonoros dañinos para el feto, explicó el profesor-investigador del Departamento de Procesos y Técnicas de Realización de la Azcapotzalco de la casa de estudios.

“Hay estudios que muestran que nacen niños con problemas de audición y tensión. En México esto aún no se ha estudiado y lo sabemos por algunas investigaciones hechas en universidades de Estados Unidos”, dijo.

Por su parte, el Centro Nacional de Metrología (Cenam) busca concientizar a la sociedad mexicana respecto a este tema, ya que la pérdida de la audición es considerada una problemática de salud pública a nivel internacional, de acuerdo con el coordinador científico del grupo de Acústica de la dirección general de Metrología Física del Cenam, Andrés Esteban Pérez Matzumoto.

xisten normas que exigen estudios continuos en el interior de las empresas para saber la cantidad de ruido que producen y las posibles afectaciones a sus empleados. Foto: Cuartoscuro.
Existen normas que exigen estudios continuos en el interior de las empresas para saber la cantidad de ruido que producen y las posibles afectaciones a sus empleados. Foto: Cuartoscuro.

Asimismo, aseguró que el Cenam ha participado en esta iniciativa durante 11 años consecutivos, la cual se conmemora los últimos miércoles del mes de abril, a través de una presentación que se publica cada año en su página de Internet, informó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en un comunicado.

“La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda dimensionar el tema, ya que la principal enfermedad laboral en México es la hipoacusia, que es la pérdida auditiva. Para entender el problema del ruido se hacen recomendaciones y se promueve una ‘dieta silenciosa’, que ayude a prevenir o a disminuir este fenómeno. Y es que el límite para tener una salud auditiva es un ambiente que siempre esté debajo de 85 decibeles. Lo malo es que hasta las salas de cine cuentan con un audio de hasta 100 decibeles, por lo que, de acuerdo a los parámetros, no se podría estar en ellas más de 15 minutos. Lo que nosotros recomendamos es el uso de tapones; también aplica para conciertos o los centros nocturnos, conocidos como antros, donde es muy recomendable proteger los oídos”, advirtió.

El coordinador científico del grupo de Acústica del Cenam señaló que aunque todos los sentidos tienen una función relevante, el principal sentido de alarma que tiene el ser humano es la audición, pues no se puede aislar o desconectar, informó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en un comunicado.

“Si no quieres ver algo, cierras los ojos; si no quieres degustar, pues no lo metes a tu boca. En cambio, la audición no puedes cerrarla, puedes taparte los oídos y de todas maneras escuchas. Es un sentido en el cual se desarrolló la autoprotección cuando apenas estaba evolucionando el hombre y era el depredado, no el depredador. La audición es tridimensional y te permite ubicar un ruido o un sonido. Muchas de las respuestas que se tienen cuando se escucha algo ni siquiera llegan a ser conscientes, hay una respuesta del individuo que no tiene que pasar al cerebro, sino que se activa directamente para proteger, tal es el caso, por ejemplo, de cuando una persona raspa sus uñas por un pizarrón verde o hay un sonido intempestivo que nos hace reaccionar en forma de alarma”, explicó.

La metróloga del grupo de Acústica del Cenam, Maricela Gamiño Galindo, detalló que existen normas que exigen estudios continuos en el interior de las empresas para saber la cantidad de ruido que producen y las posibles afectaciones a sus empleados.

Para concluir, la experta señaló que dichas normas tienen la función de proteger a los trabajadores. Generalmente, dijo, hay muchos que sí se cuidan, sin embargo, hay quienes aún no tienen esa conciencia. “En ocasiones les dan protectores pero no los usan; o cuando hacen los estudios de ruido donde se coloca un dosímetro acústico, se ponen a gritarle o se lo quitan; ese es el problema con ese tipo de instrumentos, cuando se lo ponen a los trabajadores, se lo quitan y no lo toman en serio. Lo mismo pasa con las personas que suelen ponerse audífonos directos al oído; si el que está al lado de la persona percibe el sonido que sale de los audífonos, entonces estamos hablando de niveles que son dañinos”, advirtió.

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