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Giuliani, en riesgo de perder su puesto con Trump: Slim confirma que le pagó por asesorar al GDF

02/12/2016 - 12:05 pm

Giuliani quiere ser Secretario de Estado del Gobierno de Donald Trump. La aportación de los empresarios mexicanos, entre ellos Moisés Saba y Slim, podrían atravesarse en su camino. Este día, la revista Forbes confirmó que Slim formó parte del grupo de empresarios que pagaron las asesorías del ex Alcalde de Nueva York en materia de seguridad para el entonces Distrito Federal, cuando el mandatario era Andrés Manuel López Obrador, quien aspira a la Presidencia de México.

Ciudad de México, 2 de diciembre (SinEmbargo).– Carlos Slim Helú, a quien Donald Trump considera su enemigo, sí aportó parte de los 450 millones de pesos que ganó Rudolph Giuliani por una asesoría en seguridad para la capital del país, confirma hoy Forbes.

En una nota firmada por la periodista Dolia Estévez, el magnate mexicano confirma que Giuliani, ex Alcalde de Nueva York, obtuvo beneficios de particulares y eso podría considerarse conflicto de interés, de acuerdo con medios como Washington Post.

Giuliani quiere ser Secretario de Estado del Gobierno de Donald Trump. La aportación de los empresarios mexicanos, entre ellos Moisés Saba y Slim, podrían atravesarse en su camino.

“No tengo la cantidad exacta, pero no era la mayoría. Fue un consorcio y ocurrió en el momento en que el Ingeniero [Carlos Slim] tenía un proyecto para revitalizar el Centro Histórico de la Ciudad de México y es por eso que participó”, dijo al medio el yerno y director de alianzas estratégicas de Teléfonos de México (Telmex), Arturo Elías Ayub.

La autora dice que Ayub no aclaró si Slim habló o conoció directamente a Giuliani y agregó que la consultora Guiliani Security & Safety no hizo comentarios al respecto.

La relación de Giuliani con México no es el único problema que afronta. Sus asesorías a personalidades políticas del extranjero y sus trabajos para firmas de cabildeo y seguridad cuyos clientes tenían complicadas relaciones con el gobierno de Estados Unidos también lo mantiene con un pie fuera del Gabinete de Trump. Sin embargo, el Presidente electo ha dicho que él aún lo tiene contemplado.

Aunque personalmente no ha estado involucrado en cabildeo, Giuliani pasó años en firmas que representaban a gobiernos y a compañías multinacionales, algunas de las cuales tenían intereses distintos a los de Estados Unidos. También pronunció discursos en los que exigió que el Departamento de Estado retirara a un grupo opositor iraní de una lista de terroristas elaborada por el gobierno estadounidense.

En una entrevista con el New York Times, el ex Alcalde dijo que nunca cabildeó para ningún interés, ni extranjero ni local.

Defendió el trabajo de su firma consultora en la monarquía de Catar en el Golfo Pérsico y el dinero que recibió por apoyar al Mujahedin-e Khalq, el grupo disidente iraní, incluso en momentos en que Estados Unidos lo tenía clasificado como un organismo terrorista internacional.

GIULIANI EL AMIGO DE MÉXICO

En 2002, el político estadounidense recomendó al Gobierno capitalino políticas de “tolerancia cero” para delitos menores y la aplicación de la estrategia “ventanas rotas”, misma que consiste en prevenir el crimen y el vandalismo reparando los problemas cuando aún son pequeños, de modo que se establece un sentido de Ley y orden que, en teoría, reduce el número de los crímenes más graves. Ahora, la relación del ex Alcalde con nuestro país ha despertado suspicacias esta semana en medios de comunicación de Estados Unidos.

The Washington Post apuntó que “de ser nombrado el nuevo Secretario de Estado de Estados Unidos –quien tendría que negociar el Tratado de Libre Comercio (TLCAN) y el muro propuesto por Donald Trump–, podría hallarse en una situación de conflicto de interés por supuestamente haber recibido millones de dólares de Andrés Manuel López Obrador, quien competirá en 2018 por la Presidencia de México”.

De acuerdo con Diane E. Davis, en un trabajo para El Colegio de México, “la mayor parte de las versiones sugiere que la invitación original [a Giuliani] se dio a fines del otoño de 2001, casi 10 meses después de que López Obrador asumiera el cargo. Es difícil dar con la fecha exacta porque, antes que nada, no está del todo claro quién fue el responsable de contactar a Giuliani. Algunas informaciones sugieren que fue el Jefe de Gobierno López Obrador el que invitó a Giuliani a la Ciudad de México en octubre de 2001, después de los ataques a Washington y Nueva York que lanzaron a Giuliani al primer plano del escenario mundial”.

“Otros afirman que el primer contacto vino de Carlos Slim, el empresario más rico de México y uno de los hombres más ricos del mundo (propietario de Sanborns, Telmex y otras importantes compañías fundidas en un conglomerado de influencia mundial con muchas ramas de inversión), quién donó grandes sumas de dinero a la ciudad de Nueva York tras la destrucción del World Trade Center y que de hecho pagó la cuenta de 4.3 millones de dólares por la consulta. Otros más sugieren un esfuerzo conjunto de Slim y López Obrador”, dice Davis.

Al respecto, Marcelo Ebrard Casaubón -Secretario de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito Federal en el Gobierno de AMLO-, a través de su vocero Alfonso Brito, ratificó a este medio digital que el contrato de Rudolph Giulanni se pagó con recursos de la Iniciativa Privada, entre los cuales, la aportación mayor fue de Moisés Saba (Q.E.P.D, falleció en 2010 al desplomarse la aeronave en la que viajaba en Cuajimalpa).

“La condición que puso López Obrador fue que no hubiera un solo centavo de recursos públicos. Que sólo hubiera recursos privados, y así se hizo”, dijo Ebrard a través de Brito. Añadió: “López Obrador se reunió una sola vez con él, cuando Giuliani visitó la ciudad. Ebrard no lo ha visto ni contratado ni una sola vez desde 2003”.

Los vínculos entre Rudolph Giuliani con López Obrador -aspirante a la Presidencia de México por tercera ocasión- y Ebrard Casaubón se entablaron en 2002. Ese año y según su propio anuncio, los dos tomaron la decisión de contratarlo para reducir la inseguridad en la capital del país.

Giuliani tenía meses de haber dejado la Alcaldía de Nueva York. Y el Gobierno de López Obrador le pagó 4.3 millones de dólares por el asesoramiento que duraría un año, con visitas cada tres meses.

El legendario diario de la capital estadounidense expuso que dicho contrato fue el primer gran servicio internacional de consultoría para Giuliani y sus asociados, en los que se encontraban Bernard Kerik, ex comisario del departamento de policía de Nueva York, y Maureen Cassey, quien fungiría como coordinador del proyecto “Cero Tolerancia”.

En agosto de 2003, la SSP a cargo de Marcelo Ebrard elaboró “El Reporte Giulanni-SSP”, en el que admitió que la reforma de la policía capitalina era “esencial” para mejorar la seguridad pública.

“Una respuesta inteligente y efectiva a la delincuencia requiere de un esfuerzo coordinado. La policía desempeña uno de los papeles esenciales en el proceso, sin embargo, es necesario que participen todas las instancias responsables. Sus esfuerzos deben estar complementados por una asistencia genuina proporcionada por los Ministerios Públicos, la Procuraduría, los fiscales, los juzgados, el sistema de reclusorios, correccional, la Asamblea Legislativa, otros funcionarios electos y el público en general”, se lee en el documento.

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