ENTREVISTA | La menopausia no debería causar temor: Gioconda Belli

06/11/2014 - 12:05 am
La autora vive en Managua, la tierra también de Rubén Darío y Ernesto Cardenal. Foto: Facebook
La autora vive en Managua, la tierra también de Rubén Darío y Ernesto Cardenal. Foto: Facebook

Ciudad de México, 6 de noviembre (SinEmbargo).- La escritora nicaragüense Gioconda Belli presenta en estos días El intenso calor de la luna, un tratado sobre el cuerpo femenino en la madurez y los cambios que atraviesa en esa edad en que, según la autora, hay una nueva oportunidad para la liberación.

Ya criaste a tus hijos, ya hiciste esas tareas encomendadas por una sociedad conservadora y de pronto, la pérdida de la capacidad reproductiva puede convertirse en una chance para crecer espiritualmente y para cumplir algunos de los sueños postergados.

Así habla la escritora nacida en Managua hace 65 años de un tema considerado tabú: la menopausia, un estado por el que ella pasó con absoluta naturalidad y donde no dejó de ser ella misma, como aseguran algunas notas banales e irresponsables que pueblan las páginas de las revistas femeninas.

Tomemos el caso de Emma. Va conduciendo su coche. Lleva gafas oscuras grandes, de moda. Luce absorta en la carretera. Las manos que aferran el volante son finas y cuidadas. En la izquierda lleva anillo de matrimonio haciendo juego con el de diamante de compromiso. Su mirada fija nos engaña. Parece mirar el camino, pero va mirándose por dentro. Desde hace cuatro días espera que le baje la regla y ésta no llega. Emma es una mujer exacta. Su regla suele llegar puntual a los treinta días del mes. Porque conoce perfectamente las costumbres de su cuerpo, en la fecha precisa ella se inserta en la trusa una toalla sanitaria después de bañarse. Hacia las doce o la una, sin fallar, siente la humedad y sonríe para sus adentros. La exactitud de su ciclo y su manera de adivinarlo la complacen enormemente.

–¿El intenso calor de la luna es tu novela más autobiográfica?

–No. Creo que mi libro más autobiográfico es La mujer habitada. Es verdad que de este nuevo trabajo todos han dicho que es autobiográfico, pero no, no lo es. Aunque la reflexión sobre el cuerpo en la madurez es un poco yo, claro.

–Hay una paradoja en tu planteo. Es verdad que la menopausia puede ser el camino a la liberación física, pero el cuerpo en esa etapa sufre transformaciones incontrolables

–La paradoja es relativa. Es verdad que dejamos de tener capacidad reproductiva, pero también es verdad que esos cambios que mencionas no son nada del otro mundo y las mujeres los hemos padecido desde el principio de los tiempos. Ahora, además, tenemos muchos más recursos que antes para sobrellevar lo mejor posible la menopausia. El fantasma que se alza a partir de ese trance de la mujer se ha exagerado enormemente, creo.

–Por eso escribiste el libro…

–Sí, porque creo que la menopausia no debería causar temor y ese es el principal propósito del libro; tratar por un lado de abordar esa época de la madurez y al mismo tiempo tratar ese miedo casi atávico que existe al respecto.

Contraria a muchas de sus amigas que soportan estoicas esos días, sufriendo a menudo de dolores y malestares de espalda, Emma experimenta un sentimiento de ligereza y alivio que la pone de buen humor. Ella jamás, ni siquiera en su adolescencia, ha sufrido de los signos que a otras afligen. El presagio de su ciclo no le produce granitos en la cara, hinchazón en los pies o irritabilidad. Lo que ella siente en los días precedentes al acontecimiento es una sensación de energía acumulada, una intensa subida de voltaje. Cuando toca la ropa de nylon, a pesar de vivir en el trópico, se electriza igual que sucede en los inviernos de los países fríos. No se explica el fenómeno de que su cuerpo produzca electricidad estática, pero que le pasa, le pasa.

El rol de vivir la propia vida. Foto: Especial
El rol de vivir la propia vida. Foto: Especial

–En nuestras sociedades, además, cumplir años no parece algo bueno, aunque lo es

–Claro. En este caso, la protagonista de El calor intenso de la luna vive una segunda oportunidad en esa etapa. Ella es una mujer que ha pasado la vida entera renunciando a las cosas que quería hacer por dedicarse a sus hijos y a su familia. En un momento, cuando ya siente que se va a terminar ese rol, se da cuenta de que el rol que le falta cumplir es el de vivir su propia vida.

–De ese modo la edad es liberadora, permite cumplir sueños

–Sí, eso quizás sea lo más autobiográfico de la novela, porque he sentido y en la medida que me iba haciendo mayor más alegría, más poder. Soy una mujer contenta que se siente poderosa. Siento que la vida me ha dado mucha información, mucha experiencia. La preocupación es por la muerte. Una preocupación inevitable porque conforme cumples años más te acercas al final, lo cual no quiere decir que estás obligada a vivir dedicada a la muerte.

–¿Cómo es escribir en la madurez?

–Tengo más disciplina, siento que tengo más oficio…escribir es siempre una maravilla y un sufrimiento a la vez. Hay días en que todo fluye y hay otros en donde te preguntas si lo que escribes vale la pena ser escrito. Uno está siempre inmerso en un cuestionamiento constante.

–En los primeros tiempos de tu literatura se hablaba de ti como de una heredera del realismo mágico…

–Sin embargo, nunca sentí que mi literatura tuviera que ver con el realismo mágico, sino más bien todo lo contrario. Me imagino que siempre existe la tentación de relacionar un estilo tan predominante con todo lo que surge en forma simultánea. Lo que he buscado es tener mi propio sello. Mi literatura ha sido la de la experiencia. He tenido el privilegio de vivir intensamente, de pasar por momentos históricos importantes, hechos que me enseñaron a vivir a pleno pulmón.

–¿Cómo es vivir en la Managua del siglo XXI?

–Es lindo, sobre todo por la naturaleza que está cerca. La ciudad es fea porque se nos destruyó con el terremoto y nunca la arreglaron.

–¿Lo ves a Sergio Ramírez?

–Sí, claro. También veo mucho a Ernesto Cardenal. Somos una comunidad pequeña, realmente

–Un país pequeño que no para de dar buenos poetas

–En ese sentido, Nicaragua es muy interesante. Aquí nació Rubén Darío.

–¿Y cómo ves el caso de tu sobrina escritora (Laura Martínez Belli)?

–Bueno, siempre fue mi sobrina preferida. Escribe desde chiquita, siempre fue muy artística. Amaba los cuentos. Yo le contaba cuentos y ella a su vez escribía los suyos y me los mandaba. De pequeña quiso ser escritora y fue fabuloso ver cómo llegó a cumplir su sueño. Además las cosas que ha hecho, me parece fantástico.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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