México ya superó a EU en obesidad, y la diabetes se volvió un problema de salud pública: The Economist

10/04/2013 - 11:34 am

Ciudad de México, 10 de abril (SinEmbargo).– En México la gente encuentra un placer extraordinario en comer y beber. Pero este disfrute por la comida, que no tiene en mente las consecuencias, genera ahora una alerta de salud pública, pues el país es uno de los de mayor sobrepeso del mundo y hay un repunte de la diabetes, que se disputa con las enfermedades del corazón la mayor causa de muerte, plantea The Economist.

En un análisis denominado “Comer hasta la muerte”, la revista expone que a los mexicanos no les importa que les llamen “gorda” o “gordo”. Incluso, dice, “gordito” o “gordita” es una expresión de cariño y hasta los niños portan con orgullo ese apodo.

Pero la realidad es que México ya rebasó a Estados Unidos en el problema del sobrepeso: una cuarta parte de los hombres y un tercio de las mujeres son obesos, afirma. La Federación Mexicana de Diabetes dice que entre las mujeres de 20 a 49 años, el promedio del tamaño de la cintura es de 91.1 centímetros, más de 10 por encima del ideal. Como consecuencia, añade la revista británica, las tiendas están ahora llenas de tallas grandes y extra grandes de ropa.

El staff de The Economist en la Ciudad de México reporta que si bien en un tiempo tener una “circunferencia prominente” era una prueba de prosperidad, ahora es una serio riesgo de salud.

Se estima que más de 10 millones de mexicanos o casi una sexta parte de la población adulta sufre de diabetes, en gran parte debido al exceso en la ingesta de comida y un estilo de vida cada vez más sedentario. México, destaca la publicación, es el sexto país con enfermos de diabetes en el mundo.

“La diabetes es una de las dos principales causas de muerte en el país, junto con (y en ocasiones se superponen) las enfermedades del corazón. La Federación Mexicana de Diabetes dice que la enfermedad mata a 70 mil personas al año. Sin embargo, se tiene mucho menos atención a ésta que a las enfermedades mucho menos mortales, como el VIH/SIDA, por no hablar de la delincuencia organizada (que es responsable de alrededor de 60 mil muertes en los últimos seis años)”, destaca The Economist.

“Podría llegar al punto en que literalmente nos estemos comiendo a nosotros mismos hasta la muerte”, cita la revista a Jesper Holland, de Novo Nordisk, una empresa danesa de salud que es una gran proveedora de insulina a México.

Las causas exactas de esta avalancha, afirma, son difíciles de precisar.

“La prevalencia de refrigerios con alimentos salados, grasos y el consumo excesivo de azúcar en bebidas gaseosas parece ser una parte importante del problema”, añade. Las bebidas gaseosas representaron siete de cada 10 que se venden en México. Hubo un aumento de más de 2% el año pasado, a pesar de la creciente presión en el Congreso para cerrar de golpe los llamados “impuestos del pecado” en las bebidas. Sobre esta base, dice, los mexicanos tienen el más alto consumo per cápita de Coca-Cola en el mundo.

La falta de ejercicio es otro factor, plantea la publicación.

Aunque las partes chic de la Ciudad de México ya cuentan con carril para bicicletas, fuera de esas escasas zona no hay este tipo de servicios y el problema de salud es aún más grave.

Jesper Holland, cita The Economist, afirma que “el crecimiento económico” es otra causa importante de la enfermedad, especialmente en los países en vías de desarrollo donde las sociedades han crecido con mayor prosperidad en los últimos 20 años, respecto a los cientos de años en algunos países desarrollados.

“Eso podría ser cierto en parte: India y China también tienen graves problemas de diabetes. Sin embargo, México no ha crecido más rápidamente que otros países de América Latina, y los pobres que han sido abandonados por el crecimiento económico tienen las mismas probabilidades de comer tan mal como en un país más próspero. Es más, los mexicano-americanos en Estados Unidos son casi dos veces más propensos que los blancos no hispanos de ser diagnosticados con diabetes, lo que sugiere que hay poderosos factores genéticos también.

“Tal vez para los mexicanos el problema más grande es vivir al lado de Estados Unidos, lo que significa que la comida rápida y la cultura tiene una influencia particularmente fuerte. Lo mismo ocurre con la comida americana y bebidas gigantes que se venden en grandes cantidades al sur de la frontera, cuyas empresas han demostrado ser expertos en defenderse de los impuestos del pecado y otras formas de regulación anti-obesidad en Estados Unidos”.

Para la revista, en un país como México, donde no hay mucho estigma asociado a el sobrepeso, probablemente habría una fuerte oposición a la regulación del comportamiento de los consumidores, sobre todo en medidas como el aumento de los impuestos sobre los refrescos, pues la carga caería de manera desproporcionada sobre los pobres.

En su lugar, el gobierno debe combatir la gula como un asesino, como lo hace con los cigarrillos, especialmente en las escuelas, donde un tercio de los niños son obesos y, literalmente, asustar a la gente por la comida chatarra.

Dado el extenso padrón del sistema de salud en México, el Estado paga la factura por el costo rápidamente creciente del tratamiento de la diabetes y hay un interés público enorme por darle mayor importancia y protagonismo, concluye la revista.

en Sinembargo al Aire

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