¿Mucho o poco café? La respuesta está en los genes, dicen investigadores

15/10/2014 - 12:00 am
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Las porciones de café no tienen el mismo efecto en todos. El estudio encontró las causas en los genes.Foto: Shutterstock

Ciudad de México, 15 de octubre (SinEmbargo).- El Café es una importante fuente de cafeína. Por otra parte, además de ser una de las bebidas más consumidas en el mundo, ha recibido una considerable atención sobre los riesgos y beneficios que éste trae al organismo. Sin embargo, las razones por las que algunas personas son más afectas a esta bebida que otras, se mantenían como un misterio.

No obstante, ahora un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard encontró seis nuevas variaciones genéticas que se asocian al consumo de café, sumándose así a otras dos descubiertas en 2011, publicó el diario Molecular Psychiatry.

El efecto aparente de estas variaciones es bastante pequeño, pero pueden modificar el efecto del café en la salud de una persona, por lo que la investigación genética puede ayudar a los científicos a explorar este aspecto, dijo Marilyn Cornelis de la Escuela de Salud Pública de Harvard, quien dirigió la investigación.

El proyecto analizó los resultados de al menos dos docenas de estudios previos con un total combinado de más de 120 mil participantes. Los voluntarios describieron la cantidad de café que beben al día y permitieron que se estudiara su ADN.

El nuevo trabajo buscó pequeñas diferencias en éste que se asociaran con el consumo alto o bajo de café, encontrando ocho de dichas variantes, de las cuales dos están ligadas a la ingesta de esta bebida. Por otra parte, cuatro de seis nuevas variantes implican genes que están relacionados con la cafeína, ya sea en la manera en la que el cuerpo la descompone o en sus efectos estimulantes.

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A pesar de que las variantes genéticas determinan la cantidad de café requerida por cada persona, estas no afectan la percepción del sabor. Foto: Shutterstock

Los otros dos nuevos genes involucrados resultaron sorprendentes porque no presentan un vínculo biológico claro con el café o la cafeína, dijo Cornelis. En su lugar, están involucrados con los niveles de colesterol y azúcar en la sangre.

Por otro lado, ninguna de las variantes genéticas identificadas se relaciona con la intensidad con la que una persona percibe el sabor del café.

Marian Neuhouser, investigadora de nutrición en el Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle y coautora del estudio, dijo que la identificación de genes relacionados con el consumo de café podrían ayudar algún día a los médicos identificar a los pacientes que necesitan ayuda adicional en la reducción en el café en el caso de que se les haga esta recomendación, como ocurre en algunos casos con mujeres embarazadas, a quienes se les sugiere consumir cantidades moderadas de cafeína debido al riesgo de parto prematuro y de aborto involuntario.

La existencia de dichas variaciones podría explicar por qué a algunas personas les basta con tomar una taza de café para poder comenzar su día, mientras que otros necesitan varias tazas antes de poder arrancar su jornada.

Sin embargo, estos resultados no son universales, ya que el consumo del café difiere dependiendo de la región del mundo. En este aspecto, los estadounidenses, europeos y australianos mostraron patrones genéticos similares. No obstante, cuando se investigó a gente de otras latitudes como los paquistaníes, los científicos no obtuvieron los mismos resultados.

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