El Boeing 787 sí se comprará: Sedena; Japón, EU y la UE mantienen en tierra a dicho modelo por incidentes

17/01/2013 - 10:00 am

Ciudad de México, 17 de ene (SinEmbargo).– La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) declaró que la compra del Boeing 787 para uso del Presidente Enrique Peña Nieto continúa a pesar de que dicho modelo de avión ha presentado algunas fallas en dos aerolíneas de Japón.

De acuerdo con El Universal, la dependencia federal señaló que se tiene un contrato firmado de la compra del avión, por lo que la cancelación del mismo implicaría responsabilidades legales para ambas partes, por lo que continúa vigente la operación, aunque sin fecha precisa para la entrega de la aeronave.

Tanto Japón, como Estados Unidos y la Unión Europea decidieron mantener en tierra a sus Boeing 787 “Dreamliner” hasta que sea seguro volar las aeronaves.

En días anteriores las aerolíneas All Nippon Airways (ANA) y Japan Airlines registraron incidentes con dicho modelo de avión.

A pesar de ello, el presidente y CEO de Boeing, Jim McNerney, indicó que el modelo 787 “Dreamliner” es totalmente seguro, por lo que respaldan su “total integridad”.

“Estamos seguros de que el 787 es seguro y respaldamos su total integridad. Vamos a tomar todas las medidas necesarias en los próximos días para asegurar a nuestros clientes y público viajero la seguridad del 787 y poder poner a los aviones de vuelta en servicio”, declaró McNerney, según la agencia de noticias Notimex.

En diciembre pasado la Sedena informó que la compra de dicho avión se oficializó. El proyecto de Presupuesto de Egresos de 2013 indicó que la aeronave tuvo un costo de 6 mil 306 millones de pesos.

Se cree que el 787 tendrá una vida útil de 15 años y su costo contempla los gastos en operación y mantenimiento, así como los intereses generados por el arrendamiento.

Actualmente, la Presidencia de la República utiliza un Boeing el TP-01 de 1989.

El avión que usa Barack Obama tiene un valor estimado de 3 mil 900 millones de pesos. En el caso de aviones presidenciales de países de centro y Sudamérica ni siquiera costaron más de mil millones de pesos.

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