Ciudad de México, 24 de junio (SinEmbargo).– La Reforma Migratoria no es la causa de la crisis en la frontera sur de Estados Unidos sino la solución, por lo que los republicanos deben enfrentar la realidad y ser parte de esa solución en vez de “explotar aún más a los menores indefensos en su infinita venganza contra la Casa Blanca”, publica The New York Times.
En sus páginas de opinión, la activista Sally Kohn analiza la crisis de los menores migrantes en la frontera con México y plantea que las vías para la inmigración legal están rotas en gran medida y no están a la par con la realidad de por qué las personas migran, ni de las necesidades de las empresas en los Estados Unidos que se basan en su trabajo.
“Nuestro sistema roto sólo funciona para las redes de coyotes y criminales que se aprovechan de las esperanzas de los inmigrantes. Si fijamos nuestro sistema de inmigración, la gente tendrá vías razonables y accesibles más allá de cruzar el desierto caliente en su desesperación”, expone en su artículo “¿Cómo podemos ayudar a los niños que cruzan la frontera?”.
La también comentarista de CNN considera que los Estados Unidos tiene una crisis humanitaria en su frontera sur, pues el número de menores no acompañados que tratan de entrar en el país aumentó 90 por ciento el año pasado.
Además, los republicanos también están tratando de convertir esto en una crisis política al acusar al gobierno de Barack Obama y de impulsar una reforma migratoria para atraer a más inmigrantes indocumentados: “Una vez más, los republicanos están golpeando el Presidente Obama, esta vez mediante el uso de los niños que sufren como sus peones políticos”, destaca.
La escalada de la violencia en América Central está impulsando la nueva ola de niños que migran, dice, y cita al diario Los Angeles Times que publicó lo siguiente: “A pesar de que siempre ha sido aplastante pobreza en Centroamérica, la violencia en la región ha aumentado en los últimos años. Por ejemplo, Honduras tiene la mayor tasa de asesinatos per cápita de todos esos países. Carteles de la droga y pandillas están en el raíz del aumento de la violencia. Algunos de estos niños están huyendo iniciaciones de pandillas, según varios informes”.
Históricamente, comenta, la mayoría de los niños que llegaron ilegalmente a Estados Unidos eran de México, pero esto cambió en 2013 cuando por primera vez el número de niños migrantes no acompañados procedentes de Centroamérica eclipsó a los de México, pues el flujo de infantes mexicanos hacia EU ha disminuido en los últimos años.
Sin embargo, añade, los republicanos insisten en que es culpa de Obama, como es el caso del presidente de la Cámara Judicial, el republicano Bob Goodlatte, quien dijo: “Muchas de las políticas de la administración Obama… han llevado a un aumento de menores que llegan a la frontera Estados Unidos-México”. También el presidente republicano de la Cámara, John Boehner, expuso: “La aplicación laxa de las fronteras de México” de Obama está dando un “pase libre” a los inmigrantes que tratan de llegar a los Estados Unidos.
Estas afirmaciones, dice Sally Kohn, ignoran el hecho de que el Presidente Obama ha deportado a inmigrantes a un ritmo más alto que el Presidente George W. Bush y está en camino de deportar 3 millones de inmigrantes para el final de su presidencia. “A este ritmo de deportación se le podría llamar inhumana o antiamericana, pero nadie podría razonablemente llamarlo ‘laxa’”, destaca.
Pero, aclara, el aumento de los niños no acompañados que escapan de Centroamérica comenzó en 2009, mucho antes del programa de Acción Diferida de Llegada de Infantes (DACA, por sus siglas en inglés) promovido por Obama.
“Y para aquellos que piensan que los Estados Unidos debe ser aún más agresivo en la forma en que aborda los casos de niños que llegan aquí no acompañados, vale la pena señalar que los procedimientos actuales para menores no acompañados en nuestro sistema de inmigración fueron creados durante la presidencia de George W. Bush”, afirma la activista.
Por ello, considera, aunque los republicanos continuarán utilizando esta cuestión y otras excusas para tratar de destruir las perspectivas de la reforma de inmigración, los demócratas y la Casa Blanca deberían seguir empujando la reforma, incluyendo una ruta completa para lograr la ciudadanía.
“Nuestro gobierno ha hecho que sea muy traicionero cruzar nuestras fronteras. Sin embargo, la gente todavía tienen el grave riesgo de hacerlo con el fin de buscar la seguridad y oportunidad”, afirma Kohn.
