Fuerzas de seguridad tienden un cerco en San Lázaro para garantizar la toma de protesta de Peña Nieto

25/11/2012 - 8:07 pm

Ciudad de México, 25 nov (dpa) – La Cámara de Diputados de México, donde prestará juramento el sábado Enrique Peña Nieto como nuevo presidente, comenzó hoy a ser cercada con vallas y con mayores medidas de seguridad.

Policías y efectivos del Estado Mayor Presidencial, el cuerpo encargado de la seguridad del presidente, cortaron calles e instalaron vallas metálicas en el área del Palacio Legislativo de San Lázaro, sede de la cámara baja.

Además se suspendió el servicio de metro en cuatro estaciones aledañas por casi una semana, desde hoy hasta después de la ceremonia del 1 de diciembre.

Peña Nieto, de 46 años, es miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI, centro), la agrupación que gobernó México desde 1929 a 2000 sin interrupción.

El nuevo presidente recibirá el sábado en la mañana la banda presidencial después de seis años de gobierno del conservador Felipe Calderón.

Grupos de izquierda y organizaciones contrarias al PRI, como el movimiento estudiantil YoSoy132, han anunciado protestas.

Los estudiantes quieren manifestarse frente al Congreso el sábado, mientras que el ex candidato presidencial de izquierda Andrés Manuel López Obrador convocó para ese día a un acto en el monumento del Ángel de la Independencia, fuera del área por donde se moverá Peña Nieto.

La ceremonia de juramentación en el Palacio Legislativo, será, según anticipó el PRI, breve, protocolaria y sin discurso del nuevo mandatario. Peña Nieto se trasladará después al Palacio Nacional, frente a la Plaza del Zócalo, donde pronunciará un mensaje.

El ex gobernador del Estado de México ganó las elecciones de julio con una ventaja de más de seis puntos sobre López Obrador. Sin embargo, la izquierda afirma que su victoria fue fruto de compra de votos, financiamiento ilícito y manipulación de encuestas.

En 2006 López Obrador también desconoció la victoria de Calderón, a quien acusó de fraude, y la izquierda intentó impedir la toma de posesión en el Congreso.

La ceremonia duró menos de cinco minutos y transcurrió entre chifilidos, sin posibilidad de que Calderón hablara ante los invitados especiales.

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