Una película televisiva de reciente aparición, a cargo del cineasta Jorge Coscia, revive la lista de Hervé Falciani y la trama internacional con la que los ricos se niegan a aportar para el bienestar social de sus comunidades
Ciudad de México, 28 de octubre (SinEmbargo).- “¿Al Capone guardando dinero en un banco? Creo que hago una película perseguido por el fantasma de Al Capone”, dice el cineasta Jorge Coscia, quien la semana pasada presentó una película televisiva de cuatro capítulos titulada Eva$ión.
Se trata de un documental basado en la denuncia del francés Herve Falciani (1972), el hombre que pasó de ser un empleado bien pagado de un banco internacional (el HSBC en Ginebra, Suiza), a temer por su vida, según narra la película motivada por la necesidad de explicar un tema a todas luces complejos, con un lenguaje directo, a la gente común.
Como bien apunta el periodista de The Guardian, David Pegg, la hoy conocida como “lista Falciani”, dejó al descubierto en 2008 una serie de delitos que construye una verdadera trama internacional de gente muy rica, no de ciudadanos de a pie, como usted y yo, que jamás tendríamos 100 mil millones de dólares para esconder en alguna isla de nombre exótico.
Fraude, lavado de dinero, empresas pantalla, todo puede ser en el juego macabro de los poderosos empeñados en acumular dinero, no pagar impuestos en los países donde desarrollan sus pingües negocios y con ello horadar el sistema de políticas públicas en sus comunidades.
El banco HSBC benefició a traficantes de armas, hombres de bolsa, estrellas de rock, deportistas y dictadores, a quienes ayudó a ocultar cientos de millones de dólares. Las cuentas suman en su conjunto más de 100 mil millones de dólares, reveló a principios de este año un grupo de periodistas de 42 países, encabezados por el diario francés Le Monde.
HAY ALGO PEOR QUE ROBAR UN BANCO
“Hay algo peor que robar un banco: fundarlo”, es la cita de Bertolt Brecht con la que Coscia, ex Ministro de Cultura de Argentina, inicia su película. Sabe y acepta que es imposible pensar hoy en un mundo sin esas instituciones de depósitos, pagos y cobros que rigen las finanzas de las sociedades organizadas.
En el caso de Argentina y esa es la pista que sigue el cineasta, se encontraron 4040 cuentas de personas no declaradas en el exterior por unos 3.500 millones de dólares en el banco donde trabajaba Falciani, un hombre que comenzó a ser perseguido, en un intento, como describe el periodista y escritor francés Denis Robert, “de matar al mensajero”.
“No importa si es mala persona, pienso que no lo es, pero la reacción del HSBC fue tratar de desprestigiarlo, cuando lo importante de las listas de Hervé Falciani no era quien las había descubierto, sino lo que revelaban”, dice Robert en La evasión.
“Los organismos de regulación fiscal deberían precipitarse para obtener esas listas, el problema es que esas listas están formadas por personas muy poderosas, entre políticos y dueño de empresas multinacionales”, agrega.
Construido como una especie de historia de intrigas, la película tiene suspenso y entretiene, con la triste salvedad de que no se trata de ficción sino de la cruel realidad de un mundo donde la codicia reina y el egoísmo rige las finanzas.
El director, que sale a cuadro como una especie de detective sin brújula pero cargado de preguntas, se propone encontrar a ese personaje “entrañable y complejo que se indignó por lo que descubrió”, llamado Hervé Falciani.
Se guía primero por el libro del propio ex empleado de banco titulado Sismo en el planeta Finanzas, hasta que consigue una entrevista con “el hombre más custodiado por la policía” en Francia, país que junto con Bélgica y Argentina, forma la triada que más se ha enfrentado al HSBC –y con ello a gran parte del poderoso sistema financiero mundial- desde que se revelaron las famosas listas de evasores.
“El secreto permite la impunidad”, afirma Falciani, el informático que denunció a más de 130.000 evasores mundiales, descubriendo una historia de terror que Coscia describe como “la fuerza incontrolable” y en donde vale todo: “encuentras países con nombres raros que no tienen ningún habitante, desempleados con cuentas millonarias, testaferros que no saben que lo son”, cuenta Hervé.
“El país que vendía el mejor sistema de control del dinero del mundo (Suiza), lo hacía sin tener ningún control eficaz y esas repercusiones las vemos en el lavado de dinero. Donde deberían saber de dónde proviene el dinero no se sabía si este provenía de un crimen”, explica Falciani en el documental, al tiempo de señalar que pesa sobre él un pedido de búsqueda internacional pedido por la Justicia suiza a Interpol.
“Todo lo que significa el desarrollo de la actividad pública desde la construcción de una carretera; el funcionamiento de una escuela; los sueldos de poder judicial, ejecutivo y legislativo, todos los planes y las políticas públicas”, se subvencionan merced a un nivel de financiamiento genuino con los ingresos fiscales, logrando que los que más aporten sean los que más ganen, explica un funcionario entrevistado especialmente para la película.
Eso explica por qué influye tanto este tema en la vida cotidiana de la gente.
“Es el equivalente en el mundo financiero a lo que es Wikileaks. Es un tema central, porque generalmente cuando hablamos de crisis, de devaluaciones, del impuesto a las ganancias, estamos hablando de esto: cómo se hace para que la sábana que protege a una sociedad sobre la base de los recursos del Estado, alcance para los fines que debe cumplir. Para ello deben pagar los que más tienen”, explicó Coscia en una entrevista.
“No soy economista, soy un político y mi formación es política e histórica. Existe una historia del capitalismo, donde ha pasado de ser un capitalismo industrial a uno financiero. Esto tiene que ver con las comunicaciones digitales. Me muevo como el intermediario de un espectador que no está formado, porque la idea de este documental es empoderar por base de la información a la gente común. Sacar esto de las manos de quienes lo han transformado en un misterio, en un secreto, para usarlo en beneficio propio”, dijo Coscia.
En la película, uno de los entrevistados hace referencia al slogan publicitario que el banco HSBC ha colgado en varios aeropuertos internacionales, asegurando que su gestión “hace el mundo más maravilloso”.
“Hay una gran discordancia entre la propaganda y la acción real de la institución que ayuda a evadir impuestos o lavar dinero y eso lo reveló –como nunca nadie lo había hecho antes- la lista Falciani”, se dice en la película donde aprendemos que el mundo no es tan maravilloso, después de todo.
