La CEPAL reduce su estimado de PIB 2015 para México de 3% a 2.4%; para AL prevé alza de 0.5%

29/07/2015 - 10:15 am
La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcenas. Foto: EFE/Archivo.
La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcenas. Foto: EFE/Archivo.

Ciudad de México, 29 de julio (SinEmbargo).– La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) bajó su previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México en 2015 del 3 por ciento previsto en mayo pasado a un 2.4 por ciento.

La CEPAL estimó un crecimiento regional de 0.5 por ciento este año, ante una contracción más profunda de Brasil y un ajuste a la baja en la expansión de la mayoría de los países del bloque por un entorno global más complejo y una débil demanda interna.

El pasado 9 de julio el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó su previsión de crecimiento para México del 3 por ciento previsto en abril de este año a un 2.4 por ciento para 2015 y de 3.3 a un 3 por ciento para el próximo año.

Una semana antes del ajuste del FMI, los analistas consultados por el Banco de México (Banxico) disminuyeron sus expectativas de crecimiento del país para este año de 2.66 por ciento en mayo a 2.60 en junio, y también bajaron el estimado del próximo, de 3.32 por ciento en mayo a 3.20 por ciento en junio. Principalmente por los problemas en inseguridad pública y la producción petrolera.

Según el “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2015”, la desaceleración económica  se debe a factores tanto externos como internos. En el ámbito externo, se destaca el lento crecimiento de la economía mundial durante 2015, en particular la desaceleración de China y las otras economías emergentes, con excepción de India.

El informe expone que el comercio mundial se mantendrá estancado en lo que ya se ha transformado en un problema estructural de la economía mundial y que a la menor demanda externa se suma, por un lado, la tendencia a la baja de los precios de los productos básicos, y por otro, la mayor volatilidad e incertidumbre en los mercados financieros internacionales.  En lo interno, la publicación declara que la contracción de la inversión, junto con la desaceleración del crecimiento del consumo, explica entre otros factores la reducción de la demanda interna, factor principal tras el crecimiento en los últimos años.

En este contexto, América del Sur mostraría una contracción del 0.4 por ciento, Centroamérica y México, un crecimiento del 2.7 por ciento, y el Caribe, un crecimiento del 1.7 por ciento.

México alcanzará un aumento del Producto Interior Bruto (PIB) del 2.4  por ciento y Argentina de 0.7 por ciento, mientras Brasil anotará una caída del 1.5 por ciento y Venezuela una del 5.5 por ciento, dice la CEPAL en el Estudio Económico de América Latina y el Caribe.

Las economías del Caribe y de Centroamérica y México, que cuentan con mayores vínculos comerciales con los Estados Unidos y cuyas exportaciones están más centradas en las manufacturas, y en el caso del Caribe y Centroamérica son importadoras netas de hidrocarburos, exhibirán un mejor desempeño que sus contrapartes del sur.

El informe señala que si bien la mayor parte de las exportaciones mexicanas están constituidas por productos manufactureros destinados al mercado estadounidense, se trata de un exportador neto de productos energéticos, principalmente petróleo crudo, que se vio afectado en 2014 por la baja del precio de este rubro, como también de los precios de algunos de los metales que exporta, en particular oro y plata.

DINAMISMO EN LA INVERSIÓN

Al presentar su más reciente informe anual, la CEPAL llamó a dinamizar el proceso de inversión para retomar el crecimiento y mejorar la productividad de las economías de la región.

La caída de la tasa de inversión y la menor contribución de la formación bruta de capital al crecimiento son preocupantes, ya que no solo afectan el ciclo económico, sino también la capacidad y calidad del crecimiento de mediano y largo plazo, recalca la CEPAL. Es por ello que uno de los principales desafíos para retomar un crecimiento vigoroso es dinamizar el proceso de formación bruta de capital, precisa el documento.

“Redinamizar el crecimiento en el corto y largo plazo requiere impulsar la inversión pública y privada en tiempos complejos.  Esto se puede realizar con reglas fiscales que protejan la inversión, recurriendo a asociaciones público-privadas y a nuevas fuentes de financiamiento, como los bancos de inversiones e infraestructura de los países BRICS, y mecanismos alternativos como bonos verdes y préstamos triangulares”, declaró Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.

En materia laboral, el estudio Económico señala que el menor crecimiento tendrá un impacto negativo en el empleo. En promedio para 2015 se estima un aumento de la tasa de desempleo a cerca de 6.5 por ciento de la población, desde el 6.0 por ciento anotado el año pasado.

En su informe la CEPAL recalca que la capacidad de los países de la región para acelerar el crecimiento económico depende de los espacios que tengan para adoptar políticas contracíclicas que estimulen especialmente la inversión, lo que será clave en la disminución de los efectos de los choques externos y así evitar que las economías sufran consecuencias negativas en el mediano y largo plazo.

El organismo agrega que la inversión no solo afecta el ritmo y la acumulación de capital, sino que también se relaciona directamente con la productividad de las economías. Por ello es necesario instaurar un marco de políticas públicas que promuevan tanto la inversión pública como la privada.

Según la CEPAL, la inversión pública puede ampliar el espacio fiscal al estimular el crecimiento, sin que eso necesariamente implique un incremento en la deuda de los países. Asimismo, las inversiones en infraestructura pueden ser centrales para lograr un desarrollo sostenible. Si bien esta ha aumentado en los últimos años, aún persisten importantes brechas.

En el ámbito de la inversión privada, la CEPAL indica que es necesario mejorar el acceso de las pequeñas y medianas empresas (pymes) al financiamiento productivo, así como orientar los sistemas financieros hacia el sector productivo y al largo plazo. Junto con esto se requiere apuntalar la arquitectura productiva y territorial con instrumentos de inversión de política industrial e innovación tecnológica que vayan más allá de los esquemas de incentivos tributarios.

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