Basándose en investigaciones anteriores realizadas por la Universidad de Nottingham sobre el uso de remedios medievales para tratar el SARM, estos investigadores reconstruyeron un remedio medieval de 1 mil años de antigüedad que contenía cebolla, ajo, vino y sales biliares, conocido como “colirio de calvo”, y demostraron que tenía una prometedora actividad antibacteriana.
Madrid, 2 de agosto (Europa Press).- La resistencia a los antibióticos es una batalla cada vez más difícil de superar para los científicos, ya que se necesitan urgentemente más antimicrobianos para tratar las infecciones asociadas a las biopelículas. Sin embargo, científicos de la Escuela de Ciencias de la Vida de la Universidad de Warwick (Reino Unido) apuntan que la investigación de los antimicrobianos naturales podría proporcionar candidatos para llenar el vacío de descubrimiento de antibióticos.
Las bacterias pueden vivir de dos maneras, como células planctónicas individuales o como un biofilm multicelular. El biofilm ayuda a proteger a las bacterias de los antibióticos, haciéndolas mucho más difíciles de tratar, uno de esos biofilms que es particularmente difícil de tratar es el que infecta las úlceras de los pies de los diabéticos.
Los investigadores han examinado los remedios naturales para el vacío en el mercado de los antibióticos, y en su nuevo estudio, publicado en la revista Scientific Reports, los investigadores dicen que los métodos medievales que utilizan antimicrobianos naturales de ingredientes cotidianos podrían ayudar a encontrar nuevas respuestas.
The medieval medicine remedy ‘Balds eyesalve’ could provide new treatment for modern day infections.
Researchers from @warwickuni have found the remedy was effective in treating bacterial biofilms, which protect an infection from antibiotics.
Read more: https://t.co/IuNkFOKkbx pic.twitter.com/Eu5teg9VyK
— Warwick Newsroom (@warwicknewsroom) July 28, 2020
Basándose en investigaciones anteriores realizadas por la Universidad de Nottingham sobre el uso de remedios medievales para tratar el SARM, estos investigadores reconstruyeron un remedio medieval de 1 mil años de antigüedad que contenía cebolla, ajo, vino y sales biliares, conocido como “colirio de calvo“, y demostraron que tenía una prometedora actividad antibacteriana. El equipo también demostró que la mezcla causaba bajos niveles de daño a las células humanas. Encontraron que el remedio era efectivo contra una gama de patógenos de heridas Gram-negativos y Gram-positivos en el cultivo de plancton.
El uso de mezclas de colirios de calvicie con ajo, que contiene alicina, puede explicar la actividad contra los cultivos planctónicos, sin embargo, el ajo por sí sólo no tiene actividad contra las biopelículas y, por lo tanto, la actividad antipelícula del colirio de calvicie no puede atribuirse a un solo ingrediente y requiere la combinación de todos los ingredientes para lograr una actividad plena.
“Hemos demostrado que un remedio medieval hecho de cebolla, ajo, vino y bilis puede matar una serie de bacterias problemáticas cultivadas tanto en plancton como en biopelículas. Debido a que la mezcla no causaba mucho daño a las células humanas en el laboratorio, o a los ratones, podríamos potencialmente desarrollar un tratamiento antibacteriano seguro y efectivo a partir del remedio”, comenta Freya Harrison, de la Escuela de Ciencias de la Vida de la Universidad de Warwick.