El envejecimiento prematuro, la sensación de cansancio o agotamiento, la depresión, el estrés, la pérdida de memoria y un sistema inmunológico debilitado son los síntomas que aquejan a gran parte de la población mundial de nuestra era. A largo plazo, de nada van a servir el botox, las cirugías plásticas, ni los tratamientos médicos ortodoxos si se descuidan los dos pilares fundamentales de nuestra salud: el ejercicio y la buena alimentación como parte de los hábitos diarios.

El hecho de comer bien puede influir positivamente, incluso, en la prevención de enfermedades para las cuales estamos predispuestos genéticamente, además de ejercer un buen efecto en los genes que regulan la producción, la calidad y la cantidad de esas sustancias químicas tan importantes para nuestro cerebro llamadas neurotransmisores, como la serotonina y la dopamina. Aprovechar el alimento para ayudar al cerebro a continuar regenerándose y mantenernos jóvenes puede prevenir la pérdida de memoria e influir en el estado de ánimo.

¿Qué ocurre si decidimos no seguir las pautas de una alimentación saludable? Existen mensajeros intercelulares que se liberan a causa de una nutrición defectuosa, como la hormona del estrés cortisol, las hormonas sexuales estrógeno, la testosterona y la DHEA (deshidroepiandrosterona) y la insulina, que es la hormona que controla el nivel de azúcar en la sangre. Estos comunicadores pueden mantener el cuerpo en un equilibrio sano o llevarlo a la enfermedad según sea la reacción de los genes a la nutrición que reciben provenientes de la comida que consumimos. Así, algunos de los alimentos alarmantes serían: las harinas blancas, el azúcar, el alcohol, los edulcorantes artificiales, la carne roja, los alimentos procesados, los embutidos, los refrescos, la cafeína, los lácteos y las carnes enlatadas. El común denominador de estos alimentos es que tienen un alto contenido en grasa saturada, cuya ingesta excesiva está muy relacionada con un alto riesgo de contraer cardiopatías, cáncer y Alzheimer.

¿Para qué insistir, entonces, en el consumo de alimentos industrializados, entre los que se encuentran las comidas rápidas; si nuestros genes están hechos para adaptarse y nutrirse a partir de una dieta basada en alimentos frescos? Esta es la forma de comer para la cual nos preparó la naturaleza. Con la dieta habitual de estos días, no nos extrañe que haya una desconexión entre lo que comemos y lo que esperan recibir nuestras células. Esta desconexión es, en gran medida, la causa de toda enfermedad. Nuestras defensas naturales están agobiadas, además, por la exposición a toxinas ambientales como el aire contaminado, el humo del cigarrillo, varias sustancias favorecedoras del cáncer presentes en el agua y los alimentos, así como por el estrés externo e interno.

No hay de otra. Hay que retornar a la fuente. El reino vegetal nos proporciona muchos de los nutrientes químicos que necesitamos para regenerarnos y la cocina se convierte, hoy en día, en nuestra verdadera farmacia. El consumo regular de platillos hechos a base de verduras y frutas impide que los genes envíen mensajes negativos al cuerpo, además de que aumentan el consumo de antioxidantes y el número de compuestos antiinflamatorios que nos protegen contra las enfermedades.

Ya desde la década de los 90 empezaron a proliferar las campañas a nivel mundial que promovían el consumo de, por lo menos, cinco raciones de frutas y cinco de verduras al día. Sin embargo, solamente el 3.7% de la población tiene este hábito, a pesar de que los índices de obesidad, sobrepeso y las patologías asociadas a éstas, como diabetes e hipertensión van en aumento, incluso, entre la población infantil y adolescente.

La razón por la cual científicos, médicos y nutriólogos han hecho eco de estas recomendaciones se debe a que los componentes activos de la fruta y verduras, es decir, los fitonutrientes, son los compuestos químicos que pueden salvarnos la vida, pues actúan en los genes y células humanos para reforzar las defensas innatas del cuerpo contra la enfermedad. De ahí que nuestras defensas naturales necesiten toda la ayuda que puedan obtener de los fitonutrientes, vitaminas, minerales y fibra, los cuales obtendrás a partir de la ingesta de un arcoiris de frutas y verduras frescas al día.

A continuación te damos una lista de 15 frutas que pueden ayudarte a prevenir o tratar las enfermedades más comunes de nuestra era y cuyo consumo te ayudará a vivir sano y con bienestar:

Arándanos:

• Contiene los fitonutrientes llamados antocianinas, las cuales aumentan en el organismo la rodopsina, responsable de mantener nuestra capacidad de visión nocturna, actualmente tan agotada debido a que nuestros ojos están más expuestos a los rayos del sol a causa del calentamiento global.
• Incrementa el riego sanguíneo de la retina.
• Combinado con alimentos que contengan vitamina E, tienen un 97% de éxito para detener el avance de las cataratas.
• El zumo de arándanos sirve para detener la infección de vías urinarias.
• Contiene el fitonutriente ácido elágico, potente antioxidante anti cancerígeno.
• Contiene el antioxidante quercetina que contribuye a disminuir el riesgo de enfermedad cardiaca y los accidentes cerebrovasculares.

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Toronja:

• La toronja (en especial las cápsulas o gotitas del extracto de sus semillas) es un potente antibiótico natural.
• Si estás a punto de pescar un resfriado, pon una toronja pelada en la licuadora y un poco de agua, bebe el líquido y verás lo rápido que hace efecto.

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Naranja:

• Contiene más cantidad de vitamina C que cualquier otra fruta, a excepción del kiwi. ¡Atención! El zumo de las naranjas verdes puede causar dolor de articulaciones o síntomas similares a los de la artritis debido a que el ácido cítrico de la naranja aún no ha tenido tiempo de convertirse en fructosa y tendrá muy poco valor vitamínico. Trata de comer naranjas biológicas.

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Limón:

• Muchos de sus fitonutrientes (el terpeno y el limoneto, sobre todo) son una fuente de beneficios para los sistemas cardiovascular e inmunitario. La lima también los contiene.
• Excelente purificador de la sangre y estimulante del hígado.

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Mango:

• El mango, al igual que la papaya y la piña rebosa de vitamina C lo que contribuye a descomponer las toxinas del cuerpo.
• Rica en fitonutrientes y enzimas digestivas.

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Papaya:

• Al igual que el mango, goza de fitonutrientes y enzimas digestivas que sirven para procesar otros alimentos, como las proteínas y los hidratos de carbono.
• Es alta en contenido de vitamina C.

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Piña:

• La piña reestablece la actividad enzimática en un sistema digestivo debilitado por el estrés o el agotamiento nervioso. En este último caso, lo mejor es beber zumo de piña natural.
• La piña es también buena fuente de manganeso, excelente para favorecer la fuerza ósea en mujeres. Adicionalmente, aporta bromelina que es una enzima antiinflamatoria, ideal para prevenir y reducir el dolor de la artritis y otras afecciones dolorosas.

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Kiwi:

• Rico en vitamina C (contiene 16 veces más que las naranjas).
• Aporta gran cantidad de vitamina E.
• Tiene un rico surtido de antioxidantes y fitonutrientes, razón por la cual se suele recetar para combatir el cáncer y la enfermedad cardiaca.

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Manzanas:

• Contiene una multitud de fitonutrientes, como la quercitina que se encuentra en la pulpa y la cáscara.
• A los hombres, comer una manzana al día, les ayuda a disminuir en un 32% el riesgo de ataque al corazón.
• La pectina, que es la fibra de la manzana, ayuda a regular el tránsito intestinal y reduce la incidencia de los ataques de diverticulitis de colon.
• Existen más de 2 mil 500 tipos de manzanas y todos son buenos para la salud.

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Melón de Castilla:

• Contiene muchísimo potasio y zinc, el cual es importante para la próstata.
• La mitad de un meloncito te aportará más vitaminas A y C que cualquier otra fruta en similar cantidad.
• Si te sientes cansado o bajo de energía en las mañanas, tómate un licuado de ¼ de melón con un poco de sandía y alguna otra fruta, y verás cómo sus vitaminas y minerales te subirán los ánimos. Esta bebida estimulante también tiene un importante efecto diurético.

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Sandía:

• Contiene altas cantidades de licopeno y glutatión, fitonutrientes antioxidantes, anticancerígenos y antienvejecimiento.
• Buena para desintoxicar el cuerpo y para hacer ayunos cortos de tres días.

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Pera:

• Excelente para prevenir y reducir fibromas y otros tumores benignos.
• Al parecer, la eficacia de las peras y el zumo de éstas para reducir bultos y fibromas es su elevado contenido del fitonutriente ácido elágico, el mineral boro y la fibra insoluble llamada lignina. El efecto se da por la acción sinérgica de estos nutrientes.

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Plátano:

• Muy rico en potasio, por lo cual es útil para prevenir los calambres musculares después del ejercicio o debido a la edad.
• Es recomendable que los pacientes hipertensos coman un plátano al día para reponer el potasio perdido en la orina.
• Son útiles para prevenir y tratar úlceras por su efecto antibacteriano, además de que alivia la irritación o malestar del estómago.
• Una mujer que desee conservarse joven toda la vida debería comer a diario un plátano, además de un plato de verduras al vapor. El fósforo particular del plátano mantiene en buen funcionamiento el metabolismo.
• El interior de la pulpa es precisamente rica en potasio, antioxidantes y fósforo.

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Uvas:

• Contienen una altísima cantidad del antioxidante quercetina y del fitonutriente resveratrol.
• El resveratrol adelgaza la sangre y aumenta el nivel de colesterol HDL (el bueno).
• Particularmente, las uvas rojas son también antibacterianas y antivíricas.
• Recuerda que es mejor consumir las de cultivo biológico u orgánico.
  Conviene, entonces, darse una vuelta por el mercado y adquirir una variada canasta de frutas y verduras, en especial aquellas que puedan ayudarte a prevenir o reducir algún malestar que te aqueje. De acuerdo al Dr. Dharma Singh Khalsa, exponente de la medicina integradora y autor de La alimentación como medicina, “el cuerpo tiene la capacidad de sanar por sí solo si se le da la oportunidad” y el uso práctico de los principios nutricionales modernos permite activar la propia fuerza sanadora interior natural de cada persona y devolverle el estado de equilibrio. ¡Buen provecho!Entresacado

Los componentes activos de la fruta y verduras, es decir, los fitonutrientes, son los compuestos químicos que pueden salvarnos la vida, pues actúan en los genes y células humanos para reforzar las defensas innatas del cuerpo contra la enfermedad