La pesada loza de Peña Nieto

10/06/2012 - 12:01 am

Con una caída en picada en las preferencias electorales y una pesada loza a cuestas de ex gobernadores del PRI presuntamente vinculados con el narcotráfico, Enrique Peña Nieto llegará al segundo y último debate presidencial este domingo 10 de junio.

El 6 de mayo, Peña Nieto inició su participación en el debate, engallado y seguro; pero la percepción de la ciudadanía fue modificándose en la medida que Andrés Manuel López Obrador evidenció su relación con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari y la protección que brindó a su antecesor en el Estado de México, su tío y padrino Arturo Montiel.

Sin embargo, el bono otorgado por GEA-ISA, de 20 puntos arriba de su más cercana competidora, en ese momento, la panista Josefina Vázquez Mota, le permitió darse el lujo de no avasallar en ese primer debate.

Ahora, la situación es complicada para Peña Nieto. En primer lugar trae el fantasma del movimiento juvenil, #YoSoy132 que por asamblea, decidió mantenerse como “antipeña” debido a que, precisamente, el repudio contra el candidato priísta fue lo que le dio origen.

Las protestas y manifestaciones de repudio que han realizado los jóvenes en cada ciudad que se presenta el candidato priísta, han provocado un desplome de 10 puntos en las preferencias electorales.

Por si fuera poco, el gobierno de Estados Unidos y el de México hicieron el uno dos para señalar al ex gobernador priísta de Tamaulipas, Tomás Yarrington, y al sucesor de éste, Eugenio Hernández, como presuntos colaboradores del crimen organizado.

Si a eso se suma que ex colaboradores de Yarrington hoy forman parte de la estructura nacional el PRI y de la campaña de Enrique Peña Nieto, entonces sí que se puede entender la complicada situación en que se encuentra el candidato tricolor.

Por ejemplo, encargada de una circunscripción en la campaña está Paloma Guillén, quien fungió como secretaria de Gobierno en el sexenio de Yarrington.

Antes, en el mismo cargo estuvo Baltazar Hinojosa y hoy tiene a cargo otra de las circunscripciones para organizar la campaña de Enrique Peña Nieto.

La cereza del pastel que se ha convertido en un colaborador incómodo para Peña Nieto es el presidente de la Comisión de Justicia del PRI, Horacio Díaz.

Las consideraciones de Yarrington hacia Horacio Díaz hicieron pensar a más de un analista que sería su delfín, sin embargo el ex gobernador cambió la dirección hacia Eugenio Hernández en la sucesión de la guberntura.

Pero a Horacio Díaz no lo desamparó, le dio dos cargos en su gabinete, primero como titular de Desarrollo Social y luego como secretario de Educación en el estado.

La importancia de Horacio Díaz radica no sólo en es el presidente de la comisión encargada de suspenderle a su ex jefe los derechos políticos como militante, sino que, además, se ha convertido en uno de los notarios favoritos del propio Enrique Peña Nieto, incluso, se le liga con la hoy candidata al gobierno del Distrito Federal, Beatriz Paredes Rangel.

En el caso de Peña, Horacio Díaz, quien tiene como tiene dos notarías en el Distrito Federal, fue quien el 19 y el 30 de abril pasados dio fe de la firma de dos compromisos de Peña Nieto: el primero, la creación del Instituto para Emprendedores; y el segundo, para otorgar computadoras portátiles a los niños de 5 y 6 año de primaria.

En el caso de Beatriz Paredes, fue el propio Horacio Díaz quien dio fe de la residencia de la priísta en el Distrito Federal por más de cinco años, requisito indispensable para poder competir por la candidatura interna de su partido.

Este es el fardo con el que llega Peña Nieto al segundo y último debate organizado por el Instituto Federal Electoral: el repudio estudiantil que representa 14 millones de votantes nuevos, los presuntos vínculos con el narcotráfico de ex gobernadores priístas y mantener a gente de la confianza de éstos en su equipo de campaña.

Por si fuera poco, Peña Nieto llega sin los 20 puntos de ventaja del primer debate; ahora, según la encuesta del diario Reforma, está a cuatro puntos de distancia de Andrés Manuel López Obrador. En tanto que los números de Televisión Azteca marcan siete puntos de diferencia.

La cara bonita de Peña Nieto no bastará para que convenza en este último debate, en donde por cierto debe buscar reposicionarse para en dado caso de que el gobierno se decida, dar la última estocada: sacar nuevos expedientes contra otros dos ex gobernadores del PRI.

Para poder hacer frente a los nuevos embates del gobierno federal, Peña Nieto deberá tener una pulcra y convincente actuación, aunque a estas alturas resulta harto difícil.

 

Twitter: @jesusaproceso

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