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Daniel Ortega desaloja a 200 estudiantes que piden que se vaya; dos estudiantes pierden la vida

14/07/2018 - 11:46 am

Los universitarios se refugiaron en la iglesia luego de operaciones policiales la víspera en Managua y en Masaya, que según sacerdotes católicos y activistas de los derechos humanos dejaron dos civiles y un policía muertos, así como decenas de personas heridas.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos indicó esta semana que ya suman 264 muertos y mil 800 heridos desde que comenzaron las protestas en Nicaragua.

Managua, 14 de julio (AP/EFE/SinEmbargo).- Al menos dos muertos y dos heridos dejó hoy un ataque armado perpetrado por un grupo de policías contra estudiantes universitarios que estaban refugiados en una iglesia de Managua, informó el cardenal nicaragüense Leopoldo José Brenes.

“Desgraciadamente dos jóvenes, hoy por la mañana, perdieron la vida; otros dos fueron heridos”, dijo Brenes, también arzobispo de Managua, en rueda de prensa.

“Para nosotros (como Iglesia católica) es lamentable y hemos dicho en muchas ocasiones: ni un muerto más”, agregó Brenes, en referencia a la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua, la más sangrienta desde la década de 1980, y que se ha cobrado al menos 351 vidas desde el pasado 18 de abril.

Uno de los fallecidos fue identificado Gerald Vásquez, de 20 años, y estudiaba técnico en construcción en la estatal Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN). El otro, de momento, solo ha sido identificado como Francisco.

Los jóvenes -quienes se encontraban encerrados desde anoche en la casa cural de la parroquia Divina Misericordia de Managua, junto a una decena de estudiantes, tres periodistas, médicos y sacerdotes- murieron tras recibir certeros disparos, según los sacerdotes.

Está mañana unos 200 estudiantes universitarios salieron a salvo el sábado por la mañana de una iglesia en Managua donde estuvieron sitiados por agentes fuertemente armados, tras operaciones policiales en la capital nicaragüense y la ciudad de Masaya, que habrían causado tres muertos.

Los universitarios y al menos tres periodistas nicaragüenses salieron tras las gestiones hechas por el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes y el nuncio apostólico en el país, Stanislaw Sommertag. Los estudiantes fueron trasladados a la Catedral Metropolitana de Managua, donde se reunirán con representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y se entregarán a sus padres.

“Fueron momentos difíciles, pero gracias a Dios ya lo pudimos superar”, dijo el periodista de Radio Corporación, Ismael López, quien acompañó a los estudiantes en el templo toda la noche.

En la iglesia también se refugiaron por unas horas un periodista de The Washington Post y otro de la BBC, quienes pudieron salir el viernes gracias a las gestiones del párroco del templo. También salieron el viernes algunos heridos de gravedad, cuyo trasladado a hospitales era urgente.

Los universitarios se refugiaron en la iglesia luego de operaciones policiales la víspera en Managua y en Masaya, que según sacerdotes católicos y activistas de los derechos humanos dejaron dos civiles y un policía muertos, así como decenas de personas heridas.

Los estudiantes fueron trasladados a la Catedral Metropolitana de Managua, donde se reunirán con representantes de la CIDH. Foto: Esteban Felix, AP

El padre Raúl Zamora, párroco de la iglesia _al sur del campus en Managua de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN)_ dijo a The Associated Press que el templo estuvo bajo fuego durante más de 12 horas, desde que los estudiantes universitarios buscaron refugio en sus instalaciones luego de una operación policial para desalojarlos de la UNAN, que tenían ocupada.

La operación policial fue televisada por medios independientes y transmitida por los mismos estudiantes a través de las redes sociales. Los tres periodistas locales han hecho transmisiones desde la parroquia mediante Facebook Live. La policía no ha dado su versión de los hechos.

El campus de la UNAN en Managua fue atacado por policías y fuerzas parapoliciales con el objetivo de desalojar a los estudiantes que la tuvieron tomada desde hace dos meses. Históricamente, muchos estudiantes han respaldado al gobierno de izquierda, pero muchos de esos mismos estudiantes piden ahora la renuncia del presidente Daniel Ortega, enojados por la violencia ejercida contra los manifestantes por parte de la policía y bandas de la Juventud Sandinista que atacan las protestas en un intento de intimidarlos y dividirlos.

En Managua, un joven universitario perdió la vida de un balazo en la cabeza como producto de un ataque a la iglesia Jesús de la Divina Misericordia, donde se refugiaron los jóvenes que se encontraban hasta el viernes en la toma de la universidad. “Murió hace unos minutos herido de bala esta madrugada que se resguardaba en la Parroquia Divina Misericordia. ¡Hay que sacar a toda la gente! ¡Hay que parar esta masacre!”, escribió en su cuenta de Twitter el obispo Auxiliar de Managua, Silvio Báez.

Un joven estudiante con el rostro cubierto dijo el sábado a la televisión local : “Hay que presionar al gobierno y que entienda que el pueblo ya no lo quiere más”.

En esta fotografía del 31 de mayo de 2018, jóvenes manifestantes antigubernamentales aguardan detrás de una barricada que colocaron cerca del Consejo Supremo Electoral, y uno de ellos sostiene un mortero de fabricación casera, en Managua, Nicaragua.  (Foto: Esteban Félix, AP

En Masaya, a 28 kilómetros al sureste de Managua, murieron un policía y un civil después de la visita que realizó el presidente Ortega para participar en un acto público, aseguró Álvaro Leiva, director de la Asociación Nicaragüense pro Derechos Humanos.

Las redadas del gobierno del Presidente Ortega ocurrieron durante una jornada de paro laboral opositor, el segundo en tres meses de protestas contra Ortega, que han dejado más de 270 muertos, unos 2 mil 100 heridos y medio millar de detenidos.

TENSIÓN POLÍTICA EN LA OEA

Mientras los enfrentamientos continúan con dureza en Nicaragua, en la OEA se percibía la tensión política el viernes en una sesión extraordinaria sobre la crisis en el país centroamericano.

Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Perú y Estados Unidos patrocinan un proyecto de resolución de ocho puntos que exhorta al Gobierno de Daniel Ortega a apoyar un calendario electoral acordado en el contexto de diálogo con la oposición y confían en que sea sometido a votación la próxima semana.

Pero el canciller nicaragüense, Denis Moncada, aprovechó la sesión para anunciar el arresto de Medardo Mairena, una persona a la que responsabiliza de ataques a una alcaldía y de la muerte de cuatro policías y un maestro, pero a quien la oposición considera uno de sus líderes.

Mairena forma parte de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que desde mediados de mayo ha entablado un diálogo con el Gobierno de Nicaragua en busca de superar la crisis política que vive el país desde mediados de abril. Además, es uno de los representantes de los campesinos que se oponen a la construcción del Canal Interoceánico y una de las voces más firmes en pedir que Ortega deje el poder lo antes posible.

“Es un acto de represión no cabe duda, sumamente peligroso, porque él representa a un sector muy importante de nuestro país en el diálogo nacional”, dijo Pablo Cuevas, asesor legal de la Comisión Permanente de Derechos Humanos.

Sin embargo, en la sede de la Organización de los Estados Americanos en Washington el canciller nicaragüense insistió en que se quiere ensuciar la imagen del gobierno sandinista.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos indicó esta semana que ya suman 264 muertos y mil 800 heridos desde que comenzaron las protestas, pero Moncada dijo que esos datos eran parciales y poco rigurosos.

“Se le quiere endilgar al gobierno crímenes que son cometidos por grupos ilegales, delincuenciales, terroristas, con el objetivo de desequilibrar al Estado y hacer un cambio de gobierno por la ruptura del orden constitucional”, indicó.

Policías nicaragüenses fuertemente armados vigilan antes de la llegada del Presidente Daniel Ortega, en Masaya, Nicaragua. Foto: Cristóbal Venegas, AP

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