La revolución lumínica por medio de la alquimia; las bombillas LED llegan a los hogares del mundo

16/12/2013 - 1:30 am
Foto: EFE
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Ciudad de México, 16 de diciembre (SinEmbargo).- Allí donde lo importante es el rendimiento y no la calidad de la iluminación, las bombillas de diodos de emisión de luz o LED reinan. De esta manera, se les puede ver, sobre todo en faros de bicicletas o linternas. Sin embargo, a pesar del ahorro de energía que representan, su luz es fría, por lo que en otros aspectos de la vida diaria esta tecnología se ha mantenido al margen. Hasta ahora.

Es así que gracias al invento de un científico alemán, las bombillas LED son un recurso lumínico utilizado cada vez más en interiores, ya que emiten una luz mucho más cálida y agradable para el ojo humano. El responsable: el inventor, Peter Schmidt, quien trabaja en el departamento de Investigaciones de la compañía Philips, y cuyo descubrimiento ya está conquistando hogares en todo el mundo.

De acuerdo con el servicio de radiodifusión alemán, Deutsche Welle, las nuevas lámparas producen una luz más cálida que modelos anteriores debido a que abarcan el espectro verde y el rojo, al contrario de las LED más frías, que se mueven sobre todo dentro del espectro azul y muy poco dentro del rojo.

“Nuestro material fluorescente se coloca como una fina capa sobre el diodo semiconductor, es decir, la LED azul, de modo tal que una parte de esa luz azul se trasluce a través de dicha capa, mientras que otra parte se transforma en luz verde y en luz roja con ayuda del material mencionado”, dijo Schmidt al explicar la manera en la que se logra la luz cálida en las LED.

Lo anterior hace que para el ojo humano, la luz que producen estas bombillas no se diferencie de la luz de una bombilla clásica, una lámpara halógena o la luz de una vela. Sin embargo, la gran diferencia entre ambos tipos de luz cálida estriba en que la de la LED ahorra mucha más energía.

Foto: EFE
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“En realidad, todas las lámparas que conocemos son más bien una fuente de calor que de luz. Y con las LED llegamos por primera vez a un nivel en el que tenemos la posibilidad de crear más luz que calor”, agrega Helmut Bechtel, físico y colega de Schmidt.

Este ahorro de energía en las lámparas LED se debe a que no emiten luz infrarroja o ultravioleta. Esto quiere decir que no generan longitudes de onda invisibles para el ser humano, con lo cual, además, ahorran energía innecesaria, debido a que, de todos modos, dichas longitudes no pueden ser percibidas por el ojo.

No obstante, la idea de donde proviene el material fluorescente que permite que la luz fría se convierta en luz cálida viene más atrás: del profesor de química Wolfgang Schnick, de la Universidad de Múnich, quien hace más de 10 años descubrió que el nitridosilicato, un compuesto de silicio y nitrógeno, puede producir una conversión de las longitudes de onda.

Sin embargo, el problema entonces para Schnick radicó en que en el mundo sólo existían entonces cantidades muy pequeñas de nitridosilicato de laboratorio, debido a que este compuesto químico no se encuentra en estado natural.

No obstante, para solucionar esto, Schmidt empleó un truco utilizado hace siglos por los alquimistas, utilizando de esta manera barita o espato. De esta manera, el inventor mezcló este mineral con harina de centeno y lo calentó para así obtener uno de los primeros materiales fluorescentes: el litósforo o piedra de Bologna.

Actualmente los nitridosilicatos se producen actualmente a nivel industrial, por lo que su obtención dejó de ser tan rudimentaria. Sin embargo, desde el experimento de Peter Schmidt, la fabricación de bombillas LED avanza a pasos agigantados en el mundo en donde espera llegar pronto a todos los hogares.

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