Tribunal federal ordena reaprehensión de los siete militares implicados en el caso Tlatlaya

17/10/2019 - 2:18 am

El sexto Tribunal Unitario del Segundo Circuito, ubicado en Toluca, resolvió que los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sean detenidos por el delito de ejercicio indebido del servicio público.

Ciudad de México, 17 de octubre (SinEmbargo).- Un Tribunal federal ordenó reaprehender a los siete militares implicados en la muerte de 22 civiles en una bodega en Tlatlaya, Estado de México, en junio de 2014.

Según reportaron medios nacionales, el sexto Tribunal Unitario del Segundo Circuito, ubicado en Toluca, resolvió que los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sean detenidos por el delito de ejercicio indebido del servicio público.

Además, los agentes Fernando Quintero, Roberto Acevedo y Leobardo Hernández también enfrentan acusaciones por homicidio calificado.

En mayo de 2016, la magistrado titular del Sexto Tribunal Unitario Penal de Toluca, Adalid Ambriz Landa, determinó que no había pruebas para juzgar a los inculpados por los delitos de homicidio y alteración de los hechos. Con ese fallo los tres oficiales mencionados recuperaron su libertad.

Por su parte, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) informó que la decisión del Tribunal fue debido a la “falta de elementos para procesar” a los tres presuntos responsables.

LOS HECHOS

En junio de 2014, elementos del Ejército Mexicano presuntamente asesinaron a 22 supuestos delincuentes, 21 hombres y una mujer menor de edad, en una bodega ubicada en la comunidad San Pedro Limón, en Tlatlaya.

La versión oficial, emitida ese mismo día por la Sedena, afirmó que los delincuentes atacaron primero a los militares, quienes patrullaban la zona, por lo que hubo un enfrentamiento, en el que miembros del Ejército habrían matado a todos.

El 1 de julio, el entonces Gobernador del EdoMex, Eruviel Ávila Villegas, aseguró que “el ejército en legítima defensa abatió a los delincuentes”.

Meses más tarde, una testigo de la masacre declaró que fueron los soldados quienes dispararon primero y que los presuntos delincuentes respondieron, que sólo uno de los jóvenes murió en el enfrentamiento y que los demás se rindieron.

Después de la muerte de los 22, reporteros de AP visitaron y tomaron fotos de la bodega donde fueron encontrados los cuerpos y encontraron poca evidencia de que hubiera ocurrido un prolongado tiroteo. Había pocas marcas de disparos y ningún casquillo.

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