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Antonio Salgado Borge

20/12/2019 - 12:05 am

Reino Unido: lo que ocurrió y lo que sigue

Empoderado, el Partido Conservador buscará, sin mayores contrapesos, remodelar la cara de la sociedad y de la economía de Reino Unido. Una primera víctima podría ser la BBC, a quien Boris Johnson le tiene especial tirria. La que desde afuera es la imagen ejemplar de medio público tendrá que enfrentar golpes directos e indirectos por parte del gobierno británico.

“La elección sirvió al Primer Ministro Boris Johnson para convertir de lleno a los conservadores en el partido pro-Brexit”. Foto: Frank Augstein, AP

1.– ¿Qué ocurrió?

Reino Unido eligió la semana pasada a los miembros de su Parlamento (MP), quienes a su vez tienen la facultad de determinar quién será la persona que asumirá el cargo de Primer Ministro. Si bien las encuestas apuntaban claramente a una victoria del Partido Conservador, el partido en el Gobierno al momento de convocar a la elección, el resultado para los conservadores fue sorprendentemente positivo: lograron colocar a 365 MP, 66 más de los que tenía hace una semana. Ese partido obtuvo, antes de alianzas, más de la mitad de los puestos en juego. Esto es, los conservadores arrasaron y ahora podrán gobernar durante cinco años con una oposición debilitada y al borde de la irrelevancia.

Por su parte, el Partido Laborista perdió 42 posiciones de MP, y ahora tan sólo tendrá 203. Este resultado constituye la peor derrota laborista en las últimas tres décadas. Ese partido fue derrotado incluso en lugares donde había ganado consecutivamente durante más de ochenta años. Particularmente sorprendente resultó que el norte de Inglaterra, zona de clase trabajadora históricamente identificada con ideales de izquierda, decidiera brindar su apoyo en esta ocasión a quienes, con razón, son percibidos como los principales promotores de los intereses de las élites.

La segunda gran sorpresa del día fue el resultado obtenido por el Partido Nacionalista Escocés (SNP), que, como su nombre lo indica, compite exclusivamente en Escocia. El SNP, encabezado por Nicola Sturgeon, gobernaba en Escocia antes de la elección y contaba con 35 MP en el Parlamento Británico. Ahora cuenta con 48, casi 40 por ciento más que hace una semana. El SNP ganó 80 por ciento de los puestos disputados en Escocia; es decir, arrasó a todos sus rivales, incluidos Conservadores y Laboristas.

2.– ¿Por qué ocurrió?

Aunque todavía es pronto para poder entender todos los factores en juego, hay algunos elementos que indiscutiblemente ayudan a explicar lo ocurrido.

El primero de estos elementos es, desde luego, Brexit. La elección sirvió al Primer Ministro Boris Johnson para convertir de lleno a los conservadores en el partido pro-Brexit. Algunos de sus militantes más moderados fueron dejados a un lado, y la campaña giró, con insistencia casi ridícula, en el slogan ‘get Brexit done’ -hacer de Brexit un hecho-. El mensaje de Johnson encontró tierra fértil en aquellas personas que genuinamente desean salirse de la Unión Europea y en las agotadas por tres años de discusión y de incertidumbre -para algunos individuos Brexit se convirtió en una suerte de dolor de muela: mejor sacarlo rápido, aunque duela

El mensaje de Johnson contrastó en este sentido con el de Jeremy Corbyn, quien se declaró ‘neutral’ ante Brexit y ofreció someter a referéndum un nuevo acuerdo en caso de ganar las elecciones. Este discurso no terminó de convencer a ninguna de las dos partes y tan sólo contribuyó a proyectar al candidato laborista como una opción incierta o sin ruta fija.

Para algunas personas, esta fue la elección de Brexit y con el resultado se demuestra que la mayoría de quienes habitan Reino Unido desean abandonar Europa. Esta lectura, sin embargo, es errónea. Aunque los conservadores ganaron más de la mitad de los asientos de MP, los partidos que no abogaban por salirse de la Unión Europea ‘sí o sí’ obtuvieron juntos 52 por ciento de los votos. Sin embargo, un porcentaje importante de la gente que culpa equivocadamente a la Unión Europea de los males ocasionados por la austeridad y el neoliberalismo se encuentran en zonas que normalmente votaba laborista.

Esto nos lleva al segundo elemento que ayuda a explicar lo ocurrido: el sistema electoral británico. Bajo el método de representación proporcional, los conservadores hubieran obtenido 77 posiciones menos, los laboristas hubieran ganado 10, el Partido Verde -un verdadero partido, verdaderamente verde- habría logrado 11 y el Partido Liberal Demócrata ¡59! posiciones adicionales.[1] Bajo las reglas actuales los MP son elegidos exclusivamente por mayoría de votos en su zona; un sistema que se conoce coloquialmente como “el ganador se lleva todo”.

Otro factor para considerar es el pésimo desempeño de Jeremy Corbyn. El candidato laborista se vio tibio -empezando por Brexit- y decidió no confrontar directamente a Boris Johnson. Los impresentables errores o acusaciones de corrupción en contra del actual Gobierno tendrían que haber sido puestos contundentemente sobre la mesa por Corbyn. Por ejemplo, el Gobierno británico decidió “retener” un informe sobre posible intervención rusa en el referéndum de 2016 y surgieron evidencias que apuntan a que Johnson favoreció a su pareja sentimental con contratos cuando fue alcalde de Londres. Pero el candidato laborista prefirió omitir estos temas.

Además, aunque el Partido Laborista presentó un manifiesto o plan de acción detallado, este plan no logró despertar el interés esperado. Para ser claro, los laboristas presentaron su manifiesto más progresista y transformador en décadas. En contraparte, los conservadores apenas expresaron un puñado de frases genéricas. Para algunas personas la “simpleza” del mensaje conservador les redituó en votos. Para otras, Reino Unido no estaba preparado para un proyecto socialista.

Me parece que visiones de esta naturaleza pecan de conservadoras o conformistas. Hubiera sido interesante saber qué hubiera ocurrido si el mensaje hubiera sido entregado por una mejor mensajera o mensajero.

Finalmente, es necesario considerar también el papel de los medios. Los medios tradicionales operaron con un sesgo marcadamente conservador y la imagen de Corbyn fue vilificada en algunos tabloides de derecha, piezas fundamentales en la campaña pro-Brexit de 2016. The Guardian reportó que incluso el día de la elección algunos medios mandaron alertas de celular tendenciosas. Los laboristas llevaron a cabo una campaña novedosa y extraordinaria en redes sociales, pero esto fue claramente insuficiente. Incluso dentro de las propias redes esta campaña fue neutralizada, probablemente por las políticas de anuncios de Facebook que permiten difundir falsedades y por el uso de fake news por parte de los conservadores.

3.– ¿Qué sigue?

Reino Unido saldrá de la Unión Europea el próximo año; lo único que queda por ver a estas alturas es el tipo de salida que ejecutará Johnson. El resultado, cualquiera que sea, tendrá consecuencias negativas para la economía y para el nivel de vida en ese país, y determinará, para mal, las perspectivas laborales de las generaciones más jóvenes.

También es previsible que Reino Unido se despedida de la austeridad. Johnson ha prometido terminar con esta terrible política neoliberal que su propio partido diseño e implementó. Dado que esta es una de sus principales promesas, habrá un giro en este sentido. Sin embargo, es difícil ver cómo podrá gastar más en un escenario postbrexit tan complicado.

Empoderado, el Partido Conservador buscará, sin mayores contrapesos, remodelar la cara de la sociedad y de la economía de Reino Unido. Una primera víctima podría ser la BBC, a quien Boris Johnson le tiene especial tirria. La que desde afuera es la imagen ejemplar de medio público tendrá que enfrentar golpes directos e indirectos por parte del gobierno británico.

Pero probablemente la consecuencia más inmediata de esta elección es el deseo explícito de Nicola Sturgeon, la primera ministra escocesa, de llevar a cabo un segundo referéndum en su país con el fin de preguntar a la gente si desean independizarse de Reino Unido. Sturgeon alega, con razón, que la aplastante victoria de su partido, identificado plenamente con la causa independentista, le da la legitimidad para hacerlo. A su favor juega también que la mayoría de quienes viven en Escocia votaron contra Brexit en 2016 y que ahora hay un pretexto inmejorable para preguntar a la gente si prefieren pertenecer a la Unión Europea o a Reino Unido.

Sturgeon y el SNP han sido contundentes. En los últimos días han dicho que el referéndum va, que Escocia no puede permanecer “prisionera” en Reino Unido y que Boris Johnson no puede decidir por la gente de Escocia. El problema para Sturgeon es que para realizar el referéndum que demanda se requiere de aprobación por parte del Parlamento Británico. Lo que sigue es de pronóstico reservado, pero todo apunta a que una batalla frontal está en ciernes.

Facebook: Antonio Salgado Borge

Twitter: @asalgadoborge

[1] https://www.independent.co.uk/news/uk/politics/general-election-results-pr-alternative-voting-system-tories-labour-hung-a9246661.html

Antonio Salgado Borge
Candidato a Doctor en Filosofía (Universidad de Edimburgo). Cuenta con maestrías en Filosofía (Universidad de Edimburgo) y en Estudios Humanísticos (ITESM). Actualmente es tutor en la licenciatura en filosofía en la Universidad de Edimburgo. Fue profesor universitario en Yucatán y es columnista en Diario de Yucatán desde 2010.

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