Author image

Julieta Cardona

25/08/2018 - 12:43 pm

Lo esencial

yo, de romántica empedernida, tengo hasta el nombre: julieta. el destino salvaje se me adhiere cual sanguijuela enamorada. es cosa normal, creo, o cómo le dices que no a una promesa de desvarío acompañado.

¿será mi nombre, mis orígenes, mi alma liviana, la extrañeza de cómo el dolor me entra por las piernas? Imagen: Saint-Exupéry

yo, de romántica empedernida, tengo hasta el nombre: julieta. el destino salvaje se me adhiere cual sanguijuela enamorada. es cosa normal, creo, o cómo le dices que no a una promesa de desvarío acompañado.

persigo, tengo, se me desborda, la necesidad por transitar algo inolvidable. ¿será mi nombre, mis orígenes, mi alma liviana, la extrañeza de cómo el dolor me entra por las piernas? a veces me da por querer irme a vivir a las vibraciones de luz alrededor de los colores que están a un paso de convertirse en otra cosa. la impermanencia y el movimiento me divierten porque jamás han envejecido, pero eso sí: me turban de nostalgia. ¿verdad que hay algo hermoso en apreciar la belleza de lo que está a punto de morir?

ir contra natura es algo que no he disfrutado pero siempre he hecho. además de romántica, soy estúpida sin remedio –cómo digo que no, cómo me ayudo– pero para mí, pelear a la contra siempre había sido parte del juego. ni qué decir de contestar Que no y no se hable más a las señales que la vida –o dios, o alguno de todos ellos, vaya usté a saber cuál– me escupía como lluvia ácida.

no es que me hiciera la ciega o la sorda. a decir verdad, vi clarita cada una de las señales, las escuché a tres mil años luz, solo que dije Que no y no se hable más. eso hace la juventud, ¿no? sientes que mereces todos los sí del mundo. y así te andas, de este a oeste, creyendo que la suerte es inagotable como las ondas que nos visitan desde galaxias vecinas.

y, bueno, no es que ahora y después de tanto tiempo, esté haciendo todo al revés y haya castigado a mi espíritu indómito. no. es que amar en tiempo presente me ha mostrado clarito que la tierra me sostiene los caminos. y que hay que andar con los oídos destapados, no vaya a ser que en una desas, un color se vuelva un principito que se estacione en tu planeta y te diga de pronto: «es muy sencillo: solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos».

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video