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Guerra entre cárteles causa el desplazamiento de comunidades enteras de Zirándaro, Guerrero

25/11/2019 - 9:19 pm

El 10 de noviembre hubo enfrentamientos en San Rafael, Los Guajes, La Cañita, Los Alacranes, El Pino y La Parota del Cuartel, informan desplazados. En San Rafael los hombres están atrincherados desde ese día para impedir la entrada de los sicarios que pretenden desalojarlos.

Por Zacarías Cervantes

Zirándaro, Guerrero, 25 de noviembre de 2019 (ElSur).- Grupos delictivos que se disputan el territorio provocaron el desplazamiento de comunidades enteras en el municipio de Zirándaro. En algunas localidades sólo quedaron casas con techos y paredes agujereados a balazos. En sus patios y corrales merodean, entre cartuchos percutidos, perros, pollos y chivos hambrientos en busca de comida y en espera de sus dueños.

La mayoría de las familias que huyeron de la violencia se refugiaron en la cabecera municipal y Guayameo.

Tal situación pudo verificarse en un recorrido por la zona el viernes por una caravana de reporteros de diferentes medios de comunicación, acompañados por el auxiliar de la delegación de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Guerrero (Codehum) en la Tierra Caliente, Rubén Candia Silva, el presidente municipal de partido Morena Gregorio Portillo Mendoza, y efectivos de la Guardia Nacional al mando de Hugo Benítez Flores y de la Policía Estatal.

Los pueblos con mayor desplazamiento de familias son San Rafael, Los Guajes, La Cañita, Los Alacranes, El Pino y La Parota del Cuartel, donde el 10 de noviembre hubo enfrentamientos y en donde desde hace tres meses las escuelas de todos los niveles están cerradas y tampoco tienen servicio de salud porque los maestros, médicos y enfermeras abandonaron sus labores por miedo a la violencia.

Una mujer del Limoncito, refugiada en Guayameo, contó que el 10 de noviembre hombres armados les dieron una hora a las 10 familias de la localidad.

“Nos salimos todos, algunos sólo cargando a sus hijos”. Narró que salieron a las 9 de la noche en una camioneta, después de que les mandaron decir con un chamaco que tenían una hora para abandonar sus casas. “Nos tuvimos que salir a tientas con lo que pudimos, con ropa nada más”. El viaje lo hicieron de las 9:00 a las 11:00 de la noche del Limoncito a Guayameo.

Dijo que ahora está “arrimada” en una casa de Guayameo, “en donde nos alimentamos de lo que nos dan y con despensas que nos manda el Ayuntamiento”. Además, aclaró que “de todos modos casi ni comemos por la misma angustia”.

Agregó que su preocupación son sus hijos que permanecen en San Rafael, “y quiero ir a sacarlos para que yo esté en paz”.

Demandó: “Le pedimos apoyo al Gobierno para que podamos regresar a nuestra tierra. Por favor, estamos angustiados, sin poder comer ni dormir”.

Dijo que en su casa dejó sus marranos y gallinas, que son su único patrimonio, “y quiero ir a sacarlos, o que si se puede que nos regresen con seguridad, aunque no sabemos qué vaya a pasar”.

DESPLAZADOS EN GUAYAMEO 

En Guayameo se encuentran familias desplazadas de La Piedra, Las Guacamayas, Las Juntas, Los Alacranes, El Limoncito, El Pino, El Ídolo y El Cundancito.

Los Alacranes, ubicada a dos horas y media de Zirándaro, es una de las localidades donde salieron desplazadas el total de las 33 familias. Los techos y paredes de las casas se ven agujereadas a balazos. En las calles y patios se observan montoncitos de casquillos percutidos.

En los patios, se vieron merodear a los perros hambrientos en busca de comida y en espera de sus dueños, pollos que aleteaban y cacaraquean encerrados en jaulas, sin posibilidad de salir a buscar su alimento.

En esta localidad se centró el tiroteo el 10 de noviembre, y en seguida fue ocupada por el grupo delincuencial atacante.

Los efectivos de la Guardia Nacional entraron a una de las casas y encontraron cartuchos útiles, casacas y pantalones tipo militar, cuatro Ipad, radios de comunicación y teléfonos celulares, así como agua caliente y comida recién hecha como para siete personas.

En guardia de día y de noche, 120 hombres armados para prevenir un nuevo ataque

En San Rafael, a media hora de Los Alacranes, el viernes había pobladores atrincherados en la entrada del pueblo y el 10 de noviembre hicieron frente a integrantes del grupo delictivo que pretendió entrar a desalojarlos.

Desde entonces los aproximadamente 120 hombres adultos montan guardias día y noche y acordonaron el pueblo con vigilantes en los cerros para prevenir un nuevo ataque.

En este pueblo hubo un muerto en el enfrentamiento, dos personas más resultaron lesionadas.

El Comisario Municipal, contó que las amenazas siguen, “dicen que nos van a venir a acabar porque quieren nuestras tierras, quieren nuestro ganado y la cosecha que tenemos”, denunció.

Explicó que les interesa este pueblo porque de aquí salen “miles de toneladas de maíz”, y están a punto de cosechar, pero también porque es un pueblo ganadero, “el ganado es lo que nos hace fuertes aquí”, dijo.

Denunció que el grupo delictivo que quiere desplazarse les está cobrando 150 pesos por cabeza de ganado a cada ganadero. También les cobran una multa de mil pesos al que encuentran cortando leña.

La intención es que la gente utilice gas en vez de leña para cocinar porque el grupo delictivo es el que surte el gas en estos pueblos.

Añadió también que después de que por las presiones cerraron las instalaciones de la Coca Cola en Ciudad Altamirano, el grupo delictivo es el que surte el producto y que una botella de dos litros y medio se los vende en 50 pesos, “por eso a la empresa no les afecta en nada, ella sigue vendiendo, no les preocupa nada, a nosotros sí”, se quejó.

Añadió que la causa de que quieren entrar, “es para someternos por completo a sus leyes”, y declaró que las amenazas les llegan por las redes sociales”. Aseguró que les advirtieron que van a entrar y que el que no quiera sumarse a sus leyes, lo va a matar.

El comisario dijo que el 10 de noviembre quisieron cumplir su amenaza pero no pidieron.

Contó que el lunes, un día después del enfrentamiento, llegaron soldados del 34 Batallón de Infantería de Ciudad Altamirano y elementos de la Policía Estatal y Ministerial, pero se quedaron lejos de la entrada del pueblo, “no quisieron entrar, dijeron que ya todo estaba bien aquí y se fueron”.

“Que más evidencias quieren, ¿hasta que ya no haya gente en San Rafael?, ¿hasta que estemos todos muertos, o qué es lo que quieren para que tengan evidencias?, reprochó el comisario en referencia al señalamiento del gobierno estatal de que no hay evidencias de los enfrentamientos y deslazamientos.

PIDEN AL GOBERNADOR SEGURIDAD EN SUS COMUNIDADES

En las primeras casas de este mismo pueblo, había mujeres que recibieron a la caravana con pancartas reclamando apoyo a las autoridades: “Sr. Gobernador Astudillo necesitamos seguridad en nuestras comunidades. Tierra Caliente se está desangrando”, se leía en una de ellas. “No más desalojos de familias, estamos perdiendo todo nuestro patrimonio por miedo a que nos maten”, escribieron en otra.

A su vez, las protestas verbales fueron en cascada y atropelladamente. “Tenemos miedo, queremos que nos manden Gobierno”, gritó una mujer.

Otra más le arrebató la palabra: “Que no digan que aquí no está pasando nada porque sí pasa, estamos aterrados por lo que estamos viviendo”.

Una señora que portaba una pancarta que decía: “El municipio de Zirándaro se encuentra en crisis humanitaria”, reprochó: “Nuestros maridos han dejado de trabajar para cuidar al pueblo, muchos están enfermos de dengue y tos por el frío y las desveladas porque están cuidando desde los filos para que no nos hagan lo que les han hecho a otros pueblos”.

Uno de los hombres explicó que en los otros pueblos, llegan y despojan de todo a las familias; de su ganado, de sus casas, de su cosecha, de sus carros y después los desplazan, “así quieren hacer aquí, quieren desplazar a las personas que más tienen”.

Agregó que “no pedimos más, sólo paz y tranquilidad en el pueblo, no queremos desorden”.

Igual que en las otras cinco localidades, en San Rafael desde hace tres meses se encuentran cerradas las escuelas de todos los niveles, tampoco cuentan con servicios de salud porque los médicos y enfermeras abandonaron la comunidad.

Una ama de casa se quejó de que a partir del 10 de noviembre tampoco suben los carros repartidores de productos y las tiendas están desabastecidas.

Los pobladores denunciaron que el servicio de transporte se suspendió desde hace tres semanas, contaron que antes bajaban tres pasajeras a Altamirano “y ahora no baja ninguna por temor de que les hagan algo en el camino, no hay pasadera para ningún lugar, desde hace tres meses nadie baja”, aseguró una mujer.

A pesar de la situación de riesgo en que se encuentra, en San Rafael también han recibido a personas desplazadas de otras comunidades cercanas, una de ellas La Piedra, donde la violencia comenzó desde hace dos años, y desde entonces están cerradas la escuela secundaria, primaria y preescolar, aseguró una vecina de aquél pueblo.

Un empresario de Guayameo que se encarga del rastrilleo de los caminos y que se encontraba entre los pobladores de San Rafael, contó que le da “tristeza y pena” que cuando apenas va rastrillando una carretera, la gente del pueblo se sale.

Declaró que solamente entre el 9 y 11 de noviembre contó 17 camionetas llenas de gente con maletas y niños que venían desplazados de varios pueblos de la parte alta de San Rafael, uno de ellos Los Parajes.

“Hace días fui a Los Parajes a rastrillar su carretera, y qué pasó?, que cuando llegué las familias ya no estaban, se bajaron para Guayameo, sólo un viejo se quedó a cuidar su casa, su ganado y sus tierras”, dijo.

En tono nostálgico añadió que hace dos años cuando llegaba a San Rafael se quedaba a dormir y a cenar en la casa de un amigo, “y hoy que vine me encuentro con que su familia ya no está, se fue, y él se quedó solito a cuidar su casa”.

Dirigiéndose a los elementos de la Guardia Nacional, clamó: “Por favor, échenle la mano a esta gente que lo necesita. Gobierno, por favor, escuchen el clamor de la gente, no sean ciegos, vean lo que está pasando, tengan corazón”.

Los pobladores informaron que el grupo que quiere desplazarlos se hace llamar Cárteles Unidos, y que han ubicado a Salvador Navarro, El Zarco, como el que encabeza a los pistoleros. Aseguraron que vía radio, cuando lanzan las amenazas escuchan cuando dice que él es aliado del gobierno, “¿entonces de quién y de dónde nos vamos a agarrar nosotros para tener confianza?, reprochó una señora joven.

Reportes de las autoridades mencionan que esta es una zona de enfrentamientos entre la Familia Michoacana y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).

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