Ciudad de México, 26 enero (SinEmbargo).- Cuando el joven escritor de Ciudad Juárez Israel Terrón Holtzeimer (1982) obtuvo el Premio Binacional de Novela Joven Frontera Joven/Border of Words 2012 con su primera novela, Artemisa café, la vida no cambió radicalmente.
No comenzó a trasladarse en limusina ni a sufrir los avatares de la fama súbita. Por el contrario, el ganador del certamen literario convocado por el Programa Tierra Adentro de Conaculta, la Secretaría de Relaciones Exteriores y el CECUT, siguió cantando en su grupo de rock y ajustándose a la extrañeza de comenzar a ser considerado una nueva promesa de la literatura nacional.
Artemisa Café relata el surgimiento de una figura que pone a tambalear al país por el uso indiscriminado de la violencia, al frente de un grupo terrorista llamado Los Leopardos.
La novela cyberpunk de Israel narra una historia que sucede entre la capital del país y Ciudad Juárez, escenarios que son descritos por el autor a partir de la corrupción, violencia y secuestros, entre otras atrocidades que, de acuerdo con el libro, se registran en esos lugares en forma cotidiana.
A decir del joven escritor, que utilizó el seudónimo José Cuervo para participar del concurso donde el jurado estuvo formado por Guadalupe Nettel, Julián Herbert y Héctor Anaya, “es la primera novela que hago que cuenta con un principio y un final” y para la que le resultó de gran utilidad haber egresado de la carrera de psicología, tan intrincados como resultan algunos de sus personajes.
Israel Terrón vivía muy alejado del mundillo literario, del que desconocía casi todo, ahora escribe una novela total, larguísima, sobre la Segunda Guerra Mundial y ha comenzado a buscar editor, una aventura aciaga e impredecible con la que a diario se ven los escritores en nuestro país.
No escribe poesía ni cuento ni ensayos. Mucho menos reportajes periodísticos. Lo suyo son las novelas, según revela en una entrevista con SinEmbargo.
– Parece que olvidaste ya la violencia y el terrorismo de Artemisa Café y te has puesto a escribir algo totalmente distinto…
– Sí, escribo una novela sobre los pilotos de la Segunda Guerra Mundial, que es un tema que me interesa mucho. De niño siempre quise ser piloto y los de la Royal Air Force o los de la Luftwaffe era muy jóvenes, apenas si llegaban a los 20 años, por los que se me hicieron muy padres sus historias. Me está quedando muy larga la novela, casi como de cuatro tomos. No es tan oscura ni tan tétrica como Artemisa Café, es un poco más juvenil, diría.
– Una novela histórica, además…
– No, es una historia ucrónica porque se desarrolla en 1999 y se supone que la Segunda Guerra Mundial nunca terminó. Cada tomo corresponde a una estación de ese año, tiene muchos personajes y es una de las novelas más ambiciosas en las que me he involucrado.
– ¿Te viene de familia esto de escribir?
– Soy un bicho raro en mi familia. Todos son muy normales, muy aterrizados y la única que lee mucho es mi madre, pero la verdad es que no hay músicos ni escritores en nuestra historia. Ni mis hermanas ni mis primos leen, soy el único loco.
– ¿Cómo vivieron tu primer premio literario?
– Bien, sobre todo mi madre, que se puso incluso más feliz que yo y comenzó a regalar ejemplares de la novela a toda la familia y a muchos vecinos.
– ¿Cómo es vivir en Ciudad Juárez para un chico joven con tantas inquietudes artísticas?
– Hace poco publiqué en mi muro de Facebook la siguiente leyenda: Juárez, te amo, pero me pones muy triste. Sí hay oportunidades, hay trabajo, la vida aquí podría decirse que es de nivel alto, las cosas que en el centro son complicadas como comprarte tu primer carro, por ejemplo, en Ciudad Juárez son más sencillas. Es un lugar muy noble con personas nobles que te ofrecen todo, pero que al mismo tiempo no satisface todas tus expectativas. Estoy pensando en irme al DF o a Europa. Estoy escribiendo una novela cuya historia transcurre entre Francia y Alemania, que son lugares que desconozco. Todo sale de mis lecturas, pero no de mi experimentación real. En Ciudad Juárez no existe prácticamente un movimiento cultural.
– ¿Y el tema de la violencia?
– Cuando se dio el máximo pico de violencia en Ciudad Juárez, yo justo estaba haciendo prácticas en el Hospital de Pediatría del DF. Un fin de semana que volví encontré a la ciudad histérica, enloquecida, nadie quería salir de sus casas, a un profesor de mi universidad lo habían asesinado…en fin, total que en medio de ese caos comenzó a crearse Artemisa Café, mi manera de preguntarme qué pasaría si esa violencia de Ciudad Juárez se trasladara a la capital del país. Mi novela fue catalogada como una narconovela, pero no estoy de acuerdo. El narcotráfico no es el tema, sino el terrorismo. Está inspirada en el Comandante Marcos aunque la estrategia de los zapatistas no tiene nada que ver con el terrorismo, leí mucho sobre la ETA en España, sobre Sendero Luminoso en el Perú…
– Es que si hablas de Juárez, inmediatamente se relaciona con el narco…
– Es como una especie de cliché. Si eres de Ciudad Juárez, entonces haces narcovelas. Nací en realidad en Veracruz, pero desde muy pequeño me trajeron aquí y esta es mi casa. Es una ciudad a la que siempre voy a volver, donde están mis amigos, mi familia, además me encanta el frío y no hay sitio más frío que Ciudad Juárez.
