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Migrantes caminan hacia Oaxaca tras horas de tensión: cientos de policías de la PF los bloquearon

27/10/2018 - 11:52 am

El Presidente Enrique Peña Nieto anunció el viernes lo que llamó el plan “Estás en tu casa”, que ofrece albergue, atención médica, escuela y empleo para los migrantes en los estados sureños de Chiapas y Oaxaca si solicitan refugio, llamándolo un primer paso para obtener el estatus de refugiado permanente.

Sin embargo, la mayoría de los migrantes centroamericanos estaban firmes en su negación a aceptar cualquier cosa menos que pasaje seguro a la frontera con Estados Unidos.

“¡Gracias!”, gritaron en la plaza central de Arriaga, pero “¡no, nos vamos para el norte!”.

Sentado al borde de la plaza, Oscar Sosa, de 58 años y natural de San Pedro Sula, Honduras, dijo que su objetivo no es seguir en México, sino llegar a territorio estadounidense. “Queremos un pasaje, eso es todo”.

Por Christopher Sherman

Arriaga, México, 27 de octubre (AP).— Cientos de policías federales mexicanos con escudos de plástico bloquearon por dos horas el paso rumbo a Estados Unidos a la caravana de centroamericanos, después de que miles de migrantes no aceptaron la oportunidad de solicitar asilo como refugiados y obtener un paquete de beneficios de México. La caravana, sin embargo, continúa su paso de Chiapas hacia Oaxaca.

El Presidente Enrique Peña Nieto anunció el viernes lo que llamó el plan “Estás en tu casa”, que ofrece albergue, atención médica, escuela y empleo para los migrantes en los estados sureños de Chiapas y Oaxaca si solicitan refugio, llamándolo un primer paso para obtener el estatus de refugiado permanente.

Antes del anuncio, las autoridades dijeron que más de mil 700 de los migrantes habían solicitado estatus de refugiados, mientras que cientos más aceptaron viajes gratuitos en autobús para regresar a Honduras.

Una guatemalteca ducha a su hijo en un fregadero al exterior, en la propiedad de una iglesia que ofrece seguridad, comida donada, juguetes y ropa a las mujeres migrantes con hijos en Arriaga, México, el 26 de octubre de 2018. Foto: Rebecca Blackwell, AP

Pero tras una de las jornadas más largas de caminata, la mayor parte de la caravana mostró su rechazo a aceptar nada que no sea un pasaje seguro hasta la frontera en una bulliciosa votación oral.

Sin embargo, se llegó a un punto muerto cuando la Policía Federal bloqueó la carretera citando un operativo en curso para detener la caravana. Miles de migrantes esperaban avanzar, jurando continuar con su largo camino hacia la frontera con Estados Unidos.

En una reunión dirigida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México, la policía dijo que reabriría la carretera y sólo quería la oportunidad para que las autoridades federales explicaran la oferta a los migrantes, quienes la habían rechazado la noche previa. Los migrantes señalaron que la carretera no era lugar para negociar y dijeron que querían llegar bien por lo menos a la Ciudad de México para discutir el tema con los legisladores mexicanos.

Acordaron informar a sus respectivas partes y dijeron que se volverían a reunir.

Orbelina Orellana, una migrante de San Pedro Sula, Honduras, dijo que ella y su esposo dejaron a tres niños atrás y habían decidido continuar hacia el norte como fuera.

“Nuestro destino es llegar a la frontera”, dijo Orellana.

Desconfiaba de la propuesta del Gobierno y dijo que algunos hondureños que habían aplicado para el estatus legal ya habían sido rechazados. No se pudo verificar su afirmación, pero en las conversaciones los representantes de los migrantes pidieron al Gobierno mexicano proporcionar una lista de quiénes habían sido obligados a volver.

El migrante hondureño Sergio Cáseres, de 40 años, quien perdió su capacidad de caminar hace 20 años tras un accidente doméstico, descansa a un lado de su silla de ruedas mientras la caravana de migrantes centroamericanos se detiene para pasar la noche en Arriaga, México, el viernes 26 de octubre de 2018. Foto: Rebecca Blackwell, AP

El encuentro sucedió tras uno de los días más largos de caminata en que los refugiados iban colgados de camiones que pasaban en un trayecto de 100 kilómetros (60 millas) a la ciudad de Arriaga.

La mayoría de los migrantes estaban firmes la tarde del viernes en su negación a aceptar cualquier cosa menos que pasaje seguro a la frontera con Estados Unidos.

“¡Gracias!”, gritaron en la plaza central de Arriaga, pero “¡no, nos vamos para el norte!”.

Sentado al borde de la plaza, Oscar Sosa, de 58 años y natural de San Pedro Sula, Honduras, dijo que su objetivo no es seguir en México, sino llegar a territorio estadounidense. “Queremos un pasaje, eso es todo”.

A la caravana aún le faltan unos mil 600 kilómetros (mil millas) para llegar al paso fronterizo más cercano, en McAllen, Texas, pero el recorrido podría duplicarse si los migrantes se encaminan al paso de Tijuana-San Diego, el destino al que llegó una caravana más pequeña a principios de año. En esa ocasión sólo unas 200 personas lograron su objetivo.

Este tipo de caravanas suelen celebrarse de forma regular, aunque a una escala menor, desde hace años, pero el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se aprovechó del fenómeno este año.

El Pentágono aprobó una solicitud el viernes para el envío de tropas adicionales a la frontera sur, probablemente de varios cientos, con el fin de ayudar a la Patrulla Fronteriza mientras Trump pretende aprovechar los temores hacia los migrantes y la caravana para convertirlos en ganancias electorales en los comicios legislativos del 6 de noviembre.

Un niño se pone una máscara de diablo que compró en una tienda local, cuando la caravana de migrantes centroamericanos se detiene para pasar la noche en Arriaga, México, el viernes 26 de octubre de 2018. Foto: Rebecca Blackwell, AP

El Secretario de Defensa Jim Mattis aprobó la solicitud de ayuda que le hizo el Departamento de Seguridad Nacional y autorizó al personal militar a que determine detalles como el tamaño, la composición y el costo aproximado de los emplazamientos, según un funcionario federal que habló a condición de guardar el anonimato con el fin de poder declarar sobre los planes que no han sido anunciados públicamente.

Azuzando temores acerca de la caravana y la migración con el fin de animar a los votantes republicanos, el Presidente ha insinuado que pandilleros y “personas de Oriente Medio” están entremezclados en el grupo, aunque posteriormente reconoció que no tenía pruebas de ello.

Un coordinador de la caravana dijo que el sábado partirían de nuevo antes del amanecer rumbo a Tapanatepec, a unos 46 kilómetros (29 millas), en el estado de Oaxaca.

El Gobierno de México les ha permitido a los migrantes avanzar caminando, pero no les ha proporcionado alimentos, albergues ni baños, reservándose su ayuda para los que solicitan refugio.

La policía también ha estado obligando a los migrantes que pagaron boletos de autobús a descender de ellos, haciendo valer una oscura norma de un seguro de carreteras para dificultarles viajar de esa forma.

Las autoridades también se enfocaban en grupos pequeños que intentan alcanzar a la caravana principal, deteniendo a unos 300 hondureños y guatemaltecos mientras caminaban en una carretera tras cruzar la frontera de México, dijo un funcionario del Instituto Nacional de Migración (INM).

Los migrantes, que a diario ingresan a México, suelen viajar en camiones o autobuses de contrabandistas, o caminan de noche para evitar ser detectados. El hecho de que este grupo avance a plena luz del día deja entrever que estaba adoptando las estrategias de la caravana, que es lo suficientemente grande como para caminar abiertamente sin temor a que haya detenciones masivas.

Sin embargo, parece que ahora las autoridades migratorias detendrán a los grupos pequeños, lo que impedirá que engrosen las filas de la caravana.

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