Galileo

La desigualdad racial y la COVID, en EU: mueren 3 veces más negros, hispanos e indígenas que blancos

31/01/2021 - 11:00 am

Una disparidad racial en la vacunación contra la COVID-19 comienza a vislumbrarse en los datos de EU, según una investigación de AP. La desconfianza, la brecha digital y las barreras lingüísticas o el temor a la deportación forman parte de las posibles causas por las que afroamericanos e hispanos aún concentran una gran proporción de los no vacunados en el país vecino.

Por Carla K. Johnson, Angeliki Kastanis y Kat Stafford

Los Ángeles, 31 de enero (AP).- En Estados Unidos, los afroamericanos, hispanos y los indígenas norteamericanos están muriendo a una tasa tres veces la de los blancos, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés). La actual campaña de vacunación por el coronavirus muestra también una brecha racial: la población afroamericana está a la zaga de los blancos en muchas zonas, muestra un análisis de The Associated Press.

Debido a los temores de deportación, existe también desconfianza entre los hispanos, lo que está socavando los esfuerzos de vacunación en esa comunidad, aparte de la barrera del idioma, dicen los activistas.

Un examen preliminar de los 17 estados y dos ciudades que han dado a conocer un desglose racial de las vacunaciones hasta el 25 de enero concluyó que los afroamericanos en todos los lugares están siendo vacunadas a niveles por debajo de su proporción en la población, en algunos casos significativamente por debajo.

Un examen preliminar de los 17 estados y dos ciudades que han dado a conocer un desglose racial de las vacunaciones hasta el 25 de enero concluyó que los afroamericanos en todos los lugares están siendo vacunadas a niveles por debajo de su proporción en la población. Foto: Gerry Broome, AP

Eso ocurre pese a que los afrodescendientes constituyen un porcentaje mucho mayor de los trabajadores de salud en el país, que fueron colocados en el inicio de las filas para recibir inyecciones cuando comenzó la campaña a mediados de diciembre.

Por ejemplo, en Carolina del Norte, las personas de color representan 22 por ciento de la población y 26 por ciento de los trabajadores de salud, pero son solamente 11 por ciento de los que han recibido vacunas hasta ahora. Los blancos, una categoría en la que el estado incluye a blancos hispanos y no hispanos, son el 68 por ciento de la población y el 82 por ciento de los vacunados.

La brecha racial en las vacunaciones es sumamente preocupante, dado que el coronavirus ha causado un saldo desproporcionalmente mayor de enfermedad severa y muertes entre la población de color en Estados Unidos, donde la pandemia ha matado a más de 430 mil personas.

“Vamos a ver una ampliación y exacerbación de las inequidades raciales en salud que existían ya antes de la pandemia y empeoraron durante la pandemia si nuestras comunidades no acceden a la vacuna”, dijo el doctor Uché Blackstock, un médico de emergencias en Nueva York y director general de Advancing Health Equity, un grupo de activismo que lidia con sesgos y desigualdad.

Los expertos dicen que varios factores pudieran estar impulsando la disparidad emergente, incluso una profunda desconfianza de la comunidad afroamericana en el establishment médico debido a una historia de discriminación, acceso inadecuado a la vacuna en barrios de color y una brecha digital que pudiera dificultar obtener información crucial. Las inscripciones para vacunas se están realizando mayormente en internet.

“Es exasperante y difícil”, dijo la doctora Michelle Fiscus, que dirige el programa de vacunación en Tennessee, estado que ha aumentado al doble las dosis enviadas a algunas áreas rurales fuertemente azotadas, pero que ha encontrado la arraigada desconfianza de algunos residentes de color.

Los expertos dicen que varios factores pudieran estar impulsando la disparidad emergente, incluso una profunda desconfianza de la comunidad afroamericana en el establishment médico. Foto: Cortesía de Thomas A. LaVeist vía AP

“Tenemos que trabajar muy arduamente para reconstruir esa confianza y vacunar a esas personas”, dijo Fiscus. “Están muriendo. Están siendo hospitalizadas”.

Los hispanos también andan a la zaga en las vacunaciones, pero sus niveles son más cercanos a las expectativas en la mayoría de los lugares estudiados. Como promedio, los hispanos son más jóvenes que el resto de los estadounidenses y las vacunaciones no han sido abiertas aún para los jóvenes.

Sin embargo, varios estados donde las comunidades hispanas fueron particularmente golpeadas por el virus aún no han reportado cifras, notablemente California y Nueva York.

El Presidente Joe Biden está tratando de ofrecer más igualdad en el lanzamiento de la campaña de vacunación que heredó del Gobierno de Donald Trump. El Gobierno de Joe Biden está alentado a los estados a mapear y apuntar a los barrios vulnerables usando herramientas como el índice de vulnerabilidad social de los CDC, que incorpora datos sobre raza, pobreza, viviendas atestadas y otros factores.

“Vamos a dar pasos adicionales para llegar a las personas más difíciles de alcanzar y ese trabajo se está haciendo ahora”, dijo la doctora Marcella Marcella Nunez-Smith, que dirige la fuerza especial de Biden para la COVID-19.

La mayoría de los estados no han dado a conocer aún datos raciales sobre los vacunados. Incluso en los estados que dieron desgloses, los datos a menudo son incompletos, con ausencia de muchos detalles sobre raza. Sin embargo, la información ausente no es suficiente en la mayoría de los casos para cambiar el panorama general.

Los datos provinieron de Alaska, Colorado, Delaware, Florida, Indiana, Maryland, Mississippi, Nebraska, Nueva Jersey, Carolina del Norte, Ohio, Oregon, Tennessee, Texas, Vermont, Virginia y Virginia Occidental, además de dos ciudades: Filadelfia y Chicago.

Personas hacen fila con sus vehículos en un centro de vacunación contra la COVID-19 afuera de The Forum, en Inglewood, California. Foto: Damian Dovarganes, AP

El análisis de la AP encontró que los blancos generalmente están siendo vacunados a tasas cercanas o mayores que lo esperado en la mayoría de los estados examinados.

Al inicio, los trabajadores de salud y residentes de hogares de cuidados a largo plazo recibieron prioridad para las inyecciones en Estados Unidos.

En las últimas dos semanas, muchos estados abrieron la elegibilidad para un grupo más amplio de ancianos y más trabajadores en la línea del frente contra la pandemia, lo que pudiera reducir aún más la proporción relativa de afroamericanos siendo vacunadas. La población mayor de 65 años en Estados Unidos es más blanca que las de otras edades.

Entre las conclusiones del análisis:

– En Maryland, la población de color representa 30 por ciento de la población y 40 por ciento de los trabajadores de salud, pero apenas 16 por ciento de las personas vacunadas hasta ahora. Las personas blancas, que en los datos del estado incluyen a los blancos hispanos, constituye 55 por ciento  de la población y 67 por ciento de los vacunados. Los hispanos de cualquier raza son 11 por ciento de la población y 5 por ciento de los vacunados.

– En Filadelfia, las personas de color son 40 por ciento de la población, pero apenas 14 por ciento de los vacunados hasta ahora en la ciudad. Los hispanos son 15 por ciento de la población y 4 por ciento de los vacunados.

– En Chicago, los afrodescendientes son 30 por ciento de la población, pero solamente 15 por ciento de los vacunados hasta ahora. Con los hispanos, los números son 29 por ciento versus 17 por ciento.

La campaña de vacunación ha sido más lenta y ha tenido más problemas que lo que se esperaba. Muchos estadounidenses de todas las razas han pasado trabajos para recibir la vacuna porque los suministros son limitados. En total, aproximadamente 7 por ciento de las personas en Estados Unidos han recibido al menos una dosis, pero hay otros problemas que demoran la vacunación entre los estadounidenses de color y otros grupos, dicen los expertos.

La campaña de vacunación ha sido más lenta y ha tenido más problemas que lo que se esperaba. Muchos estadounidenses de todas las razas han pasado trabajos para recibir la vacuna porque los suministros son limitados. Foto: John Locher, AP

En algunos barrios de color nadie se ha registrado para las vacunas.

“Lo hemos escuchado una y otra vez: muchos afroamericanos quieren recibir la vacuna de su médico o en su clínica local, porque son ellos en quienes confían”, dijo el doctor Thomas Dobbs, un funcionario de salud en Mississippi.

Luisiana está usando la herramienta de los CDC para ubicar barrios vulnerables sin sitios de vacunación y entonces reclutando a vacunadores en esos barrios, dijo el doctor Joseph Kanter, del departamento de salud del estado.

Otras estrategias en curso en algunos estados: proveer transporte para que la gente pueda llegar a tiempo a sus citas y alcanzar a personas varadas en casa vía unidades móviles de vacunación.

Para responder al problema de la desconfianza, Thomas LaVeist, decano de Facultad de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad Tulane en Nueva Orleans, está reclutando a afroestadounidenses notables para promover la vacunación. La campaña, llamada “La piel que tienes”, produjo un video del artista local de hip-hop Big Freedia que demuestra en tono jocoso cómo usar las mascarillas.

Aunque LaVeist le da crédito al Gobierno federal previo por respaldar el desarrollo de las vacunas, dijo que nombrar el proyecto Operation Warp Speed (Operación Velocidad de Warp) fue una decisión “desastrosa” porque enfatizo la velocidad, no la revisión científica cuidadosa.

“Entiendo totalmente la desconfianza”, dijo LaVeist, que recibió su primera dosis el lunes. “Pero tienes que considerar el riesgo de COVID versus el riesgo de la vacuna. Es una enfermedad devastadora y ha impactado desproporcionalmente más a los afroestadounidenses. Eso es lo que sabemos”.

Muchos afroamericanos y otras personas no blancas están dando pasos para asegurarse de que sus comunidades reciben la vacuna, incluso la trabajadora de salud de Detroit Sameerah Singletary, quien recibirá pronto su inyección.

Más de mil 700 residentes de la mayor ciudad con mayoría de color en el país han muerto por el virus, incluso algunos de los amigos y la madrina de Singletary, pero ella sabe que muchos se niegan a vacunarse.

“Creo que existe un trauma colectivo entre las personas de color, incluso en Detroit, de que a mucha gente no le queda nada que perder”, dijo Singletary. “Están tan traumatizadas que no les importa, porque el virus es solamente una cosa mala más”.

Sin embargo, añadió: “Siento que debemos participar en nuestra curación”.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video