Karma digital; ¿puede un juego de video volverte vegetariano?

01/09/2015 - 12:00 am
Una vaca pixelada y cadáveres que cuelgan son suficientes para reflexionar sobre la producción de carne. Foto: That Cow Game
Una vaca pixelada y cadáveres que cuelgan son suficientes para reflexionar sobre la producción de carne. Foto: That Cow Game

Ciudad de México, 1 de septiembre (SinEmbargo).- En el mundo de los juegos de video la representación de la violencia humana es, al mismo tiempo, un asunto de glorificación como de rechazo, el cual desde hace algunos años ha dado pie a numerosas discusiones. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando la responsable de la violencia es una vaca? No se trata de una metáfora. Se trata del juego titulado “That Cow Game” (Ese juego de la vaca) en el que el jugador controla a un bovino y seres humanos son enviados al matadero.

Alexey Botkov, creador del juego y parte del estudio Frogshark, participó en una competencia Ludum Dare donde los diseñadores tenían 48 horas para crear un juego por sí mismos con el tema: “Tú eres el monstruo”.

El resultado fue acorde a las expectativas y, si se tienen presentes formulas bastante socorridas en las que los juegos utilizan como modelo la historia de Jekyll y Hyde u otros que le dan un propósito siniestro o colocan al jugador en el papel de antihéroe en la búsqueda de un mal más grande, el juego de Botkov es definitivamente una incursión en algo nuevo, publicó la revista Popular Science.

“La idea del proyecto se desató a partir de una multitud de conversaciones que he tenido con mis amigos acerca de la producción de carne, la agricultura industrial [y] la relación de la humanidad con los animales en los tiempos modernos”, dice el desarrollador neozelandés. “Hay casi 3 mil presentaciones y en muchos de ellos que controlas un monstruo de algún tipo. Quería el tema para llevarlo a una cualidad autorreflexiva para el jugador en lugar de una representación literal en el juego”, agrega.

Cuando se invierten los papeles en la prodcción de productos cárnicos, el resultado puede ser perturbador. Foto: Cuartoscuro
Cuando se invierten los papeles en la producción de productos cárnicos, el resultado puede ser perturbador. Foto: Cuartoscuro

Sin embargo, pese a que el tema sugiere grandes y grotescos detalles en el aspecto visual, en este rubro el título no resulta demasiado gráfico. Por el contrario, los detalles pixelados, minimalista e incluso similares a dibujos animados remiten más a que a Silent Hill, por ejemplo.

De manera intencional, Botkov hizo que los humanos en el juego fueran las únicas figuras flexibles y con movimiento. “El contraste en el imaginario es traído por la forma carnosa de los humanos rodeados por los bloques de maquinaria gris. Algunos depredadores carnívoros a menudo juegan con su comida y también los niños. En el juego tú puedes caminar y golpearte la cabeza con los cuerpos. Estos están colgados alrededor y es divertido de hacer en un sentido perverso. Quería eso para que fuera el sentimiento conflictivo. Se siente de alguna manera mal, pero es divertido y no es un sentimiento poco común. Las personas disfrutan del tabú”, dice Botkov, “jugar con fuego, robar cosas… y encontré eso relevante de alguna forma.”

Debido a la competencia, Botkov trabajó en un corto período de tiempo, por lo que el juego sin duda podría haber ido más lejos en un momento dado. “Si tuviera que añadir algo sería sonido y una variedad de voces procedentes de los seres humanos cuando te encuentras con ellos”, dice. “Además, no me propongo que esto sea un juego en un sentido tradicional donde haya que hacer cosas o lograr algo, sino más bien un espacio de juego que se puede navegar y decidir el significado de éste”.

El contraste de pixeles del fondo y los cuerpos que cuelgan invita a que el jugador reflexione. Foto: That Cow Game
El contraste de pixeles del fondo y los cuerpos que cuelgan invita a que el jugador reflexione. Foto: That Cow Game

La ausencia de cosas, por otra parte, lejos de resultar contraproducente, funciona a favor de Botkov. Así, la vaca (el personaje principal), sólo tiene la tarea de caminar de ida y vuelta a lo largo de la línea de montaje durante el tiempo que le lleva al usuario darse cuenta de que no hay nada que pueda hacer para afectar el proceso. Por otro lado, ya sea que dicho momento fuera diseñado de manera intencional o no, deja una sensación inquietante, incluso pánico, cómo de algo que se aproxima y nunca termina por llegar.

Sin embargo, lo que resalta, fuera del mundo virtual planteado por That Cow Game, es la opinión de Botkov sobre el hecho de comer carne.

“Yo como carne y soy un monstruo. En serio”, dice. “Más porque estoy consciente de los problemas y aún así soy cómplice. Supongo que [con el juego] estoy cuestionando mi propia relación con el asunto entero y tratando de averiguar cuáles son mis valores.”

Botkov dice que está obligado a muchas discusiones sobre el tema y que ha sido un instrumento útil para la reflexión. “Puede ser difícil mirarse a uno mismo y a sus propias acciones en la búsqueda de la comprensión. La creación de arte, sin embargo, tiene una cosa que tú has hecho y significa algo: tú puedes hacerte esas preguntas y buscar tus propias verdades que vienen de un lugar misterioso. Una cosa que puedo decir es que yo sé más, ahora, habiendo hecho el juego, que lo que sabía antes cuando todavía era un pensamiento en mi mente.”

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