Rock para no repetir el pasado: Eurídice, una banda mexicana

08/10/2015 - 12:06 am
La banda de rock Eurídice ya graba su segundo disco. Foto: Especial
La banda de rock Eurídice ya graba su segundo disco. Foto: Especial

Desde el cine, las artes plásticas y la historia del rock de acá, los integrantes de Eurídice apuestan por un futuro lleno de música

Ciudad de México, 8 de octubre (SinEmbargo).- “La banda está lista, o casi. Han trabajado duro para sonar como ningún otro grupo nacional o extranjero. Durante estos largos años cada uno ha perfeccionado su ejecución en el instrumento: guitarra, bajo, teclado, batería. El cantante en su voz y performance, al cual nadie ha visto más que sus compañeros, pues mantienen todo en secreto, ensayan a puerta cerrada”.

El cuento “La banda está lista”, que inicia el reciente libro One Hit Wonder, de Joselo Rangel, describe como nadie la síntesis de una banda de rock como Eurídice, con la sutil o gran diferencia que en lo que la literatura funciona como apunte de un fracaso anunciado –o de una maniobra que nunca el grupo se animó a concretar- en el grupo de Hari Sama, Javier Areán, Patricio Iglesias y Rodrigo de la Mora, constituye la existencia de un sonido real y potente.

En la juventud, estos cuarentones que ya peinan canas o lucen calvas primorosas, fueron parte de la experiencia La muerte de Eurídice. Ahora, con la asistencia de quien podría considerarse uno de los mejores bateristas en la historia del rock mexicano, el ex Santa Sabina Patricio Iglesias, vuelven con sus sonidos new wave y post punk para reinar en un presente donde el pasado amenaza con volver son sus peores ropajes.

Porque tocaron cuando era la dictadura y ahora en esta incipiente democracia mexicana tienen la esperanza de poder frenar todo lo que la política de la nostalgia y del atraso pretenden imponer para no avanzar, la banda regresa con el disco Entre el humo y la llamas y un video portentoso de reciente estreno, “Perdido en Moscú”.

El rock, la música, los regresos, fueron la sustancia de una charla amena llevada a cabo con el grupo en su sala de ensayo y en la que estuvo ausente con aviso el guitarrista Rodrigo de la Mora.

Aquí vamos.

Con el guitarrista Rodrigo de la Mora ausente con aviso, Sama, Iglesias y Areán, hablan con SinEmbargo. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Con el guitarrista Rodrigo de la Mora ausente con aviso, Sama, Iglesias y Areán, hablan con SinEmbargo. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

UN CINEASTA, UN PINTOR, UN BATERISTA

“Todo empezó porque a los 15 años teníamos una banda que se llamaba La muerte de Eurídice. Nos separamos, mantuvimos la amistad y hace unos tres años Hari me llamó para volver a formar la banda. Se creó así una especie de pasión afortunada. Con la experiencia acumulada y las distintas cosas que hace cada uno, pudimos formar una buena combinación que ha tenido muy buen resultado” (Javier Areán, bajo y voz)

“Me gusta mucho el cine y no tengo en el panorama la idea de dejarlo. Pero me había quedado frustrado y me sentía en cierto modo responsable por el fracaso de nuestra banda de chavitos. No haber tenido la visión de darme cuenta de que en realidad era una cosa muy importante para mí. Eso resultó muy obvio con el paso del tiempo y ahora cumplimos esa deuda con la vida”. (Hari Sama, teclado y voz)

“Desde el principio estuvimos muy conectados con el público. Nos gusta el vivo. Desde el primer momento supimos que tocábamos para la gente, que había una conexión. No se trataba solamente de algo para nosotros”. (JA)

“Todo se hizo muy pronto como una bola de nieve. Empezamos a tocar muy pronto con un set de media hora y nos sorprendimos por lo bueno que había pasado en ese primer toquín”. (HS)

“Tenemos muy puesta la mirada en el futuro, en lo que viene. De hecho, ya estamos haciendo el próximo disco. Tenemos el espíritu muy joven y se puede comprobar en el escenario. No hay nostalgia. Es una nueva banda con material nuevo. Nuestra música es fresca, no es el grupo de cuando éramos jóvenes sino de lo que somos ahora”. (JA)

“Nos hemos dado la libertad de jugar mucho con el aspecto conceptual de la banda y quizás a eso se sumen la trayectoria de Javier en las artes plásticas y la mía con el cine. El disco tiene rolas densas y otras livianas. Somos honestos y tal vez no de manera directa, pero sí poética, nos hacemos cargo del momento histórico que como mexicanos nos toca vivir”. (HS)

NO REGRESAR AL PASADO

El primer sencillo de Eurídice fue “Taj Mahal” y resultó censurado en uno de los canales masivos de videos. Hay una estrofa que se refiere a la dictadura y a las mentiras de un presidente, lo que generó autocensura en el programador de turno de la televisora.

“No hay luz en el cielo”, canta la banda y en ese sentido Javier Areán levanta la voz firme y clara, para advertir que el regreso del PRI constituye una amenaza de regresar al pasado.

“La censura de una canción con la que evidentemente no estábamos haciendo ninguna revolución habla del gran retroceso que vive la sociedad mexicana con este gobierno”, apunta Hari Sama.

Al respecto, la generación nacida en los ’60 y en los ’70 tiene mucho para contar de aquello e intentar con el arte frenar la vuelta al pasado que propone un tiempo de México difícil de atravesar.

A por todas. Foto: Francisco Cañedo, SInEmbargo
A por todas. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

“Tenemos en principio esa responsabilidad como sociedad. Luego como artistas, desde el cine, desde la música, nuestra generación tiene el claro interés de no sumarse al océano de conformismo” que está vigente, afirma el tecladista.

“No nos sentimos identificados con el estatus quo tanto político como social que nos proponen”, agrega.

“Y eso sí que tiene que ver con el pasado”, explica Areán. “Nosotros vivimos ese pasado y por eso no queremos repetirlo. Nos hace abrir los ojos”.

EL ROCK COMO CULTURA MOVILIZADORA

El rock en español en México ha sido quizás mucho más importante de lo que los propios mexicanos están dispuestos a admitir o reconocer. Y eso lo demuestran bandas como Eurídice, cuyos integrantes se muestran dispuestos –como dice Hari- “a seguir escribiendo la historia” del género.

“No tenemos cinco discos en nuestra historia, sino la frescura del vacío frente a nosotros. Hay experiencia y hay frescura a la vez. Eso abre un diálogo con las bandas jóvenes”, agrega Sama.

“El rock es subversivo, esa es la naturaleza del rock”, agrega Javier.

Hari Sama es también cineasta y toca los teclados y escribe las letras en Eurídice. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Hari Sama es también cineasta y toca los teclados y escribe las letras en Eurídice. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

LA MÚSICA DE EURÍDICE

La música de la agrupación es deudora tanto de proyectos locales como Santa Sabina –algo que se refrenda con el trabajo del baterista mítico de la agrupación liderada por la fallecida Rita Guerrero- y de la música británica de los ’80, cuya influencia ha llegado hasta nuestros días.

“Hemos oído mucho después, pero la influencia de esos días, esa música oscura y reflexiva, es la esencia de Eurídice”, dice Areán.

Más allá de los géneros musicales, lo importante de Eurídice pasa por la escena, donde –según el tecladista y también letrista- “nos suceden cosas catárticas, chiquitas pero importantes, que se transmiten al público en forma directa e inmediata”.

Javier Areán es también artista plástico y escribe las letras, canta y toca el bajo en Eurídice. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Javier Areán es también artista plástico y escribe las letras, canta y toca el bajo en Eurídice. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

PATRICIO IGLESIAS TAMBIÉN SE EQUIVOCA

“No estaba muerto, andaba de parranda”, dice el baterista Patricio Iglesias, quien es considerado un verdadero prócer del rock mexicano y cuya desaparición de la escena fue incluso traducida como un fallecimiento, según una nota en una revista española.

De él se espera que toque y muy bien, aunque en entrevista con SinEmbargo admite haberse equivocado alguna vez. Vive la alegría de haberse sumado al proyecto de  Eurídice, que asciende como la espuma y con la que ha comenzado a girar sin ponerse límites.

Patricio Iglesias, el mítico ex baterista de Santa Sabina, vuelve al ruedo. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Patricio Iglesias, el mítico ex baterista de Santa Sabina, vuelve al ruedo. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

“No me duele la historia, tengo como una especie de amnesia al respecto y a nada tengo que rendirle cuentas”, afirma Iglesias. Su relación con la agrupación a la que pertenece ahora “es emocional y eso me hace sentir muy cómodo”, afirma.

“Para mí lo más importante es hacer catarsis. He tenido una vida brusca, soy un sobreviviente y cada vez que toco sobre un escenario, se palpa esa catarsis con la que saco mi energía. Mi manera de hablar es tocando la batería”, agrega.

Grabaron su disco en toma directa, algo inusual en esta época, intentando plasmar el carácter de actualidad que tiene la agrupación.

La música en tiempo presente para conjurar el pasado y seguir adelante haciendo arte en un país que necesita del arte como del agua y el pan, como de los sueños.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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