Ciudad de México, 14 de julio (SinEmbargo).- Desde hace algunos años, las bombillas incandescentes han ido retirándose poco a poco del mercado de algunas naciones. Sin embargo, aunque las principales alternativas lumínicas que han surgido son las bombillas fluorescentes, son las luces de diodo emisor de luz (LED, por sus siglas en inglés) las que van ganando terreno a causa de sus ventajas.
Entre los principales atributos de este tipo de iluminación se encuentra el hecho de que no contienen mercurio y con ellas se ahorra mucha energía. Por supuesto, no todo son ventajas por el momento, no obstante, las investigaciones son prometedoras.
De acuerdo con un estudio de 2010 de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de Francia (ANSES, por sus siglas en francés), la luz azul de las iluminación LED puede estar relacionada con algunas enfermedades oculares, así como ser responsable de inhibir secreciones hormonales que podrían afectar los ritmos circadianos y promover fatigas, publicó el servicio de radiodifusión internacional Deutsche Welle.
Así mismo, son luces que sólo iluminan en un color, lo que resulta insuficiente para una percepción perfecta para el ojo humano.
“El índice de reproducción cromática debe ser tan alto como sea posible para que la luz sea de mayor calidad”, dijo Wolfgang Schnick, portavoz del grupo de investigadores de la Universidad de Múnich.
Sin embargo, tras años de investigación, lograron dar con un material luminiscente que, al recubrir una bombilla LED, crea una mezcla de colores blanquecina que se asimila mucho a la luz solar.
“La luz del sol tiene un índice de casi 100, que es la medida a partir de la cual se miden las otras luces. Las lámparas LED actuales tienen un índice de 80. Pero gracias a nuestro nuevo material luminiscente, la luz llegaría a un nivel de 90”, agregó Schnick.
Expertos afirman que este descubrimiento revolucionará el mercado de las luces LED, ya que significa que no sólo la humanidad podría comenzar a disfrutar de una luz muy cercana a la luz solar en sus propios hogares, sino que el ahorro en energía sería bastante considerable.
Las ventajas de las luces LED son amplias, tienen bajo consumo de energía, mayor tiempo de vida, tamaño reducido, durabilidad, resistencia a las vibraciones, reducen la emisión de calor, reducen ruidos en las líneas eléctricas, no les afecta el encendido intermitente. Y, por si fuera poco, tienen un tiempo de encendido prácticamente instantáneo y, lo más importante, no contienen mercurio, material altamente contaminante y tóxico.
A causa de esto y del riesgo que supone el mercurio que contienen las bombillas fluorescentes, expertos como Johannes Thema, del Instituto sobre el Clima, Medio Ambiente y Energía de Wuppertal, dicen que las luces LED son la alternativa lumínica más prometedora en la actualidad. No obstante, aún quedan retos por superar como la gran contaminación lumínica que esta provoca debido a la mayor eficiencia de dispersión de las altas frecuencias de la luz LED por la atmósfera terrestre.
