CAIFANES: 25 AÑOS DE UN DISCO FUNDAMENTAL DEL ROCK MEXICANO

15/09/2013 - 12:00 am
En la historia del rock mexicano (Foto: Especial)
En la historia del rock mexicano (Foto: Especial)

Caifanes es algo que todavía te puede pasar cuando viajando en un taxi o en un pesero comienzan a sonar los acordes de “Mátenme porque me muero” o “Será por eso”, música que conserva su vigencia con una dignidad estremecedora y que es al mismo tiempo testimonio de una calidad artística proverbial, a veces discutida o ignorada pero siempre real en los rockeros de este país.

Hace 25 años que el primer disco de la banda formada por Saúl Hernández (voz y guitarra), Diego Herrera (teclados), Sabo Romo (bajo) y Alfonso André (batería) irrumpió en el mercado local con una fuerza que transformó la vida de muchos jóvenes de la época.

Echando mano de una estética a lo The Cure, pero sin renegar de su lugar en un paisaje donde la llamada música joven comenzaba a salir de los escondrijos para izar el estandarte que con más o menos vientos a favor ha llegado vivo hasta nuestra época, el cuarteto más emblemático del rock mexicano y sobre todo aquel primer disco seminal son hoy motivo de culto y veneración.

CAIFAN

Hablamos del pasado, pero recalamos también en un presente que permite escuchar aquellas canciones con la misma emoción. Es un test en donde Hernández y compañía siempre salen aprobados: ponga usted el disco de Caifanes a alguien que no conozca nada de la banda y verá el placer que causa toparse de golpe con letras y músicas que suenan frescas y motivadoras después de un cuarto de siglo de nacidas.

¿Alcanza el hoy para explicar el ayer y mirar con esperanzas lo que vendrá? ¿Por qué el disco de Caifanes es un objeto de culto en nuestros días?

“Algunas de las canciones que integran el álbum Caifanes (también llamado “Volumen I”) forman ya parte del cancionero popular en México. Puedes escuchar la versión de Caifanes de “La Negra Tomasa” y temas como “Viento” y “Mátenme porque me muero” en la rockola de cualquier cantina, en voz de una banda en un bar, en fiestas, antros, en Garibaldi, hasta en álbumes tributos, como el que realizaron Zoé y otras agrupaciones. Es increíble cómo han pasado los años y esos temas siguen vivos. Eso es justamente lo que construye a las leyendas”, dice Natalia Cano, periodista de la agencia AP y de la revista Rolling Stones.

DISCO

Para la periodista y cantautora Michelle Solano “el primer disco de Caifanes significó la aceptación por parte de la industria discográfica nacional, de un tipo de música que hasta ese momento se había mantenido bastante underground”.

“Por otro lado, es un disco magnífico, ya que al tener dinero de una disquera, su nivel de producción fue mucho mayor que el que tenían otros discos hechos por la vía independiente”, afirma.

El periodista Chava Rock cree que aquel disco producido por Cachorro López, entonces productor de Miguel Mateos y hoy una figura imprescindible en la música pop rock del continente con trabajos al lado de Julieta Venegas y Andrés Calamaro, entre otros, “es un álbum que resume muchos años de esfuerzo; es un trabajo que sabe a Botellita, Jaime López, El Personal y todos esos grupos mexicanos que se formaron en la calle. Fue determinante para consolidar una identidad en el rock mexicano y es un trabajo, ahora lo vemos (escuchamos), atemporal”.

ALGO DIFERENTE SE GESTABA

Chava Rock destaca que el primer disco de Caifanes se llevó a cabo sin grandes pretensiones, con temas que se conocieron primero en vivo “en los escasos e íntimos conciertos que daba la banda”.

“Primero fue un demo que llegó a una radio y que su locutora-directora, Fernanda Tapia, lo programó y desde allí nos dimos cuenta que algo diferente se estaba gestando”, dice.

“Que no era El Tri ni Kenny ni Ritmo Peligroso, pero ya la gente coreaba algo que en su momento fue oscuro y proteico, ese “Mátenme porque me muero”, con las impresionantes atmósferas que propiciaba Diego, fue un primer himno, no solo de las pocas salas de conciertos que existían o de los antros (en ese tiempo aún nombradas “las discos”), también de las aulas y las esquinas de los barrios”, dice el entrañable periodista creador de El Mescalito.

 ¿QUÉ SIGNIFICÓ PARA TI EL DISCO DE CAIFANES?

CHAVA

“Caifanes es la primera gran banda del rock mexicano que no sonaba a tributo de alguna otra, por ello la aparición de su primer disco es, más que nada, una gran promesa que se concretó. De ahí su valor sentimental y/o de culto. El disco completo lo escuché hasta que estuve en la universidad (unos 13 años). Cuando el disco salió yo tenía siete años y sólo conocía algunos temas que aparecían en video en la tele (“La negra Tomasa”, “Viento”), con los años fui conociendo otros hasta que escuché todas las canciones. Como fui criado con rock gabacho, lo de Caifanes no me pareció la gran cosa, principalmente porque estaba fuera del contexto en el que fue lanzado el álbum. Sin embargo, a fuerza de escucharlo continuamente (gracias a una ex novia que es súper fan) fui encontrándole gusto. Pude notar su originalidad y lo que representó en su época” (Ramiro Rivera, editor de Ciencia y Tecnología en sinembargo.mx).

CESAR

“Es un álbum que resume muchos años de esfuerzo; es un trabajo que sabe a Botellita, Jaime López, El Personal y todos esos grupos mexicanos que se formaron en la calle (Chava Rock)

“Escuché ese disco por primera vez en 1988. Estaba en plena secundaria. Supe de su lanzamiento porque ya era seguidora de la banda desde los tiempos de “Las insólitas imágenes de Aurora”. Cuando lo escuché por primera vez me voló la cabeza. No sabía bien qué era lo que estaba escuchando en términos musicales, pero me sorprendió y fascinó. Era claro que era rock, pero también había algo muy “mexicano” en esa música que subyugaba. Aunque en vivo no sonaban así de bien, era claro que para el disco habían tenido tiempo (y medios) para afinar el estilo, para sonar más amarrados y lograr arreglos muy lejos de lo que las bandas locales hacían. Para mí ese disco significó que había una posibilidad real de que el “Rock en tu idioma” incluyera a México y no sólo a bandas argentinas y/o españolas, que era lo que más se escuchaba por acá, pues en ese tiempo, la mayor parte de los directivos de las disqueras o al menos de los que llevaban la parte de rock, eran españoles o argentinos y habían introducido a México a muchas bandas realmente importantes (otras no tanto, como siempre) que las bandas mexicanas se dedicaban o a copiar o a denostar (todavía con la idea de que el rock tenía que ser, por fuerza, estadounidense o británico” (Michelle Solano).

“Pienso que a un disco que vendió en su momento más de 600 mil copias, difícilmente se lo puede investir con la categoría de “culto”. Empero, el primer álbum de los Caifanes es vital para el rock mexicano, porque lo sacó del underground en el que se encontraba por la represión gubernamental que se le vino encima tras el ahora tristemente célebre Festival de Avándaro de 1971 y que discos anteriores más o menos exitosos como el Nada En Especial, de Chac Mool (1980) o el Simplemente,  del TRI (1984) no pudieron lograr: Instalar nuevamente al rock mexicano en el  imaginario colectivo de la música en México. Recuerdo que escuché el disco durante días. Ahora suena a cliché eso de “lo rayé de tanto oírlo”, pero sí, casi dejé inservible mi vinilo de tanto ponerlo.  Y es que la forma de escribir letras de Saúl  Hernández, tan críptica, te permitía hacer una lectura diferente de las canciones cada vez que volvías a dejar caer la aguja sobre los surcos del LP. Incluso “Nada”, de Diego Herrera, posee un  carácter sumamente enigmático. Ese disco llevó mi espíritu a territorios donde no había estado antes. Su edición original no traía la  electro-cumbia que todos conocen y, en definitiva, a mí me enganchó con la banda de por vida. O al menos con su música, porque años después conocí no sólo a los músicos personalmente, sino que me enteré de cientos de historias que podrían haber derrumbado el altar en el cual coloqué al grupo. Pero la música siempre se ha impuesto…” (Francisco Zamudio, editor de www.rockmx.com.mx)

“Escuché el disco Caifanes cuando tenía unos ocho años, por influencia de mis primos. Fui hija única hasta los 10 años y conviví mucho con ellos, que en ese entonces cursaban la preparatoria. En casa de mi tía tenían el vinil y recuerdo que ellos (mis primos) y sus amigos lo escuchaban una y otra vez en las tardes o fines de semana en que se reunían. Caifanes fue una de las bandas de rock en español (entonces llamado Rock en tu idioma) que descubrí siendo una niña y la primera agrupación que vi en un concierto. En ese entonces promocionaban El Nervio del Volcán (1994) y tengo muy buenos recuerdos de ese show, realizado en el Centro de Convenciones de Tlalnepantla. Aunque la relación entre Saúl Hernández y Alejandro Marcovich ya iba en picada, me impactó la comunión que entablaban con sus fans y la devoción que estos le mostraban al cuarteto. Mi disco favorito no es el homónimo, sino El Silencio (1992) por la delicia de sus atmósferas sonoras, autoría del músico Adrian Belew, quien fue productor del disco.” (Natalia Cano)

¿POR QUÉ CAIFANES HA SIDO TAN IMPORTANTE PARA LA HISTORIA DEL ROCK LATINOAMERICANO?

Porque llevó por delante un discurso creíble, el de la unión, el del trabajo en conjunto, otra forma de hacer crítica y denuncia. Vaya, porque fue un nuevo lenguaje, incluso musical.

Además, contó entre sus filas con Saúl Hernández, uno de los personajes más enigmáticos y carismáticos del rock iberoamericano.

Caifanes representó a una generación que quería decir muchas cosas, que anhelaba manifestarse, ya sea en las calles, en el arte y en los conciertos. Caifanes y ese disco son seminales” (Chava Rock)

RAMIROOK

“No sabía que era grupo importante para la historia del rock latinoamericano, pero surgió en ese momento donde el llamado rock en tu idioma podía vender y creo que fue así por un tiempo. Cuando Caifanes llegó a Ciudad Juárez por primera vez, fue para dar una tocada gratis en la Plaza de Armas, en el centro, frente a la catedral. Hubo bastante gente. Saúl nos dijo que “La célula que explota” se la dedicaba a la ciudad y muchos le creyeron, por supuesto. Después de esa tocada gratis, Soda Stereo se presentó varias veces, Santa Sabina igual, Maldita vecindad, Café Tacvba. Quizá la importancia es que en los primeros discos Caifanes sonó muy bien. Con calidad” (César Silva).

MICHELLE

ZAMUDIO

“Caifanes penetró en una generación que aún soñaba con cambiar al mundo, algunos cuyos padres vivieron el movimiento estudiantil del 68y escucharon a Bob Dylan, a John Lennon o Neil Young, pero también a Oscar Chávez o a Chava Flores. Había una empatía ideológica, de cambio, de revolución, de rabia. La vena social estaba presente, a su manera, pero ahí. Me tocó el Caifanes de la década de los 90, era el estandarte del rock en México, la figura de Saúl era venerada. Musicalmente, Caifanes, junto con Maldita Vecindad, Santa Sabina y Café Tacvba, sembraron un sello muy particular, que resaltaba su raíces y que le dio identidad a la escena de rock en México, les guste o no a sus detractores. Aunque la relación entre Saúl Hernández y Alejandro Marcovich ya iba en picada, me impactó la comunión que entablaban con sus fans y la devoción que estos le mostraban al cuarteto (Natalia Cano)

¿PODEMOS ESPERAR BUENAS COSAS DEL REGRESO DE CAIFANES?

“Ese es el deseo. Solo que ahora las condiciones son muy diferentes. Quizá al enunciar el punto más elemental se entienda de qué hablo. Antes el grupo pertenecía a todos los músicos, todos tomaban decisiones, todos llevaban las riendas de ese potro desbocado. Hoy no, tal parece que Saúl y su manager son los que marcan la pauta; probablemente eso sea determinante para saber si la energía positiva puede regresar a casa y se genere otra vez una gran banda creativa y revolucionaria, que a fin de cuentas eso fue Caifanes. Recordemos lo que se cita en la película mexicana Los Caifanes: Pachuco es papá grande y Caifanes, el que las puede todas. Esperemos que en la música también sea así”. (Chava Rock)

“No espero nada de Caifanes que la banda no haya hecho antes. Por lo tanto, no veo el caso de su regreso. Pienso que el gran defecto del rock es que no sabe envejecer y estos esfuerzos, además de ilusionar a románticos, sólo dan pie a suspicacias sobre las necesidades económicas de los músicos” (Ramiro Rivera).

“Siempre es bueno esperar, pero no creo que lo logren con las letras tan fumadas de Saúl, creo que dio lo que tenía que dar en los primeros discos y después se volvieron una banda con muy malas letras. El último disco de Jaguares es pésimo. Con la noticia del regreso, amigos míos se emocionaron mucho. En todo caso, esperaré otro buen disco, si lo logran, entonces vendrá la emoción”. (César Silva)

“No sé si el regreso de la agrupación tenga que ver con una necesidad real de seguir haciendo buena música o sólo con el objetivo de capitalizar la nostalgia. De cualquier manera habría qué ver que es lo que tienen ahora para ofrecer, sobre todo cuando los tiempos han cambiado tanto, así como la forma de crear, componer, producir y difundir la música. Y donde el horizonte del público es tan amplio, pues ahora ya no tenemos que esperar, como en aquél entonces, uno o dos años para que la música de las bandas llegue a nuestro país. Si pensamos en las bandas extranjeras que estaban haciendo una música espléndida al mismo tiempo que Caifanes y a las que teníamos nulo o poco acceso, no sé si el éxito de Caifanes hubiera sido el mismo.” (Michelle Solano)

“Teóricamente sí. Son muy buenos músicos, todos han madurado y Saúl todavía posee ese magnetismo que lo llevó de ser un cantante de rock a un fenómeno social. El problema son las negociaciones bajo la mesa. Hoy, cada uno de ellos tiene un mánager que vela por intereses particulares y no grupales. Por eso, a más de dos años del regreso, no han podido editar ni siquiera un disco en vivo o un DVD de esta nueva gira, que lleva más de 60 conciertos. Casi nadie habla de esto, pero además de la mítica pelea Marcovich-Hernández que terminó con la banda la primera vez, está la manejadora para quien “Caifanes es Saúl”. Hay información de gente cercana al grupo que dice que aunque técnicamente son una banda, todos cobran diferentes honorarios por show. Creo que si realmente piensan regresar con un nuevo álbum que nos sorprenda igual o más que hace 25 años, deberían separar momentáneamente el negocio  alrededor del nombre, bajarle dos rayas a sus propios egos y dedicarse a componer música solamente, dejarse llevar como en esos días.” (Francisco Zamudio)

NATALIA

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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