Ciudad de México, 16 de mayo (SinEmbargo).– La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta a millones de personas en todo el mundo que con el paso el tiempo ha pasado de ser considerado un simple síntoma sentimental a una enfermedad cuyas consecuencias abarcan desde baja productividad laboral, hasta enfermedad y la muerte misma. Sin embargo, a la par de los tratamientos existentes en la actualidad para tratar este mal, un nuevo estudio descubrió que ciertos medicamentos antidepresivos no sólo pueden servir para ayudar a los pacientes con este trastorno, sino que también pueden ser benéficos para las personas que padecen Alzhéimer.
Un equipo de investigadores de la Escuela Universitaria de Medicina de Washington en San Louis (WUSM) y la Universidad de Pensilvania (Penn) descubrieron que los efectos de los antidepresivos comunes previenen los síntomas del Alzhéimer, ya que parecen reducir la producción de la proteína beta amiloide, un compuesto que se agrupa en placas en el cerebro asociadas y desencadena el desarrollo de esta enfermedad, publicó la revista Science Translational Medicine.
El trabajo fue realizado en ratones modificados genéticamente y en personas sanas de entre 18 y 50 años, y mostró que el antidepresivo citalopram, un inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina (ISRS), fue capaz de detener el crecimiento de las placas en un modelo de ratón de la enfermedad de Alzhéimer. Y cuando se probó en adultos jóvenes que eran cognitivamente sanos, los investigadores vieron que una única dosis del antidepresivo reducía la producción de beta amiloide (el ingrediente principal de estas placas) en un 37 por ciento.
“Los antidepresivos parecen estar reduciendo significativamente la producción de beta amiloide”, dijo John Cirrito, de WUSM, y uno de los autores principales de la investigación. El investigador además advirtió que a pesar de los resultados alentadores sería “prematuro” recomendar el consumo de antidepresivos exclusivamente para retrasar el desarrollo de la enfermedad de Alzhéimer.
Durante el experimento, los ratones con Alzhéimer expuestos al citalopram, presentaron una disminución de hasta un 25 por ciento (dependiendo de la dosis) en sus niveles de beta amiloide en el líquido intersticial de su cerebro. De esta manera, el efecto del fármaco detuvo el crecimiento de las placas que ya existían y evitó que se formaran nuevas. Así mismo, en el experimento realizado con humanos, aquellos que tomaron citalopram presentaron una concentración de beta amiloide un 38 por ciento más baja en comparación con aquellos pacientes que sólo recibieron placebo.
Por otra parte, la también autora del estudio, Yvette Sheline, dijo que en trabajos anteriores se pudo observar, mediante tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés), una asociación entre la duración del uso de antidepresivos y la carga amiloide en los cerebros de los voluntarios de edad avanzada. “Nuestra nueva investigación va un paso más allá y prueba el efecto del citalopram en los niveles de amiloide en el líquido cefalorraquídeo de los sujetos sanos jóvenes, lo que tendría un impacto importante en la prevención o retraso de la progresión del Alzhéimer”, agregó.