ENTREVISTA | “El mundo puede más que la filosofía”, dice el escritor Luis Muñoz Oliveira

18/09/2014 - 12:01 am
El autor de Resaca pone contra las cuerdas el poder real de la filosofía. Foto: Especial
El autor de Resaca pone contra las cuerdas el poder real de la filosofía. Foto: Especial

Ciudad de México, 18 de septiembre (SinEmbargo).- “Lo único bueno de caer tan profundo es que levantarse resulta heroico”, es el slogan con que la editorial Penguin Random House promueve Resaca, la nueva novela del escritor mexicano Luis Muñoz Oliveira, a quien conocimos por la inaugural Bloody Mary y luego el libro de ensayo La fragilidad del campamento.

Sin embargo, Pablo, el médico de clase media con la vida perfectamente ordenada que tiene mujer, hija y gata, no es un héroe clásico. Cumple a rajatablas con ese sueño guajiro que suele atosigarnos en las sombras y que se expresa en el deseo de dejar todo y largarse, pero luego se pierde en los brazos livianos de la filosofía y en los actos imberbes de quien no esconde la basura bajo la alfombra o se tira un gas en una reunión social.

Doctor en filosofía y un gran conversador, Luis Muñoz sube unos cuantos escalones en su narrativa y construye una historia divertida, hilarante, donde la realidad de un hombre que quiere ser alcohólico a la fuerza –sin lograrlo, por supuesto- y va camino inevitable al desbarrancadero, comienza a estirar los límites de la fantasía para propiciar una vida absurda, pero sin dudas mucho más interesante.

Resaca es una diatriba, un escupitajo en pleno rostro al tan mentado bienestar de la clase media. Es verdad que Pablo pierde todo, pero ¿valían tanto aquello y aquellos alrededor de los cuales había construido su existencia?

Una novela desopilante, fresca y muy gozosa. Foto: Facebook
Una novela desopilante, fresca y muy gozosa. Foto: Facebook

La novela de Muñoz es también la descripción del infierno cotidiano en que estamos metidos, muchas veces sin darnos cuenta, donde la vida en la calle nos hace víctimas de bocinazos, embestidas, engaños y agresiones de una ciudad que en la novela se convierte en personaje por momentos nada secundario.

Luego están la amistad y la filosofía que, unidas a la pulsión inconsciente de ser un asesino –la traición del narrador le quita aquí ese “privilegio”- se convierten para el personaje en fuentes de sosiego, esa calma reconfortante que es lo único a lo que quizás tenemos derecho a aspirar.

–Este médico convertido en filósofo se parece a algunos amigos tuyos, al menos así lo dijiste en el Facebook

–Bueno, ya sabes, hay muchos que podrían ser Pablo, así de pusilánimes y que no se dan cuenta cómo se les está cayendo el mundo

–Igual, su manera de ponerse en ridículo frente a todos, lo enaltece un poco
Sí, un poco, pero la verdad es que no sé si se termina de salvar. Escoge el camino de la filosofía, pero no estoy seguro de que la filosofía nos pueda salvar y creo que él apuesta demasiado por ese nuevo conocimiento. El mundo puede más que la filosofía.

–Ahora, Resaca destaca por momentos el papel de la filosofía en nuestras vidas, algo que puede convertirse en una circunstancia dada en un artículo de primera necesidad
Existe esa intención en la novela, es verdad, pero en realidad si bien la filosofía puede darle sentido a tu vida no puede constituirse por sí sola en la salvación. Y aquí es donde Pablo se muestra un poco inocente. Como llega a la filosofía por accidente, casi por un impulso cuando entra a la librería, llega a creer equivocadamente que por ahí está el camino.

–Sobre todo porque la filosofía que practica Pablo no dialoga, se convierte en discurso unívoco
Es verdad, ya le gustaría a Pablo poder hablar de estos temas por ejemplo con su amigo El Cerro o debatir en la plaza pública, pero termina fracasando en su intento.

El narrador de Resaca es implacable en la descripción de lo que podría considerarse la familia clásica, esa entidad cada vez más difusa y cambiante donde están asentadas las bases de la moral occidental. No hay esperanza de comunicación en ese vínculo de padre, madre, hija y gata, pero qué mal nos sentimos cuando perdemos todo eso, incluida la gata.

“También es cierto que se trata de un narrador que ha perdido todo sentimiento de compasión por su personaje, si es que alguna vez ha sentido por Pablo algo parecido a la compasión”, explica Luis Muñoz Oliveira, nacido en 1976 en ciudad de México.

“Todo el tiempo el narrador es irónico con él y al final no siente ninguna empatía y con la familia es también contundente. Al menos con una familia como la de Pablo, tan conservadora, sin ninguna alternativa. Con familias así es difícil tener un mundo mejor”, agrega.

–La ciudad es el infierno en la tierra en Resaca, ¿verdad?
Sí, la Ciudad de México es en sí una resaca, ese lago seco, esos segundos pisos, esa tremenda situación social en la que vivimos semeja una cruda de otros tiempos. Por eso él no puede redimirse, porque la realidad puede más que toda la filosofía junta y que todo intento de salvarse.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas