El clavadista Julián Sánchez lidera el selectivo desde el trampolín de tres metros para los Grand Prix de Alemania y España

19/01/2014 - 12:30 am
Julián Sánchez. Foto: PR Sports
Julián Sánchez. Foto: PR Sports

Ciudad de México, 19 de enero (SinEmbargo).- Su entrenador calificó a la desgracia  como “un accidente”. Julián Sánchez respiró tranquilo cuando se enteró que su dolor no era más que una simple fisura y no una fractura como alguien se atrevió a pronosticar. El jalisciense vivía a mediados del año pasado una pausa en sus actividades. Clavadista de profesión, se ha convertido en uno de los referentes mexicanos con más peso para representar la ilusión de una posible medalla olímpica en Río 2016. Su lesión supuso una prueba más en su carrera.

El mexicano se perdió formar parte de esas espectaculares postales con la “Sagrada Familia” de fondo en pleno inició del clavado. El Grand Prix de Barcelona se llevó acabo sin Julián como participante. La prueba mental a la que fue sometido determinó curtir mucho más el espíritu. Ese que tienen a flor de piel los atletas de tintes olímpicos, alejados del bullicio de las masas pero considerados como seres distintos en un país que de a poco se acostumbró a venerar a esos deportistas amantes del agua. Julián es un baluarte, él lo sabe y lo demuestra.

Ahí en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, esas instalaciones construidas para los Juegos mexicanos de 1968, se lleva acabo el proceso selectivo para encontrar a quienes representarán al país en las competencias nacionales e internacionales organizadas por la Federación Internacional de Natación (FINA, por sus siglas en francés). En ese marco esplendoroso, cita vital para aquellos prodigios, se presentó Julián Sánchez para tomar el lugar que se había ganado hasta que paró por una lesión. El de Jalisco ha regresado con todo su talento nato para vislumbrar un 2014 tan movido como esperanzador.

“Estoy contento de regresar a competir luego de mi ausencia por lesiones”, declaró Sánchez tras haber conseguido 446.15 puntos y clasificarse a la final del Selectivo de Primera Fuerza donde marcó la pauta al resto de los competidores. Desde el trampolín de tres metros, demostró lo que todos esperaban. Sus lesiones han quedado atrás y su confianza sigue plena, ilusionando al Comité Olímpico Mexicano a dos años de la fiesta olímpica de Río de Janeiro. “Estoy contento de haber clasificado a la final”, declaró Julián. El CDOM terminará la semana dejando preparada las lista definitiva de quienes serán los responsables de las futuras portadas y emociones deportivas.

Hoy, el joven mexicano confirmará su regreso a los primeros focos de atención en un año que pinta tan movido como prometedor. “Me siento bien, a pesar de que he entrenado poco debido a mis lesiones, estoy con las ganas de volver”, finalizó luego de la prueba de semifinales, un preámbulo casi de trámite pero tomado con la seriedad inculcada desde el pensamiento de que nada es fácil en el mundo de los atletas de alto rendimiento. Jalisciense orgulloso, todo está plantado para convertirse en la causa de un futuro bullicio nacional, tan expectante de las hazañas de representantes distintos al ciudadano promedio. Julián Sánchez, un claro ejemplo.

 

 

 

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