ANÁLISIS | El discurso de Trump es “populista”, “demagógico”, “egocéntrico” e “ignorante”

22/01/2017 - 11:27 am

Analistas de la UNAM consideraron que el discurso que dio Trump durante su toma de protesta como Presidente de Estados Unidos fue “unipersonal”, “egocéntrico”, “populista”, “conservador” y “profundamente demagógico”, y que corresponde al de un “emperador” más que al de un Presidente democrático.

Foto: EFE
La académica criticó que no haya tenido en cuenta a los más desprotegidos, “que han sido, precisamente, los latinos y las minorías que tanto desprecia”. Foto: EFE

México, 21 de enero (Xinhua).- El primer discurso de Donald Trump como presidente de Estados Unidos fue “unipersonal”, “egocéntrico”, “populista”, “conservador” y “profundamente demagógico”, a juicio de la académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Diana Marenco Sandoval.

Los discursos en democracia, razonó Marenco, no solo reconocen al otro como interlocutor, sino que lo consideran partícipe de los proyectos que plantea. El de Trump, por contra, es unipersonal. “Es él, el gran señor, quien le regresará América a los americanos, aunque se refiere solo a los WASP (siglas en inglés de blanco, anglosajón y protestante)”, opinó.

La académica criticó que no haya tenido en cuenta a los más desprotegidos, “que han sido, precisamente, los latinos y las minorías que tanto desprecia”.

“La suya es una pieza de oratoria profundamente ignorante, carente de información y de bases argumentativas: desconoce su pasado y su historia, es el discurso de un ególatra”, concluyó.

También vio en la alocución del pasado viernes “una declaración de guerra a sus adversarios” que se corresponde más a la de un “emperador” que a la de un presidente democrático, porque, ahondó, excluye al pueblo y carece de toda empatía.

Como ejemplos de esta retórica, la académica citó la alusión a que hará desaparecer de la faz de la tierra al terrorismo islámico, que tachó de peligrosa, y la referencia a su lucha contra la pobreza, sobre la que señaló que “su narrativa es falaz porque en el fondo su alegato va en contra de los más vulnerables: negros, mexicanos y latinos”.

Además, prosiguió Marenco, su narrativa es vacía y sin argumentos, pues ofrece, por ejemplo, que con la construcción de más puentes y carreteras se logrará el crecimiento y desarrollo de EU “Es esa prosa simple lo que lo ha llevado al éxito: el efecto es de adhesión y de simpatía para quienes piensan como él”, resumió.

Por su parte, el académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán Eduardo Rosales Herrera opinó que el discurso que Donald Trump dio tras ser investido presidente de Estados Unidos fue populista, fantasioso, con mentiras y hasta con tintes mesiánicos.

“Fue populista al expresar que devolverá el poder al pueblo. Son los tintes recurrentes precisamente de la demagogia populista. Fue patriotero porque señala que Estados Unidos va a ser nuevamente grande y, además, ‘ayudado de Dios’ , lo cual raya en lo místico y mesiánico”, comentó.

El doctor en Relaciones Internacionales puso como ejemplo de las “mentiras” expresadas por el nuevo presidente sus afirmaciones de que en EEUU ha caído el empleo, cuando la administración de Barack Obama es una de las que mejores números entrega en ese rubro.

Otra de lo que el académico calificó de mentiras es la afirmación de que Estados Unidos ha enriquecido y protegido la frontera de otras naciones, cuando, a su juicio, ha ocurrido lo contrario. “Ha empobrecido a otros países y no ha protegido sus fronteras, sino sus intereses geopolíticos, como sucedió en Afganistán, Libia y Siria”.

El carácter “fantasioso” en el discurso de Trump se muestra cuando asegura que erradicará el terrorismo de la faz de la Tierra, como si ello dependiese de un solo país, un solo factor y un solo individuo.

Entre los políticos estadounidenses el mensaje fue calificado como agresivo y descortés, al expresar frente a expresidentes que entregará el poder al pueblo y asegurar que antes solo un grupo o camarilla era la que dominaba, apuntó Rosales.

“Nunca tuvo un gesto de atención para los logros que tuvieron sus antecesores, particularmente Barack Obama. Un país no se inventa de un día para otro o de una presidencia a otra: es el cúmulo de aciertos y errores, fortalezas y debilidades que recoge un nuevo presidente para continuar apuntalándolo y resolver sus debilidades”, aseveró.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas