Ciudad de México, 22 de octubre (SinEmbargo).– Organizaciones No Gubernamentales y diputados federales alertaron que la violencia e inseguridad pública afecta severamente al campo mexicano, no sólo en la producción agrícola, también en la convivencia social.

Los criminales, dijeron, se han convertido en la verdadera plaga del campo mexicano. El país, agregaron, está muy lejos una soberanía alimentaria y de que los programas gubernamentales promuevan la autosuficiencia de los productores, mientras que la Cruzada contra el Hambre es sólo el programa asistencialista de este sexenio.

Carlos Zarco, director ejecutivo de Oxfam México, aseguró que las comunidades agrarias de Michoacán, Guerrero y en algunas zonas de Oaxaca, son las más afectadas por el fenómeno de violencia que acompaña el crecimiento de las redes del crimen organizado.

“Comunidades enteras se están desbaratando por esta realidad de la violencia. Es una realidad que está afectando, quizá todavía más que los desastres naturales en términos de su impacto a largo plazo; mencionaste Michoacán, pero cuando uno va a Guerrero, cuando uno va a zonas de Oaxaca, son estados paradigmáticos de la crisis del tejido local social”, afirmó el representante de Oxfam en nuestro país.

La Diputada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) Gisela Mota detalló que el crimen organizado alcanza a los productores agrícolas que realizan transacciones comerciales.

“Están completamente indefensos. Yo vengo del estado de Morelos, allí se han dado muchos casos de secuestros, ya que en la casa ejidal se publica cuando se realizan ventas de parcelas y esta información está disponible para todo el mundo. Entonces los delincuentes se enteran en cuánto vendieron sus parcelas y son susceptibles de secuestros”, afirmó la legisladora de izquierda.

El último ejemplo del estado de indefensión en que se encuentran los campesinos, ocurrió el pasado 6 de octubre, día en que personas sin identificar entraron en la casa de José Rutilio Romero Flores, presidente del comisariado ejidal del municipio de San Lorenzo Almecatla, Puebla. Los desconocidos golpearon brutalmente al comisariado. Después de tres días en estado de gravedad, finalmente murió el 9 de octubre.

A pesar de que familiares y compañeros de José Rutilio Romero Flores presentaron una denuncia ante autoridades locales y estatales, hasta el momento, denuncian, nadie ha investigado nada. Es más, aseguran que ni siquiera han realizado la inspección ocular en el lugar donde se realizó la agresión.

Familiares y amigos dicen que las autoridades consideran que le móvil del asesinato fue un robo, a pesar de que se dio cuenta de que no hubo sustracción de bienes ni dinero en efectivo de su casa.

“Fue encontrado por su hermano Mateo, atado de pies y manos con alambre recocido, y al mismo tiempo lo dejaron tapado con una cobija, le dejaron una almohada en la cabeza. Se encontró sangre en su cama, en su almohada, y en el piso que demostró que lo habían arrastrado por el piso por 15 metros”, declaró el ejidatario Luis Morales Pérez.

La asesora legal de los ejidatarios, María Rosa Márquez Cabrera, aseguró que el hoy occiso, José Rutilo Enrique Romero Flores, había sido presionado para que autorizara la venta de tierras de los ejidatarios. Señaló que las tierras del ejido de San Lorenzo Almecatla siempre han sido codiciadas por empresas armadoras y de autopartes como la propia Volkswagen, Largemex, Bralemex, entre otras.

“Han estado constantemente hostigando a los ejidatarios para que vendan, que malbaraten sus tierras, y esto ha sido de muchos años. Este asesinato no es casual, hay muchos intereses económicos y políticos”, indicó la asesora.

Ante la negativa de investigación por parte de las autoridades estatales, los ejidatarios piden que la Procuraduría General de la República atraiga el caso, a fin de castigar a los responsables del asesinato.

PRESUPUESTO, ENEMIGO PARA EL CAMPO

Según datos de la Comisión Especial de Asuntos Alimentarios, basado a su vez en el Coneval, más de 27 millones de mexicanos se encuentran en carencia alimentaria, mientras que muchos de los productos que hoy se consumen no son nutritivos y han provocado un incremento en la obesidad, por lo que es indispensable fomentar la participación ciudadana y cambiar nuestra mentalidad.

Sin embargo, la política pública del país y el presupuesto que se asignará para fomentar proyectos productivos en el país parecen ir en sentido contrario a impulsar la soberanía alimentaria de México.

“Resolver el problema de hambre implica resolver el problema de pobreza y de producción, si no se logra generar resultados en el campo en la parte de producción, si no se logran destrabar los monopolios en la parte de alimentos y si además de esto, no se garantiza que los municipios más pobres a donde se está llevando la Cruzada contra el Hambre tengan la capacidad productiva de autogenerar el ingreso suficiente”, afirmó el Doctor José Luis de la Cruz, del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

El experto advirtió que la Cruzada contra el Hambre, el programa insignia del Gobierno Federal para combatir la pobreza corre el riesgo de terminar como un programa asistencialista, si no se resuelven pronto y de una vez problemas en su estructura.

Aseguró que es complicado que una estrategia contra la pobreza, por más loable que sea el objetivo, pueda tener éxito cuando está limitada presupuestalmente.

“A mí parece de inicio la Cruzada contra el hambre tiene una limitante, inicia sin tener una identidad presupuestal propia, si recuerdas la Cruzada fue lanzada una vez que el Presidente Enrique Peña Nieto toma posesión, pero cuando el presupuesto ya estaba diseñado, es decir, no tiene programas ni presupuesto específico para la estrategia en sí, sino lo que hace es tomar los programas ya existentes y tratar de adecuarlos a su objetivos”, aseguró el doctor José Luis de la Cruz.

Respecto al proyecto Presupuesto 2014, el especialista no observó que contenga cambios significativos para modificar la principal falla que permite emplear el 80% de los recursos en gasto corriente y sólo 20% para inversión.

“El problema de fondo que se tiene es de que esto solamente alcanza para aumentar la producción de alimentos y conservar, más o menos, la misma estructura que hace 30 años, es decir no existen programas de desarrollo agroindustrial, que permitan explotar la parte de un campo más productivo, que además tenga vínculos con la parte industrial y le perita generar valor agregado a los productos en el campo”, aseguró.

El doctor José Luis de la Cruz explicó que el principal problema a resolver será mejorar el traslado de mercancías a los mercados y darle valor agregado en esas mercancías.

“Para este presupuesto y para este año debería de implementarse es una política integral de desarrollo del campo, para llevarlos a una parte agroindustrial y a veces el concepto puede sonar un poco raro pero necesitamos también manufacturar en el campo, es decir, transformar eso que se está produciendo y llevarlo a algunos bienes, alimentos procesados que le permitan a las comunidades que los generan a través de cooperativas para generar un modo de vida de mayores ingresos para comercializar eso que producen”, apuntó.

CRECE, PROYECTO DE OXFAM

En el marco del Día Internacional de la Mujer Rural, que se celebró el pasado 15 de octubre, el Día Mundial de la alimentación, el 16 de octubre y el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, el pasado 17 de octubre, Oxfam México invitó a sunarse a la campaña CRECE, con el tema de seguridad alimentaria.

Este proyecto es señalado como la campaña más importante de Oxfam a nivel mundial. En los últimos dos años se ha apoyado 16 proyectos productivos que han beneficiado a nueve mil mujeres campesinas. Su propósito es generar proyectos productivos autosustentables que tengan un impacto económico significativo en las comunidades más pobres.

Pero la propia organización consideró que su esfuerzo es corto para la gran necesidad nacional. Oxfam aseguró que uno de cada cuatro mexicanos padece hambre en nuestro país.

Carlos Zarco, director ejecutivo de Oxfam México, consideró que la Cruzada contra el Hambre del Gobierno Federal está lejos de cumplir su objetivo, pues es nulo el acercamiento con la gente y en mínima la generación de proyectos autosuficientes.

“Oxfam trabaja mucho con las organizaciones locales, hemos podido tener reuniones con las organizaciones de Chiapas, Oaxaca, y hay dos temas que nosotros vemos en nuestra experiencia, la gente en los estados ve la cruzada a una distancia enorme”, indicó.

“La gente no se ha apropiado del Programa y sin esa apropiación de las organizaciones locales, de la sociedad civil, tenemos el riesgo de una política pública que pase inadvertida, que se convierta más en una especie de marketing político y no aterrice”, agregó Carlos Zarco.

Explicó que la Cruzada tendrá una prueba de fuego en Guerrero, pues varios de sus municipios se usaron como pruebas piloto, y hoy, en medio de la tragedia es necesario no sólo donar despensas, sino generar proyectos que reactiven la economía local.

“Va a ser importante ver si la Cruzada se conecta con el impacto que ha tenido la emergencia. Porque esa será una prueba de fuego, qué capacidad real hay para garantizar la asistencia, atención, el agua y los alimentos a la población afectada, pero también la capacidad para restituir la capacidad local de producción, de medios de vida, ante la pérdida de cosechas”, explicó.

Uno de los proyectos productivos de Oxfam es el de Guillermina Hernández, para sembrar maguey, en uno de los municipios más pobres de Puebla.

“Tenemos esperanza de que nos sigan apoyando para que este proyecto no quede allí nomás donde estamos, sino que sigamos adelante para que lo sigamos haciendo en las parcelas y no nada más en parcelas demostrativas. Yo sí los invitaría de corazón, para que de verdad nos apoyen. Para que tengamos empleo tanto las mujeres como los hombres”, indicó la pequeña productora agrícola.