“Filmar en Venezuela es fácil, el problema es la libertad”, dice director de “Esclavo de Dios”

22/11/2013 - 2:00 am
Foto: Facebook
Foto: Facebook

Por Astrid Riehn, dpa

Ciudad de México, 22 noviembre (SinEmbargo).-  “Me sentí completamente solo. Son contados con una mano los que salieron a defenderme. Y después los va a afectar a todos”, dijo el cineasta Joel Novoa acerca de sus colegas en Venezuela tras la polémica en la que se vio envuelta su película, Esclavo de Dios, que se pudo ver en Argentina.

El thriller, que se proyectó en el Festival de Cine de Mar del Plata en la competencia latinoamericana, toma como punto de partida los atentados contra la embajada y la mutual israelí AMIA en Buenos Aires a principios de los ‘90 para tratar el fundamentalismo religioso.

Sin embargo, poco antes de su estreno, la película se vio envuelta en la polémica cuando, tras ver el trailer, el presidente de Televisora Venezolana Social (TVES), William Castillo, acusó a la película de ser “propaganda israelí y antivenezolana”.

“Creó una matriz de opinión negativa en los puestos de gobierno”, dijo Novoa, de 27 años, a dpa.

Poco después, la producción del filme recibió la orden de proyectar un cortometraje antes de su película -algo que forma parte de la ley de cine del país-, pero que según el director fue empleado para boicotear la película, ya que no estaba identificado claramente y confundía a los espectadores que creían que se trataba del inicio de  Esclavo de Dios.

“Se valieron de esa ley para colocar un corto para balancear la película, que era una propaganda claramente palestina. No tengo problema con el corto, sino con cómo se hizo todo, por eso pedí en una carta que se identificara el corto, que al parecer era muy aburrido porque al minuto nueve la gente se salía de la sala”, añadió Novoa, quien por otro lado considera buena la ley de cine.

15 SEMANAS EN CARTEL                         

El director evaluó incluso sacar de cartel su película, que contó con el apoyo del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), dependiente del gobierno de Venezuela. Finalmente, Novoa y sobre todo uno de los protagonistas del filme, el kuwaití Mohammed Al Khadi, que interpreta a un joven extremista libanés, asistieron a todas las funciones para avisarle a los espectadores que lo que iban a ver inicialmente Esclavo de Dios.

Protagonizada por el kuwaití Mohammed Al Khadi. Foto: Facebook
Protagonizada por el kuwaití Mohammed Al Khadi. Foto: Facebook

Así y todo, la película se mantuvo durante más de 15 semanas en cartel y convocó a 130 mil espectadores en Venezuela.

“Filmar en Venezuela es fácil, el problema es la libertad. Aún existe libertad, pero cada vez menos. Esta es la primera vez que se produce en Venezuela una censura indirecta. La llamo así porque no se me censuró, pero era como si me dijeran: ‘Ah, ¿tú quieres ver el concierto de Fito Páez? Ok, pero yo te pongo antes el recital de Ricardo Arjona para balancear’. ¿Qué es eso? Y es grave porque casi ningún cineasta salió a defenderme”, dijo el director.

Esto se debe, según Novoa, a que “no les conviene”. “Si yo salgo a defenderte, ¿luego quién me va a dar plata para hacer mi película?”, lanzó. “Si yo vivo del CENAC, haciendo películas una vez al año, quiero estar bien con dios y con el diablo. El CENAC es la gran madre, y todo el mundo se agarra de la teta”.

El director cree que en pocos años todas las películas en Venezuela van a ser “de una línea temática que favorezca al gobierno” o comedias. “Entonces hago una comedia, me va bien en taquilla, voy a tal o cual festival, todo el mundo cómodo, todo el mundo feliz y al final la que sufre es la sociedad. Para mí, el cine debe ser más bien combativo”, remató.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas