Hermosillo, 23 Nov (Notimex).- En la arquitectura, volver al pasado y conjugarlo con lo nuevo está de moda, afirma Juan Pablo Camou León, ganador de la Medalla de Plata por la Remodelación de Edificios en el pasado Congreso Nacional de esta disciplina, realizado en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
En entrevista con Notimex, explica que la arquitectura que concibe es posible cuando se logra la mezcla entre lo nuevo y lo viejo, con audacia.
“Las técnicas -dice- van a depender de qué se esté remodelando, pues cada construcción tendrá sus propias bondades y el éxito vendrá a la hora de atacarlo, de trabajarlo”.
La remodelación del Colegio San José, que le dio la Medalla de Plata en la XIII Bienal de Arquitectura Mexicana, tiene que ver con la restauración de un edificio histórico que ocupaba un granero en la década de los 50.
Los propietarios del Colegio y el arquitecto Camou León coincidieron en la importancia de respetar su diseño y aspecto original.
Al transformarlo se respetaron los espacios funcionales. Tanto en el diseño como en la construcción se trabajó cumpliendo siempre con los más altos estándares de sustentabilidad, seguridad y eficiencia.
Durante los 18 meses que duró la restauración, se utilizaron técnicas como la “reclamación de materiales”, lo que significa que de las demoliciones hechas para integrar espacios, colocar puertas y ventanas, se rescataron ladrillos, mismos que fueron colocados en forma de fachaleta. como parte de la decoración del plantel.
Otro ejemplo de edificio antiguo remodelado son las propias oficinas de Carte, despacho de arquitectos, dirigido por Juan Pablo, que eran graneros construidos en los años 50, cuando Sonora era un estado reconocido como el productor de granos y que allí se almacenaban para luego enviarlos al centro de México e incluso a Estados Unidos.
Explica que volver al pasado, a través de la arquitectura, significa que “somos una cultura, una sociedad que está en continuo movimiento y que a través de los años hemos aprendido que no podemos dejar de valorar, conservar y acrecentar nuestro legado arquitectónico, porque es el que nos da sentido de pertenencia”.
Es, abunda, “lo que nos dice de dónde viene y a dónde va la sociedad, su hábitat. Una ciudad debe ser protagonista y proteger su arquitectura, obviamente la necesaria. Eso es lo que da una identidad, que dice a un pueblo, a una ciudad, de dónde viene, cuál es su pasado y hacia dónde va”.
Camou León lamenta que esto sea algo que pocos valoran, o no está muy enterada del asunto y muchas obras arquitectónicas se pierden, o las derrumban porque no hay cuidado en ese sentido para conservar nuestra historia.
Aclara que estas remodelaciones deben recurrir a estilos modernos, innovadores, que es muy diferente a estar copiando o estar haciendo arquitectura que hacían hace 100, 50 años.
“No se vale, no está bien repetir la arquitectura, porque en 100 años van a decir qué se hacía en el 2014. Si nosotros agarramos una edificación construida hace 50, 100 años creo que tiene que estar plasmado con tintes actuales, contemporáneos de arquitectura”, menciona.
Señala que los materiales que se utilizan actualmente han variado mucho respecto al pasado.
“Los edificios antiguos están allí, parados. Yo me cuestiono si los edificios nuevos, de estructura metálica, tablarroca, fachaletas, materiales falsos, van a estar allí dentro de 100 años.
“Ahorita el vidrio y los espejos es lo que vemos en los edificios. Todo tiene un ciclo, y así nos tocó la historia. En 100 años más otros materiales van a existir”, comenta.
El vidrio, dice, es un elemento que se usa a menudo en nuestros días, pero depende de la zona. En el Distrito Federal hay una gran variedad de materiales, porque allí están las fábricas de casi todo.
“En el norte del país (Sonora, Sinaloa), el vidrio lo teníamos que traer del centro de la República y entonces hay muy poquito. Pero ojo, tienes que ser cuidadoso al utilizarlo. En Sonora resulta difícil esconderte del sol poniente porque no puedes enfriarlo”, afirma.
La decimotercera edición de la Bienal de Arquitectura Mexicana es organizada por la Federación de Colegios de Arquitectos de la República y es uno de los premios más importantes de arquitectura a nivel nacional que reconoce lo mejor del talento y las mejores obras en México. Este evento se realizó en San Cristóbal de las Casas.
